Con motivo del Día de los Héroes, que se celebró el pasado 1 de marzo en conmemoración de la muerte en batalla del mariscal Francisco Solano López durante la guerra contra la Triple Alianza, Augusto dos Santos recibió en su programa “Expresso”, transmitido por GEN/Nación Media, al historiador Fabián Chamorro para hablar sobre la construcción de la figura del héroe en la historia paraguaya, así como de otras personalidades y hechos relevantes de nuestro pasado.

Fotos: Eduardo Velázquez

–ADS: La historia quizás tuvo su salud en el hecho de que estuvo revisándose, ¿verdad?

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–FC: Hasta ahora se revisa la historia. Luego de la guerra del Chaco, con el militarismo se instala también el nacionalismo paraguayo en el sistema educativo. Y eso el paraguayo tuvo durante décadas, hasta el 93, 94, que fue la reforma. Y ahí empeoró porque ahí se dejó de enseñar historia.

–¿Cuándo se dejó de enseñar?

–Se enseña, pero con muy mala calidad. El revisionismo histórico hablaba de que el guaraní es como que desapareció en el siglo XVI. Se mestizó con el español y dejó de existir. “El alma de la raza”, un libro muy interesante de Manuel Domínguez, que es importante para entender el principio del siglo XX, habla de un mestizo blanco, pero que se quedó con la bravura del guaraní.

–Esa es la eterna negación también.

–Se invisibilizó al indígena en la historia del paraguayo. Por eso es que no tenemos héroes indígenas. No recordamos ninguno. Porque se mestizó totalmente en el siglo XVI con esos españoles, con el mito de la doncella guaraní y el gallardo español. Ese fue un proceso violento. Pero eso es lo que se enseñó a partir de ese momento. Entonces, por eso es que nosotros no tenemos héroes guaraníes. Tampoco tenemos una población muy grande de estos originarios como para que ellos recuperen esos nombres. El 2 % de Paraguay nada más hoy ya es indígena. O sea, estamos hablando de un porcentaje pequeño. Y otra vez, ese porcentaje, un poco más de la mitad creo que son guaraníes. El resto ya no. Entonces, por esas dos razones es que hoy en día nosotros no tenemos un héroe guaraní. Guambaré de repente suena, que por una cuestión de la grafía de la época se quedó como Lambaré, pero hasta ahí.

MESTIZAJE

–Si le minimizamos a los héroes indígenas, mirá la negación y la invisibilización de los negros en nuestra historia.

–Y también se mestizaron. Todos nosotros somos un proceso de mestizaje porque somos blancos. Es un mestizaje que perdió el color de los otros, por decirlo de alguna manera. Y se quedó blanco y se quedó con la mejor parte de todos. Y el negro sí que hasta hoy en día, si vos ves los grandes debates de redes sociales, los muchachos niegan que existió esclavitud en Paraguay. Y existió esclavitud y fue una población muy importante. Desapareció prácticamente durante la guerra contra la Triple Alianza y también se mestizaron.

–Hay una crónica que hace una comparación de los ejércitos paraguayos y bolivianos y en la que se señala que en este ejército no hay ningún rasgo indígena.

–Sí. Los cruceños también usaban ese discurso contra los paraguayos y los paraguayos abiertamente. Los dos se trataban de indios despectivamente. Y los dos tenemos elementos. Ellos más porque ellos sí vinieron parcialidades, sobre todo los de la zona de La Paz y demás, donde eran cholos. Sin embargo, Paraguay no llevó contingentes indígenas. Servían como baquianos ya en el Chaco, pero no eran enrolados como sí ocurría en Bolivia.

–Hubo un payaguá célebre de la época de la guerra contra la Triple Alianza.

–José Ortigoza. El sargento Coatí. (Juan E.) O’Leary lo recupera porque él le salva a (José Eduvigis) Díaz una vez que fue herido . Él es el más famoso probablemente.

–¿Y a los próceres de mayo dónde los ponemos?

