En una nueva entrega de Emprendedores LN, acercamos la historia de un grupo de jóvenes amigos soñadores que por la necesidad de crear una fuente de ingreso a modo de sostén, ya que la pandemia dejó sin trabajo a algunos, montaron en equipo un negocio gastronómico. La idea desde un principio fue ingresar al mundo culinario, y en consenso decidieron apostar por una pizzería, con un toque más juvenil fusionado con un ambiente familiar y por sobre todo, una propuesta 100% artesanal.
Fue así que nació Guapo’y Pizza’s, ubicado en la ciudad de Itauguá, frente al majestuoso y coloso árbol de guapo’y, símbolo de la ciudad con más de 200 años, cuyo nombre fue inspiración para la marca, mencionó el emprendedor de la semana, Armando Giménez Larrosa.
Combinación perfecta
“Somos un grupo de 6 amigos, teníamos equipo, local; porque uno de los socios brindó el predio, que es su propia vivienda, había idea y solo faltaba el capital, que se consiguió en el momento justo. Una combinación perfecta para unos soñadores”, comenzó la charla.
Como anécdota recordó el inicio de todo, la famosa historia de emprender en un negocio que brota compartiendo unos tragos o ronda de tereré entre amigos.
“Conseguí financiamiento del banco, porque cuento con un trabajo estable y una carrera forjada. Decidí apostar por mis compañeros, con quienes todos los días compartimos situaciones cotidianas, ya que somos todos vecinos”, sostuvo.
Relató que se reunieron un día y plasmaron todas las ideas en un cuaderno, iniciando así el plan de negocios que tras lograr el capital empezaron a trabajar por más de un mes para abrir el local, pues tuvieron que remodelar el espacio ellos mismos, además de elaborar los muebles con sus propias manos a base de palets, que es muy utilizado para este y otro tipo de negocios.
“Los sueños se cumplen”
A medida que avanzaban, la colaboración de familiares y amigos más cercanos no tardó en llegar, se sumaron para llegar a la meta del equipo. “Esto nos deja como experiencia vivida que el trabajo en equipo sí se puede realizar y que los sueños se cumplen, perseverando día a día”, expresó Armando.
El negocio está dirigido a todo tipo de clientes, desde jóvenes hasta familias que desean pasar un buen rato degustando las pizzas que son elaboradas de forma artesanal y casera desde la masa hasta la salsa.
A ello le suman que el lugar está ambientado con un toque rústico, al aire libre para disfrutar de la naturaleza plena ya que el protagonista, el árbol de guapo’y, lo convierte en un espacio ideal pese a estar en la zona céntrica de la ciudad de Itauguá.
Como el grupo de jóvenes no tenía experiencia en el rubro gastronómico, pero sí estaban convencidos de emprender en ello, realizaron un curso intensivo con una chef quien les brindó toda la técnica y hasta su mejor receta.
Crearán más sabores
La apertura de la pizzería fue hace un mes, con la propuesta de pizzas frescas y artesanales, pues son preparadas a diario al igual que la salsa que no es procesada. Cuentan con opciones como la muzzarella de 8 porciones con costo desde G. 20 mil, y luego ya van agregándose los topping y los bordes rellenos de quesos.
Disponen además adicionales a la muzzarella otros siete sabores más, uno de ellos es la especialidad de la casa “Guapo’y”, un topping mezclado con queso Paraguay, aceite de oliva, locotes verdes y aceitunas negras, pero ya están previendo ofrecer más variedades, además de agregar nuevos productos como papas fritas, hamburguesas, lomitos y picadas, todos 100% artesanales al igual que las pizzas.
En cuanto a la aceptación y expectativa, Armando comentó que a solo un mes de abrir sus puertas, ya tienen clientela que los prefiere, y pueden validarlo por las felicitaciones que reciben en torno a la calidad de los productos.
“El hacer todo artesanal nos da un plus en este mercado, al menos en esta zona, donde en un radio de 500 metros estamos rodeados de locales de pizzas”, sumó el emprendedor.
Proyectan sucursales
La idea es seguir creciendo y apuntar a la expansión creando, por qué no, nuevas sucursales y en varios puntos del país, teniendo en cuenta que las mejores marcas iniciaron así, y el equipo de Guapo’y piensa que de hecho pueden lograrlo, siempre manteniendo la unidad y la calidad.
Ante la consulta de si consideran que es difícil emprender en Paraguay, Armando señaló que en realidad lo es, pues se necesita de un buen ingreso para acceder a capital financiado.
“En mi caso, el crédito vino de arriba, pero en muchos casos el sujeto a análisis retarda los sueños de muchos. Paraguay avanzó bastante con la ayuda a emprendedores, pero aún faltan más acompañamiento para poder iniciar un emprendimiento, desde mi punto de vista”, apreció.
Otro aspecto que dificulta el proceso del emprendimiento es enfrentar la actual inflación a la que son afectados directamente por la subida de precios generalizados en los insumos, el gas, combustible que son claves para producir, por lo que tienen que sortear esos inconvenientes y optar por ofrecer buenos precios y calidad a los clientes.
En cuanto a cómo les tocó la pandemia, aseveró que fue muy duro para muchos, quedándose incluso sin trabajo que fue lo que los motivó a arriesgarse un poco más, pero están conscientes de la reapertura gradual de la actividad económica y de volver poco a poco a la nueva normalidad.
No obstante, como negocio garantizan el resguardo de los clientes, cuidando los detalles y el protocolo sanitario que deben seguir cumpliéndose, ya que solo cuidándose entre todos, más rápido se podrá salir de esto, agregó.
Más sobre los emprendedores
El vocero para esta entrevista fue Armando, periodista desde hace casi 10 años en el área de negocios, con énfasis en finanzas. Hace prensa escrita y tiene un programa de radio.
Estudió periodismo en la Universidad Nacional de Asunción, donde se graduó con éxito. En setiembre cumplió 30 años, es soltero, sin hijos y su meta siempre contempló contar con un negocio fuera de lo que es su carrera, y hoy la está logrando con la ayuda de sus socios, ya que esto es un trabajo en equipo.
Si bien, los miembros del equipo no cuentan con experiencia directa en el rubro, sus familiares sí. En el caso de Armando, su madre es cocinera profesional, con amplia experiencia en restaurantes top de Asunción, pero antes de estudiar periodismo llegó a trabajar de mozo y fuera de eso, siempre le gustó la cocina.
El staff del emprendimiento está compuesto por amigos, hermanos y primos: Khristoph Limprich Báez, Jonathan Limprich Báez, Adolfo Báez Fernández, Javier Fernández y Charles Fernández. En el caso de dos de ellos, la madre también es moza profesional de eventos, y otro también cuenta con experiencia en atención en eventos.
Otro de los socios es estudiante en la Universidad Nacional de Asunción, en la carrera de Administración de Empresas, también con experiencia como auxiliar contable y administrativo en el sector privado, al igual que el sexto miembro que es estudiante universitario de la carrera Ingeniería Comercial.
Animarse y arriesgarse
Como equipo, quisieron transmitir un mensaje de aliento a todos aquellos que quieren emprender pero tienen miedo, de animarse y arriesgarse, pues no es mentira eso de que “el que no arriesga, no gana”. Cuando uno tiene una idea de negocio, sea chico o grande, siempre es bueno compartir y buscar opciones para emprender, indicaron.
“Como fue nuestro caso, los ‘granitos de arenas’ ayudaron bastante y a pesar de que el escenario se complica, siempre se debe tener mentalidad positiva y enfocarse. La perseverancia es clave”, instó a todos.