Integrantes de la comunidad indígena Ka’a Poty reclaman que la jueza Magali Zavala, ordene la restitución de su territorio tras un desalojo irregular. Foto: PlataformaDDHHpy.
Indígenas reclaman la restitución de su territorio frente al Poder Judicial
Compartir en redes
Integrantes de la comunidad indígena Ka’a Poty, del pueblo Ava Guaraní de Itakyry, departamento de Alto Paraná, se manifiestan frente al Poder Judicial donde denuncian que fueron víctimas de un desalojo ilegal de su territorio. La jueza Magalí Zavala debe resolver la medida cautelar solicitada por el Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) para la restitución de la propiedad a la comunidad.
Manifiestan que, el pasado 15 de junio, la comunidad Ka’ã Poty del pueblo Ava Guaraní fue desalojada por policías y civiles en forma violenta, destruyendo sus viviendas y cultivos, perdiendo sus animales y pertenencias básicas, quedando las familias despojadas de todo lo elemental para subsistir.
Reclaman que en el procedimiento de desalojo forzoso fue destruida la escuela básica “12 de agosto”, reconocida por el Ministerio de Educación como institución de enseñanza, donde se quemaron libros materiales y otros documentos pertenecientes a la misma, además del templo de la comunidad. Todas las familias, incluyendo niñas y niños, no recibieron asistencia institucional alguna.
Aseguran que pese a contar con título de propiedad sobre 1.364 hectáreas, inscripto en los Registros Públicos, la comunidad indígena fue expulsada de sus tierras supuestamente a instancias de Liz Carolina Alfonso, una exfiscal de marcas de Alto Paraná, suspendida por el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados por presunta corrupción.
Desde hace más de un mes, la comunidad indígena Ka’a Poty se encuentra en la Plaza de Armas, en Asunción, sobreviviendo gracias a la solidaridad ciudadana y padeciendo los embates del frío. La vulneración extrema de derechos de esta comunidad debe terminar, como el de las demás comunidades desalojas durante todo este tiempo
Leonardo Tupa Mba’eretavy Alfonso Martínez, indígena ava guaraní, de 33 años, de la comunidad acaraymi de Hernandarias, egresó como ingeniero agrónomo, siendo el primer universitario de su familia y su comunidad. Su historia es la de sortear obstáculos y también aprovechar oportunidades. Admite que muchas veces hasta lloraba en medio de las dificultades.
Alfonso Martínez se sumó a la nómina de nativos que en los últimos años se han formado como profesionales. Sueña con trabajar en alguna institución importante, con la finalidad de ayudar como profesional a la producción campesina e indígena, para mejorar la economía de los sectores menos favorecidos del campo.
Es lo que explicó a La Nación/Nación Media, al poco tiempo de culminar su carrera en la universidad privada (Uninter), de Ciudad del Este mediante una beca de la institución.
“Es un logro personal muy grande para mí porque no fue fácil conseguir ser ingeniero agrónomo, es mucha la lucha, incluso a veces ñande rasê ya estudiahape hina (a veces, hasta lloramos cuando estamos estudiando)”, expresó Lorenzo, haciendo alusión a las adversidades.
Contó que se trata de un logro muy grande para su familia y también para la comunidad indígena, habiendo recibido muchos saludos de sus exprofesores, excompañeros de colegio y de personas que le han orientado a seguir por el camino del estudio.
Comenzó su carrera en 2018 y la pandemia le impidió seguir con regularidad. Trabajó ayudando a su familia en la agricultura familiar y también ingresó a Itaipú Binacional como aprendiz durante tres años, pero salió al terminar su contrato como aprendiz.
“La pandemia fue una dificultad para muchos, incluso varios dejaron la carrera, algunas materias no pude llevar en forma virtual y tuve que dejar para luego retomar, hasta que se normalizó todo. Eso me hizo atrasar mucho, terminé la carrera casi en siete años”, manifestó el nuevo ingeniero agrónomo indígena.
Desde el aspecto económico, dijo que fue difícil porque, si bien obtuvo becas y trabajó un tiempo en Itaipú, hubo épocas que se manejaba con lo que podía producir con su familia en el campo para asumir los gastos de traslados, alimentación y prácticas que implicaban el estudio.