–Volvemos al discurso nacionalista. El discurso nacionalista tiene tres pilares. José Gaspar Rodríguez de Francia, Carlos Antonio López y Francisco Solano López. El primero se apropia de toda la independencia. O sea, Francia es la independencia. Estos eran terratenientes que llegan a ser héroes por el hecho de que lograron la independencia nacional. Fijate que no hay tampoco ahí ni un campesino. Por más de que se le trate de dar el cariz o que se le quiera arropar de pueblo, son las élites. Es una élite económica y de terratenientes los que lograron la independencia del Paraguay.

–Y en general en los héroes también hay una situación parecida.

–La mayoría de los héroes son gente con un poder económico y político muy importante.

–Salvo Yacaré Valija y otros.

–Ellos trascendieron gracias a proezas increíbles. José Félix Estigarribia era un campesino. Vino de la zona de Caraguatay, pero también fue de la élite. Todos se convierten en élite una vez que van llegando. El novecentismo puede ser, pero para nuestra crónica nacionalista ellos no son héroes, son intelectuales.

COHESIÓN

–¿Para qué sirven los héroes?

–Es un elemento de cohesión y de identidad. Hoy en día podemos discutir quiénes deberían ser tomados como héroes. Nosotros estamos llenos de estatuas militares porque vivimos dos guerras. Una de ellas casi nos hizo desaparecer. Después vino otra guerra internacional importante. El discurso nacionalista que se instala es militarista. Entonces, recuerda esos héroes militares. La creación del héroe máximo, que es un proceso que se inicia a fines del siglo XIX hasta 1925, 1926, que es la reivindicación de Francisco Solano López, es justamente crear un héroe que cohesiona a una sociedad que se iba a ir nuevamente a la guerra. Entonces se hace todo un trabajo para convencerles desde chicos de que vos tenés que irte a la guerra a defender el Chaco y este es tu héroe. Esta es tu imagen, este tenés que ser vos, de este tenés que sentirte orgulloso. Y ese era López y así se crea la figura del héroe máximo para Paraguay. López al terminar la guerra contra la Triple Alianza era el villano. Fue proscripto y pasaron más de 60 años para que él se convierta en héroe máximo en la República del Paraguay. Entonces, ese es el trabajo del héroe. En esa época cohesionar y hoy en día es una parte de nuestro rasgo identitario, de nuestra identidad.

–¿Cómo se construyen los héroes en nuestra sociedad?

–Lo que siempre se encontró a lo largo de décadas es el héroe guerrero, el que pelea por la patria, el que pelea por la sociedad. Ese que toma las armas ese es el héroe y eso fue migrando con el correr de los tiempos. Hoy día las sociedades tratan de valorar otra cosa, otras profesiones, otros rasgos. Los bomberos del Ycuá Bolaños, el policía que le salva al bebé, en la pandemia los doctores, pero no se creó aún un relato en torno a ellos.

MASONERÍA

–Hay mucha historia de la masonería detrás de algunos monumentos, ¿verdad?

–El monumento más antiguo de Asunción y de Paraguay es masónico, que es el de la Constitución Nacional. Es una columna y encima está la patria. La mujer representa la patria. Al lado está el escudo nacional y ella con el preámbulo de la Constitución en las manos mostrando al oriente. Los masones son quienes redactan la Constitución Nacional de 1870. Y también son quienes después juntan los fondos para hacer ese primer monumento.

–¿Era o no masón el mariscal López?

–No. Definitivamente no hay documentos. Durante la guerra contra la Triple Alianza en los procesos de San Fernando se les persiguió a los masones. De hecho, tenemos un caso documentado de un italiano que hacía iniciaciones, de nombre Enrico Tuba, que fue fusilado en San Fernando por el solo hecho de ser masón.

–¿Y el mariscal Estigarribia?

–Él sí. Él llegó a ser grado 24. Se alejó de la masonería porque la guerra se acercaba y él fue enviado al Chaco tres años antes de la guerra prácticamente como para que comience a conocer toda esa zona y se tuvo que alejar de las logias masónicas. Se había cerrado la logia masónica en Concepción, donde él residió mucho tiempo. Y cuando él llega a ser presidente de la República él vuelve a entablar relacionamiento con la masonería paraguaya y estuvo ligado a la masonería hasta el fin de sus días.

