Su capacidad para describir y pintar un país totalmente diferente al que observa la ciudadanía coloca una vez más al presidente de la República, Mario Abdo Benítez, como el “político de la semana” del diario La Nación. Lejos de aceptar las falencias de su gobierno y proponer soluciones, prefirió omitir los errores de su administración en su tercer informe de gestión ante el Legislativo, hecho que motivó una lluvia de críticas.
Incapacidad de comunicar y sentir
Varios congresistas coincidieron en que el mandatario y sus principales colaboradores no tuvieron en cuenta lo establecido en la Constitución Nacional para dar un recuento sobre las principales gestiones realizadas, hablar de la situación general del país y a la vez proponer planes a futuro.
Lamentaron la incapacidad del jefe de Estado para comunicar y a la vez dar una visión global sobre la crisis sanitaria y económica generada por la pandemia del COVID-19, e incluso demostrar “algún tipo de dolor” hacia las familias que perdieron un ser querido y las que se encuentran aún en estado de convalecencia o endeudadas.
Refirieron que el informe presidencial que contó con más de 100 páginas solo se centró en un “buen formato de edición” y en detallar épocas “normales y pasadas” que no se adecuan a las circunstancias y las exigencias del momento.
El segundo del Ejecutivo recogió los guantes
Pocos colaboradores decidieron levantar la toalla y defender a Abdo Benítez ante los duros cuestionamientos, entre ellos el segundo del Ejecutivo, Hugo Velázquez, quien decidió ponerse los guantes de boxeo e instó a los principales críticos a que se tomen el tiempo de evaluar objetivamente los datos que fueron brindados por el colorado y a los congresistas a analizarlos fuera de sus intenciones electorales buscando despotricar contra el Gobierno.
Discurso poco esperanzador
No es la primera vez que el presidente es catalogado como “fantasioso” que solo se limita a leer el contenido de un PowerPoint dejando a la deriva varios temas importantes “tratando de hablar de todo, pero finalmente no mencionar nada”, en un discurso vacío de mensajes políticos y, por sobre todo, poco esperanzador, afirmaron varios legisladores.
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