• Moscú, Rusia. AFP

Rusia ordenó ayer miércoles a sus tropas retirarse de Jersón ante el avance de la contrao­fensiva ucraniana, en un nuevo revés que la obliga a abando­nar la única capital regional que había conquistado en casi nueve meses de operación militar. El repliegue se anun­ció después de la evacuación en las últimas semanas de más de 100.000 civiles de la zona, un operativo denunciado por las autoridades ucranianas como una “deportación”. Antes de Jersón (sur), Rusia tuvo que retirarse en setiembre de la región de Járkov (noroeste), ante la avasalladora contrao­fensiva ucraniana.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó en ese momento la movilización de 300.000 reservistas para consolidar las líneas y recuperar la ini­ciativa en el terreno. Decenas de miles de integrantes de ese contingente se encuentran ya en zonas de combate. “Pro­ceda a retirar a los soldados”, dijo el miércoles en la televi­sión el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, al general Ser­guéi Surovikin, comandante de las operaciones rusas en Ucra­nia, quien admitió que la deci­sión de replegarse a la margen derecha del río Dniéper no era “nada fácil”.Rusia abandona así no solo su mayor trofeo de cam­paña, una ciudad que antes del conflicto tenía 280.000 habi­tantes, sino también la capital de una de las cuatro zonas que se anexionó a finales de setiem­bre. La región de Jersón reviste además una importancia estra­tégica por ser fronteriza con la península de Crimea, anexio­nada por Rusia en el 2014.

El presidente ucraniano, Volo­dimir Zelenski, declaró por la noche que su país reaccionaba con “extrema cautela” al anun­cio de Rusia. “El enemigo no nos hace ningún regalo, no manifiesta ningún ‘gesto de buena voluntad’, debemos ganárnoslo todo”, declaró Zelenski en un mensaje.

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