–¿Y los enfrentados a Paraguay en Argentina o en Brasil que estuvieran ligados a la masonería durante la Guerra Grande?

–Tanto los líderes militares como la élite eran todos masones. En Argentina (Bartolomé) Mitre y los generales, lo mismo que los brasileños, el duque de Caxias y todo su entorno eran masones.

–¿Y Bernardino Caballero?

–Ya vino iniciado de Brasil, pero fue como prisionero de guerra. Aquí la masonería se instala con la ocupación aliada. No fue algo anterior, no fue algo de la época de López. Cuando López estaba peleando todavía hacia la zona del norte del país, la masonería se instala en Asunción.

EL HECHO CENTRAL

–¿Por qué el mariscal López es el gran héroe indiscutido de Paraguay?

–Porque él es el que tiene que enfrentar el episodio histórico más importante del Paraguay, que es la guerra contra la Triple Alianza. La guerra contra la Triple Alianza es un evento que cambia para siempre nuestra historia. Vos podés decir “pasaron 150 años”, pero Paraguay nunca se recuperó, por ejemplo, demográficamente de esa guerra. Porque Paraguay no tuvo ese flujo migratorio que sí tuvieron Brasil, Argentina y Uruguay en su momento. Tiene que ver también con problemas estructurales que empiezan con esa ocupación aliada y que nunca más se terminan. Él tuvo que enfrentar a la Triple Alianza, tuvo que enfrentar el Tratado Secreto de la Triple Alianza, que era un tratado que destruía Paraguay. Y fue fácil para los novecentistas que ensalzaron su memoria arroparle de la causa nacional porque cumplió su palabra de morir con sus últimos hombres en la última batalla. El relato perfecto construyeron para poder hacerlo el héroe máximo, pero no fue rápido.

–¿Cuándo López se convierte en héroe consensuado nacionalmente?

–Y consensuado yo creo que posterior a la guerra del Chaco porque había todavía un segmento importante, especialmente del Partido Liberal, que reñía con la figura de Francisco Solano López y eso hizo que el debate no se termine hasta la guerra. ¿Por qué siempre la guerra es importante para la figura de López? Porque él fue el elemento que tenía que cohesionar al Paraguay. Él y los héroes del 70. Por eso es que, por ejemplo, un Cecilio Báez termina reconociendo la figura de José Gaspar Rodríguez Francia, por ejemplo, ya cerca de la guerra. ¿Por qué? Porque era el elemento que terminaba cohesionando al Paraguay.

–Y un típico antihéroe fueron los legionarios.

–Y justamente con la construcción de ese relato del héroe máximo, tenía que haber un antihéroe. Esos son los legionarios. Y después hubo elementos que le pudieron dar fuerza a eso. Cuando Benigno Ferreira, presidente de la República, legionario, prohíbe que el paraguayo use poncho, prohíbe que la paraguaya fume cigarro en espacios públicos, era atacar la identidad del paraguayo. Y también eso hizo que el Partido Colorado rápidamente se vuelva nacionalista. Todo se dio para que en 1926, que era el centenario de su cumpleaños, fuera apoteósico.

–¿Qué pasó en 1926?

–Y fueron los 100 años del mariscal y fue una fiesta nacional. 40.000 personas en el centro de Asunción, miles de personas en todos los poblados más importantes de Paraguay. A partir de ahí yo creo que ya no había mucho que hacer con la figura de López. Los que estaban en contra de la reivindicación de López sacaron un libro que se llamaba “El mariscal López”, que eran artículos que hablaban, por ejemplo, del tema de las destinadas, el sufrimiento de las mujeres, los ajusticiamientos y amenazas, pero se quedó en el ámbito intelectual y de ahí ya no salió.

–Los últimos gobiernos progresistas de Argentina dieron su lugar a López pese a haber sido el héroe con el que se enfrentaron. ¿A qué responde esa corriente?

