De seguro la escuchaste en algún momento o sin darte cuenta, también lo hiciste. Procrastinar es, básicamente, dejar todas las responsabilidades y compromisos para último momento.

Tenés un examen, un trabajo práctico, realizar compras o incluso, prepararte para salir, y dejas todo para el final. “Sobre la hora” te entra esa dosis de energía que “te hace correr” y terminas haciendo a las apuradas y en poco tiempo, aquello que tal vez te iba a tomar horas y hasta días.

Es la antítesis de la frase “no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”, pero ¿por qué procrastinamos?

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

No es una patología ni una condición, se trata más bien de una costumbre. Cuando tenemos una tarea que no nos genera mucho entusiasmo, dos partes distintas de nuestro cerebro entran en una lucha de “quien manda más”. Por un lado el sistema límbico que incluye el centro de placer, y por el otro la corteza central, la que se dedica a planificar.

Corteza central vs sistema límbico

Cuando la corteza central gana nos ponemos a hacer las cosas en tiempo y forma, pero cuando se trata del sistema límbico ponemos una serie o miramos las redes sociales en el celular. Aunque sabemos que aplazar las cosas tendrá sus consecuencias, entramos en una especie de círculo vicioso que, muchas veces, no se puede controlar.

Esta conducta se da por razones distintas: puede ser por que la persona sea extremadamente perfeccionista y crea que no está en condiciones de hacer las tareas a su gusto en ese momento. Otra, como pasa muchas veces con el estudio, la tarea resulta compleja y se aplaza. Y por último, la holgazanería, como no hay ganas y aún no hay apuro, se fija la atención en otra cosa.

¿Cómo evitar este comportamiento?

-Si somos consientes de que procrastinamos, no nos definamos como tal. Evitar el pensamiento de: “Yo soy así, no voy a cambiar”.

-Priorizá tu tiempo. Está bien dedicar un momento del día al ocio, pero las responsabilidades están primero. Tener tiempo libre para no hacer nada es mucho más placentero que tener mil actividades pendientes y después preocuparse sobre la hora.

-Si la actividad es muy compleja, busca un sistema que sea cómodo, por ejemplo: dividirla en mini tareas y dedicarle 45 minutos a cada parte.

-Planificá tus días, ya sea por la mañana o antes de irte a dormir, pensá en cómo vas a organizar tu día para cumplir con todo.

Déjanos tus comentarios en Voiz