El papa Francisco llegó este miércoles a Lisboa, donde le esperan alrededor de un millón de jóvenes peregrinos llegados desde todos los continentes para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), un multitudinario evento para una Iglesia católica en plena reflexión sobre su futuro. Con once discursos y una veintena de actos, el programa de su 42º viaje al extranjero se anuncia cargado para el jesuita argentino, de 86 años, que hace dos meses se sometió a una importante operación en el abdomen.

Volveré [del viaje] rejuvenecido”, afirmó el pontífice al grupo de unos 80 periodistas que le acompañaban en el avión, que aterrizó a las 9:45 locales (8:45 GMT) en el aeropuerto militar de Lisboa, donde será recibido por el presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa. Su estilo directo y espontáneo le valió una fuerte popularidad entre los jóvenes, por lo que se espera que Jorge Bergoglio aborde en Lisboa temas importantes para esta generación, como la guerra en Ucrania, la ecología o la justicia social, en momentos en que la Iglesia católica enfrenta el desafío de la secularización en Europa.

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“El papa es una persona bastante humilde y carismática, tenemos una gran proximidad por ser latino”, aseguró Leslie Camichael, una estudiante de 20 años llegada desde Panamá, donde en 2019 se realizó la última edición de la JMJ, mientras se desplazaba hacia el barrio de Belém para recibir al papa. Los organizadores esperan la participación de un millón de peregrinos en total, procedentes de más de 200 países, en esta semana de encuentros festivos, culturales y espirituales que arrancó el martes con la misa de apertura celebrada en un céntrico parque de la ciudad, ante una marea de fieles.

En los últimos días, la capital portuguesa ha ido llenándose de coloridos grupos de fieles que portan banderas de todo el mundo por las calles de esta ciudad, en la que se movilizaron 16.000 efectivos de seguridad, protección civil y urgencias médicas para el evento. A menos de dos meses de que comience en Roma una asamblea destinada a abordar el futuro de la Iglesia, la JMJ actuará como barómetro sobre la posición de los jóvenes católicos hacia cuestiones como el trato a las personas LGTB+, el matrimonio de los sacerdotes o la posición de las mujeres.

Discurso a las autoridades

Antes de su primer encuentro con los jóvenes el jueves, la agenda de Francisco estará dedicada el miércoles a las autoridades y al clero de este país donde el 80% de sus 10 millones de habitantes se definen como católicos. Francisco pronunciará su primer discurso hacia el mediodía frente a las autoridades y el cuerpo diplomático en el Centro Cultural de Belém, y ya en la tarde hablará ante el clero portugués en el Monasterio de los Jerónimos.

Cuarto papa en visitar Portugal, donde ya estuvo en 2017, Francisco podría aprovechar su estancia para abordar la delicada cuestión de los abusos sexuales a menores en la Iglesia, seis meses después de que una comisión de expertos independientes del país publicara un impactante informe.

El documento, difundido en febrero por encargo de la Conferencia Episcopal portuguesa, reveló que 4.815 menores habían sido víctimas de abusos sexuales en un contexto religioso desde 1950. Estas agresiones fueron encubiertas por la jerarquía eclesiástica de forma “sistemática”, de acuerdo al informe de los expertos.

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Según la Conferencia Episcopal portuguesa y el responsable del comité organizador local de la JMJ, el papa debe reunirse en privado con víctimas de estos abusos, aunque este encuentro no figura por el momento en el programa oficial. El sábado, Francisco hará una rápida visita al santuario de Fátima (centro), antes de regresar a Lisboa para participar en una gran vigilia, y presidir la misa final al día siguiente.

Considerada la mayor reunión internacional de católicos, la JMJ fue creada en 1986 por iniciativa de Juan Pablo II y consiste en una serie de eventos festivos, culturales y espirituales. Esta edición tenía que haberse celebrado en 2022, pero fue aplazada por la pandemia. Después de la celebrada en Río de Janeiro (2013), Cracovia (2016) y Panamá (2019), esta es la cuarta JMJ para Francisco, cuya salud parece cada vez más frágil. Hospitalizado tres veces desde 2021, el pontífice argentino suele desplazarse ahora en silla de ruedas o ayudado por un bastón.

Fuente: AFP.

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