–En la década de 1970 aparecieron muchos escritores marxistas como (Eduardo) Galeano, como (Julio José) Chiavenato, como (José María) Rosa. Eran antiimperio y entonces le tomaron a López como un adalid contra el imperio. En esa época, por supuesto, hablábamos del Imperio norteamericano, pero ellos se fueron contra el Imperio inglés diciendo que ellos son el cuarto aliado que trajeron la guerra. Es un relato que se construyó a partir de historiadores de la izquierda tratando de traer un cuarto aliado a la guerra.

–O sea, ya tenemos un héroe y construyamos un enemigo funcional a la época.

–En Argentina (Juan Domingo) Perón devuelve los trofeos de guerra. (Carlos) Menem devuelve el mobiliario cuando era gobernador de La Rioja. Después hubo varias reivindicaciones. Cristina (Fernández) nombra una unidad mecanizada de artillería como Francisco Solano López. Los nombres de las calles en Argentina vas a encontrar Antonio López, Francisco Solano López, van a encontrar héroes de la guerra contra la Triple Alianza. Entonces, también fue un proceso latinoamericano de compartir héroes.

SECRETISMO

–Al que le resulta un poco más difícil ese rol reivindicador, sumido más en el secretismo de sus reliquias y documentos, es Brasil.

–Brasil es una república que tiene todavía esos aires de imperio, sobre todo cuando se trata de la cuestión de las relaciones exteriores. Yo he visto intelectuales brasileños cambiar totalmente la fisonomía cuando vos hablás de López y querés hablar de Acosta Ñu, querés hablar de Piribebuy. Todo es negación. Ellos hablan de que López quería expandir territorio. Teníamos un barco de guerra, teníamos 500.000 habitantes, Brasil tenía 10 millones de habitantes, tenía 40 barcos de guerra. O sea, ¿dónde queríamos expandir? ¿Con qué? Pero el relato quedó ahí y es algo que ellos repiten y que hoy en día, por ejemplo, ¿quiénes guardan esas reliquias que no quieren devolver? El cañón Cristiano es el elemento para mí más importante de lo que está en Brasil hoy en día.

–No hay que olvidarse de la ocupación de Asunción.

–Durante la ocupación de Asunción llevaron todo. Gran parte de lo que se saqueó, lo que no se vendió en Buenos Aires fue a parar a Río de Janeiro. Y ahí están el cañón Cristiano y decenas de otros cañones paraguayos más que tiene Brasil. O sea, de parte de Brasil no hay un gesto para cerrar definitivamente el tema de la guerra.

–¿Y en cuanto al aspecto documental también hay un cierre de los archivos?

–Ellos lo que están tratando de ocultar es el tema del tratado de límites con Paraguay. Yo creo que hubo coimas para los parlamentarios paraguayos, que votaron 23 contra 3 ese día a favor del tratado de límites con Brasil.

–¿En qué año fue eso?

–El 9 de enero de 1872, en plena ocupación militar le dicen “es de ustedes y quédense si quieren más en Asunción”. Se quedaron cuatro años más. Hay otros periodos de la historia en común entre Brasil y Paraguay en que Brasil reconoce que hubo coimas para parlamentarios paraguayos en épocas específicas. Entonces, si coimeaban en 1880, 1890, en el año 1900, no había problema de coimear 10 años antes. Y ahí se puede demostrar no solamente que se llegó a un acuerdo de límites bajo ocupación militar, sino que encima se sobornó a los parlamentarios para aceptar el tratado. Y es grave. Eso no prescribe. Yo creo que para evitarse ese problema diplomático que podría generar incomodidad.

–Hay volumen para temer por parte de Brasil de que a consecuencia de estos secretos se pueda plantear algún tipo de reivindicación histórica.

–Sí, categórico. Los saltos de Guairá están enteramente en territorio paraguayo. Cuando ellos se dieron cuenta, abandonaron 30 años de trabajo de delimitación en común para decir “ese siempre fue Brasil”. Se instalaron militarmente y después para evitar una guerra Estados Unidos, en plena Guerra Fría, dice “no. Mis dos aliados de acá no se van a pelear, solucionen”. Esto es un condominio, porque esos son hoy en día los saltos de Guairá, no es la mitad Paraguay y la mitad Brasil. Todo es de los dos. ¿Cómo delimitás eso cuando termine el tratado? Porque alguna vez Itaipú seguramente va a dejar de funcionar, dentro de 50, 60, 70 años. Ahí vamos a quedarnos nuevamente con el tema de los saltos de quién son. Hay mucha historia que le puede llegar a incomodar a Brasil a la hora de tener que negociar.

