Cuando se dio la entrega de datos confidenciales que se exponían en supuestos informes de inteligencia financiera, hechos a medida de los medios de comunicación alineados al gobierno y la correspondiente redacción cuidada en tono y modo de guión de spot televisivo, se sabía que algo grande se venía.

El sábado 28 de mayo a la noche, en los medios de Don Antonio, se daba inicio a una de las operaciones más duras que se hayan visto. Al día siguiente y por esas casualidades de la política, el domingo 29, las tapas de los diarios de Natalia y Don Antonio eran casi idénticas. Luego vinieron días y semanas donde se desplegaron diversos actos donde la escenificación estaba enfocada en intentar darle verosimilitud a lo que no pasaba de ser toda la estructura del Poder Ejecutivo siendo usada como garrote político contra lo que ellos consideran el enemigo común: Horacio Cartes y el movimiento Honor Colorado. La jugada era clara y lo dijimos desde el primer momento, a pesar de que algunos pretendieron minimizarla, descabezar al movimiento para tratar de ganar por walkover las internas del Partido Colorado.

Cuando se hicieron públicos los resultados de la evaluación del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat)se encendió la misma maquinaria gubernamental y los medios alineados con una sola premisa: direccionar el informe en dos partes, un versus donde todo lo bueno lo hizo el Ejecutivo de Mario Abdo Benítez, la Seprelad de la mano de Arregui y todo lo malo queda del lado del Poder Judicial y el Ministerio Público, no se podía desaprovechar la ocasión para recordarle a todos por que el Ejecutivo ansía quedarse con la silla de Sandra Quiñónez. Sin embargo, ese no era todo el informe, una vez más se estaba recurriendo a la ya gastada táctica que tienen de dar una visión repleta de sesgos e intentar implantarla como la única verdad admisible. Ya habían hecho lo mismo con la entrega de documentos que mencionamos al inicio. Más autoritario no existe.

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Sin embargo, ese no era todo el informe. Olvidaron mencionar una de las partes trascendentales del mismo, la que resaltaba la gravedad del hecho que se hayan hecho públicas cuestiones que debían mantenerse como secreto: los informes de inteligencia financiera. Una responsabilidad exclusiva y absoluta de Mario Abdo Benítez quien le ordenó a Carlos Arregui, Arnaldo Giuzzio y a dos asesoras de Palacio de López que preparen la operación, una de comunicación y otra de seguridad. Y cumplieron con el cometido pero sin medir las consecuencias. Esa parte del resultado de la evaluación, más la importancia que habían tenido los casos de aparente lavado de activos del narcotráfico que involucran al banco de la familia de Natalia, fueron expuestos por el Grupo Nación Media. Porque la verdad hay que contarla toda o no pasa de ser una a medias o directamente una mentira completa.

Dos días después, Carlos Arregui era destituido de la Seprelad y enviado a como miembro del directorio del Banco Nacional de Fomento. Este es Mario Abdo Benítez, el que dice querer presidir el Partido Colorado por ser el más colorado de todos los colorados, dándole a Desirée Masi y su famélico partido una fuente de financiamiento para su campaña. Pero ese será motivo de otro Contexto, téngalo por seguro.

La jugada era clara y lo dijimos desde el primer momento, descabezar al movimiento para tratar de ganar por walkover las internas del Partido Colorado.

Cuando se hicieron públicos los resultados de la evaluación del Gafilat se encendió la misma maquinaria gubernamental y los medios alineados con una sola premisa.

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