TRABAJAR EN LA CHACRA
Leonardo Alfonso cuenta que sigue trabajando con sus padres en su comunidad, “ayudándoles en la chacra para producción de animales domésticos, también trabajo en mi barrio, hicimos recientemente una asociación, ya reconocida por la municipalidad y tenemos proyectos de desarrollo para la comunidad”.
“Trabajé todo el tiempo en la agricultura familiar”, refirió el ingeniero contando que producía mandioca, kumanda, manduvi (poroto y maní), arroz y otros productos de autoconsumo.
Su aspiración es poder ingresar a alguna institución para trabajar en proyectos de desarrollo en el campo, ya sean públicas o privadas, “con tal de trabajar en mi profesión y que eso ayude a la gente en el campo”.
“El Ministerio de Agricultura y Ganadería puede ser un sitio de trabajo, tienen proyectos, las comunidades indígenas necesitan asistencia y mi sueño es poder trabajar en planes que cambien la situación actual de los sectores campesinos e indígenas”, sostuvo.
“Se me dio la oportunidad y estudié. Ahora culminé esa etapa, quiero ser agrónomo de una institución importante para poder ayudar a los productores campesinos y a nuestras comunidades”, agregó Alfonso.
SELECCIONADO PARA ESTUDIAR EN UNILA
Leonardo no levantó el dedo de la tecla del estudio. Fue seleccionado para seguir Profesorado en Intercultural Indígena, en la Universidad de Integración Latinoamericana (Unila) de Foz de Iguazú, Brasil. Es uno de los nueve nativos paraguayos calificados para seguir la carrera en Brasil.
“Fue un concurso y yo me postulé, muchos nos presentamos. Estoy completando los documentos para poder adquirir la beca”, contó el ingeniero Alfonso, además de mencionar que se enteró de la convocatoria a través de la supervisión de educación indígena del Ministerio de Educación.
Informó que, de acuerdo a los datos preliminares que tiene, va a poder estudiar y trabajar a la vez. “Mi idea es poder trabajar ya y también seguir estudiando”, acotó.
COMUNIDAD ACARAYMI
La comunidad acaraymi, de Hernandarias, a la que pertenece Leonardo, cuenta con unas 200 familias, según el último censo, con un promedio de siete miembros por familia. Cuenta con puesto de salud, cuatro escuelas y un colegio técnico agropecuario Arnold Janssen, con alumnos también de otras comunidades.
Los padres de Leonardo Alfonso tuvieron 8 hijos, de los cuales las cuatro mujeres ya formaron pareja y viven en otros sitios, mientras que los dos hermanos menores siguen estudiando. Leonardo cree que sus hermanos lo ven como ejemplo y también buscarán ser universitarios.
A su vez, se dotó a una comunidad de implementos agrícolas y un motocarro, con el objetivo de fortalecer su sistema agropecuario y fomentar la autosuficiencia alimentaria.FOTO: GENTILEZA
El Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) concretó una significativa inversión en la ejecución de microproyectos destinados a mejorar la calidad de vida en siete comunidades indígenas del departamento de Canindeyú.
Las obras incluyeron la mejora de la provisión de agua potable para cuatro comunidades, mediante la perforación de pozos artesianos y la instalación de tanques elevados de 10.000 litros de capacidad, cada uno equipado con sus respectivos motores. Este sistema permitirá garantizar el acceso constante a agua potable, atendiendo una necesidad prioritaria para estas colectividades.
Además, se construyeron dos salones comunitarios que brindarán espacios seguros y versátiles para el desarrollo de actividades diversas, desde reuniones hasta almacenamiento de insumos.
A su vez, se dotó a una comunidad de implementos agrícolas y un motocarro, con el objetivo de fortalecer su sistema agropecuario y fomentar la autosuficiencia alimentaria. Estos proyectos materializan un deseo por las comunidades indígenas del departamento de Canindeyú, una realidad posible gracias a la voluntad política de brindar atención prioritaria a los pueblos indígenas del país.