HÉROES DESTACADOS

–¿Cuáles son cinco vidas imprescindibles para entender lo que fue Paraguay en esa guerra en la categoría héroe o destacado?

–Paraguay tuvo tres estrategas en toda la guerra y lastimosamente se fueron perdiendo muy rápido, menos el último. El primero era Elizardo Aquino, el luqueño, que termina muriendo en julio de 1866. El segundo era el general José María Bruguez, artillero, un hombre muy informado a pesar de salir muy poco de Paraguay. Fue un muy buen estratega y muere ajusticiado durante los procesos de San Fernando en junio del año 1868. Y tercero es Bernardino Caballero, que es el estratega que le quedó a López para tratar de parar el aluvión aliado en esa época, que ya era imposible. Ellos tres para mí son fundamentales para entender la dinámica de una guerra que es totalmente diferente a la que conocemos hoy en día y totalmente diferente a lo que fue la guerra del Chaco. Después tenemos dos que no podemos evitar que son José Eduvigis Díaz, por lo que representa para la memoria del Paraguay, y después por supuesto Francisco Solano López, que para mí es el personaje histórico más importante del Paraguay hasta hoy en día

–¿Y EN LA GUERRA DEL CHACO?

–Ahí voy a agregar a una mujer. Primero el mariscal (José Félix Estigarribia) porque tuvo una visión estratégica fenomenal diferente y el hombre pudo llevarlo a cabo en gran parte. Él no dejó de pensar un solo día en cómo destruir en una sola batalla a todo el Ejército boliviano y no lo pudo hacer, pero en diferentes batallas fue tomando divisiones enteras del Ejército boliviano. El segundo es Alejandrino Garay, un hombre que ya estaba jubilado y prácticamente anciano se convierte en patrono de la infantería paraguaya después de caminar más de 60 kilómetros con un ejército que no tenía prácticamente agua, sale detrás del Ejército boliviano y logra una victoria fundamental en Yrendagué. Tercero José Bozzano Baglietto, que es un hombre que hay que recordarlo porque lo que fue Estigarribia en la vanguardia Bozzano fue en la retaguardia. Rafael Franco, que fue nuestro gran valiente y, por último, quiero rescatar a una mujer, María Victoria Candia, que fue la jefa de enfermeras de Paraguay durante la guerra del Chaco.

–Contanos un poco más de ella.

–Ella se fue a Inglaterra sin hablar inglés, entró en una escuela de enfermería durísima, militar, donde la maltrataron, donde ella sufrió todo tipo de cuestiones, pero igual prevaleció. Gracias a sus méritos académicos pudo irse a Francia, pudo irse a Estados Unidos y cuando Paraguay le necesitó vino porque ella pudo haberse quedado a vivir bien, pero vino a Paraguay y ella se encargó del entrenamiento de las mujeres y cuando la guerra la necesitó también se fue hasta donde le permitieron llegar al frente para ayudar al soldado paraguayo. Ella es una mujer de nuestras olvidadas que merece el reconocimiento por lo que hizo.

–¿Y LOS CIVILES?

–Andrés Barbero, que le sirvió a Paraguay en la pandemia, le sirvió a Paraguay en la guerra del Chaco y cuando se sintió morir dejó toda su fortuna para Paraguay. La Sociedad Científica del Paraguay y la Academia Paraguaya de la Historia funcionan gracias a los recursos que él dejó ya hace más de 70 años. Él sigue aportando a Paraguay de esa manera a través de la ciencia, a través de la historia y para mí es un reconocimiento para un gran hombre. Después yo le agrego a todo el novecentismo paraguayo, que fue la generación intelectual más importante que tuvo el Paraguay.


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