Durante los días de altas temperaturas, el aire acondicionado se convierte en uno de nuestros aliados para soportar el calor, pero ¿sabías que la exposición constante puede propiciar daños en la piel?

Como cada persona es diferente, también su organismo y puede que los efectos negativos del aire acondicionado lo sientan más unas que otras. Lo primero que se puede notar, es que la dermis se reseca.

Cuando hace mucho calor y acondicionamos los ambientes de nuestro hogar u oficinas, este aparato logra reducir la temperatura porque disminuye la humedad en el entorno, incluyéndonos a nosotras. Esto genera que el manto hidrolipídico presente en la dermis se altere y se formen eccemas e irritación.

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Otra consecuencia de estar en entornos con un nivel bajo de humedad es que el pH de la piel, que es ácido, se convierta en alcalino lo cual baja las defensas naturales. Generalmente las personas que más sienten estos efectos son aquellas que tienden a tener la piel seca o grasa.

¿Cómo evitar que la piel se dañe?

Pensar en renunciar al uso del aire acondicionado parece una decisión difícil y casi imposible. Pero existen algunos tips a tener en cuenta que ayudarán a combatir estos problemas que generan los acondicionadores de ambientes.

En primer lugar, es fundamental la hidratación, no solo beber dos litros de agua por día como mínimo, sino también hidratar la piel con cremas y aceites. Es conveniente incluso incrementar el consumo de alimentos ricos en agua como las frutas y verduras.

Muchas veces las personas no se hidratan porque no sienten sed, si este es tu caso, hay que beber líquidos en pequeños sorbos aunque no sientan ganas, especialmente si se está con el aire encendido.

También es conveniente evitar el tabaco y el alcohol, por un lado, las bebidas deshidratan al organismo y genera una especie de “intoxicación” que activan los radicales libres que producen oxidación, algo muy negativo para la piel.

Y por el otro, el tabaco contiene múltiples sustancias tóxicas, que entre todos sus efectos negativos, incluye resecar la piel. Por último, hay que analizar si el uso del aire acondicionado es necesario, si la temperatura es tolerable, lo mejor es optar por un ventilador.

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