El presidente del Indi, Juan Ramón Benegas, expresó que este tipo de iniciativas reflejan el compromiso del Gobierno con las comunidades indígenas, otorgándoles una prioridad fundamental dentro de la agenda estatal, con el propósito de que puedan alcanzar una vida digna y mejores oportunidades para su desarrollo integral.
Se dotó a una comunidad de implementos agrícolas y un motocarro, con el objetivo de fortalecer su sistema agropecuario y fomentar la autosuficiencia alimentaria. Foto: Gentileza
Comunidades indígenas reciben inversión en microproyectos para el desarrollo
Compartir en redes
El Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) concretó una significativa inversión en la ejecución de microproyectos destinados a mejorar la calidad de vida en siete comunidades indígenas del departamento de Canindeyú.
Las obras incluyeron la mejora de la provisión de agua potable para cuatro comunidades, mediante la perforación de pozos artesianos y la instalación de tanques elevados de 10.000 litros de capacidad, cada uno equipado con sus respectivos motores. Este sistema permitirá garantizar el acceso constante a agua potable, atendiendo una necesidad prioritaria para estas colectividades.
Además, se construyeron dos salones comunitarios que brindarán espacios seguros y versátiles para el desarrollo de actividades diversas, desde reuniones hasta almacenamiento de insumos.
A su vez, se dotó a una comunidad de implementos agrícolas y un motocarro, con el objetivo de fortalecer su sistema agropecuario y fomentar la autosuficiencia alimentaria. Estos proyectos materializan un deseo por las comunidades indígenas del departamento de Canindeyú, una realidad posible gracias a la voluntad política de brindar atención prioritaria a los pueblos indígenas del país.
El presidente del INDI, Juan Ramón Benegas, expresó que este tipo de iniciativas reflejan el compromiso del Gobierno Nacional con las comunidades indígenas, otorgándoles una prioridad fundamental dentro de la agenda estatal, con el propósito de que puedan alcanzar una vida digna y mejores oportunidades para su desarrollo integral.
Mujeres indígenas se reciben de albañiles y electricistas
Compartir en redes
Historia de superación y de mucha emoción lo vivieron 21 mujeres indígenas, quienes culminaron con éxito el curso de albañilería y electricidad domiciliaria impartido por el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal) en el Chaco paraguayo. La capacitación se realizó en el marco del proyecto SUMAR del Poder Ejecutivo con apoyo del Indi (Instituto Nacional del Indígena).
Recibieron sus certificados de capacitación 25 albañiles, entre ellos 17 mujeres y 27 electricistas domiciliarios, de los cuales 4 son mujeres. Todos los indígenas recibieron sus kits para el trabajo.
El secretario técnico del Sinafocal, Alfredo Mongelós, manifestó que “este logro representa nuestra misión de mejorar la calidad de vida de las familias de los nativos residentes en Paraguay”. Agradeció también el apoyo del concejal local José Molinas y Orlando Gómez, referentes de las comunidades indígenas.
El curso de albañilería que combinó teoría y práctica tuvo como objetivo capacitar a los participantes en la realización de trabajos auxiliares en obras de construcción, con un enfoque en la eficiencia, la seguridad y la protección del medio ambiente. Los kits contienen mochila, carretilla, cinta métrica, fratacho, balde, cortahierro, martillos, guantes, cuchara, casco y zapatón.
Los electricistas domiciliarios aprendieron a montar instalaciones eléctricas en domicilios, viviendas, departamentos, etc, realizan mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo implementando protocolos de seguridad, salud e higiene laboral, bioseguridad y sostenibilidad, con ética de acuerdo con los reglamentos y normas vigentes. Los kits contienen guantes, busca polo, multitester, taladro, pinzas, cintas, destornilladores, cinta y caja de herramientas.
Durante la capacitación, las mujeres demostraron un compromiso y una habilidad sobresaliente, desafiando y reafirmando su capacidad para desempeñarse en campos históricamente reservados para hombres.
Cabe resaltar que el proyecto SUMAR del Poder Ejecutivo es una iniciativa relacionada con la prevención, tratamiento, rehabilitación y reinserción de personas afectadas por adicciones, así como el combate frontal al tráfico de drogas.