Hace un par de días recordábamos el Día de los Héroes y en dicho contexto, el Grupo Nación Media rendía un homenaje a los paraguayos que hacen la diferencia con su trabajo, talento y solidaridad. Este año, la principal distinción recayó en las fuerzas de seguridad, policías y militares, que se unieron en torno a un histórico plan que logró retomar el control de Tacumbú, gracias a un operativo sin precedentes, mediante el cual se logró restablecer el orden para construir así un país más seguro para nuestras familias.

Este procedimiento demostró que cuando existe una buena planificación y, sobre todo, un objetivo común, todas las diferencias quedan de lado y se pueden lograr resultados que beneficien a todos.

Precisamente una de las políticas enfocadas desde el gobierno de Santiago Peña, que se observan no solo en el tema de la seguridad, es la optimización de los recursos con lo que se obtiene una mejor focalización y abordaje de los problemas, en cada uno de los sectores. Así ocurrió con las becas del Gobierno que se implementa desde este año con una nueva modalidad, uniendo las oportunidades educativas para los jóvenes bachilleres ofrecidas por el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC), la Secretaría Nacional de la Juventud (SNJ), Itaipú Binacional y la Entidad Binacional Yacyretá. De este modo, se logrará que este año, unos 5.000 jóvenes tengan la posibilidad de cursar estudios universitarios, técnicos o de formación docente.

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Otro ejemplo sería la intención del programa “Hambre cero” por medio del cual se plantea la creación del Fondo Nacional para la Alimentación Escolar (Fonae) para potenciar el programa, trabajando de manera más coordinada con las administraciones locales.

Ahora, volviendo con el tema de la inseguridad, sin dudas, la forma de abordar este flagelo requiere de un enfoque holístico y a largo plazo, así como la colaboración y el compromiso de múltiples partes interesadas, incluyendo el Gobierno, la sociedad civil, el sector privado y la comunidad en general.

La única forma de reducir y por qué no, apostar a erradicar los problemas generados por la violencia que vemos a diario es con una educación integral a la población desde muy temprano. Sobre todo, se requiere de un plan integral que aborde las causas subyacentes de la delincuencia, como la pobreza, el desempleo, la falta de acceso a la educación y la atención médica, entre otros.

Esto implica identificar y brindar apoyo a personas en riesgo de participar en actividades delictivas a través de programas de intervención temprana, como asesoramiento, capacitación laboral y acceso a servicios sociales. Asimismo, se pueden incluir programas de desarrollo comunitario y oportunidades de empleo. Otro aspecto tiene que ver con la posibilidad de intervenir en la infraestructura urbana y rural para crear espacios públicos más seguros.

Como vemos el abordaje de la inseguridad debe ser integral y debe involucrar a varios sectores de la sociedad. En lo que respecta a las fuerzas de seguridad y del orden público, es importante fortalecer cada vez más la presencia policial en las calles. En ese sentido, debemos reconocer que se han dado avances con la incorporación de más linces, pero todavía es insuficiente la cantidad de efectivos de esta división en las principales ciudades del país.

Otra arista tiene que ver con el sistema judicial, el cual también debe asumir su responsabilidad para garantizar una respuesta eficaz y rápida para condenar a los delincuentes. No puede ser que personas con medidas sustitutivas sigan delinquiendo en las calles, como ocurrió con el crimen del joyero hace unos días en el este del país. Se debe ser implacables en la aplicación de la ley y de ser posible, además de castigar a los delincuentes, sería bueno considerar enfoques de justicia restaurativa que busquen reparar el daño causado a las víctimas y a la comunidad. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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