Juan Carlos dos Santos, Twitter: @Juancads

En este espacio traemos al presente hechos cotidianos de épocas pasadas y que perduraron por un breve lapso en la memoria popular y colectiva, pero que siguen guardados en ediciones de periódicos impresos en la Biblioteca Nacional del Paraguay.

La presencia boliviana en territorio paraguayo se hacía normal y el diario Crítica, con su jocosa manera de relatar las noticias diarias, lo retrataba claramente en su edición de marzo de 1930, dos años y tres meses antes del inicio de la guerra del Chaco.

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Además, casi un año y medio antes de que sus estudiantes fueran masacrados por los guardias del Palacio de López, el Colegio Nacional ya no aceptaba alumnos para el bachillerato por falta de espacio físico.

Noticias breves

¡No más alumnos!, han dicho en el Colegio Nacional e incontinenti han resuelto cerrar la inscripción. Aquello está como “lata de sardina”. Los jóvenes que querían estudiar bachillerato y que llegaron atrasados tendrán que dedicarse a la agricultura.

- Un avión boliviano parece que ha caído en el Chaco matando a sus dos tripulantes la violencia de la caída. Una noticia bomba decía ayer el público, comentando el caso. Pero, ¿por qué ha de ser bomba?; ¿Acaso los aviones bolivianos tendrán el privilegio de no caer nunca?

Un espía barbudo apareció en Clorinda

En estos días (marzo 1930) fue cayendo en Clorinda, un espía boliviano. Iba barbudo. Dicen que iba desde Asunción y lo retuvo el resguardo argentino. Le pidió sus documentos y como los tenía en forma, lo dejaron en libertad.

El espía que tenía ya una barba forestal, trató de afeitarse. Pero como la población de Clorinda es casi netamente paraguaya, no encontró quién lo afeitara. Después de muchas andanzas convenció a un peluquero de apellido Adorno para que le quitara la barba. Fue el único paraguayo en disidencia.

Después de afeitado, el espía desapareció por completo y no lo han vuelto a ver por allá. Tal vez se internó de nuevo en territorio paraguayo.

Carnaval, ¡Llega Momo!

En el rudo batallar del vivir diario, el carnaval viene a abrir un paréntesis con su locura colectiva, viene a darnos una inyección de alegría desatada sin control. Durante tres días estaremos sugestionados por el misterio de unos ojos negros que nos asesinaron por detrás de un antifaz, ¿Qué estaremos pensando?

¿Quién sería aquella colombina misteriosa que nos regaló una flor al pasar?… una flor y una sonrisa.

Bienvenido el carnaval. En buena hora lleguen estos días de expansión que en la vorágine de una alegría loca nos harán olvidar un poco con el mareo de las risas en las sonrisas de las mascaritas, entre el enriedo de la serpentinas, y la lluvia de flores, la tristeza de la vida.

Un L.C. capturado

La comisaría 1a. a cargo del infatigable y activo comisario Mereles, le ha echado el guante a un conocido L.C. (Nota de la redacción: Ladrón de casas). Este se hacía llamar Norberto Calderón y otros varios nombres. Más conocido en los bajos fondos por el apodo de “mariscal”.

Este “mariscal” trató de alzarse con una partida de ropa sucia de la mujer Stanislaa Ávila, pero esta, que no se duerme como cualquier administrador del Banco Agrícola en trance de invasión de “yso carú”, avisó a la Comisaría 1a. que logró capturar al rata.

Este tiene para rato en la sombra del caserón de la calle Comuneros.

Libertad de culto no existe en este país

El domingo próximo pasado volvió a repetirse el bochornoso espectáculo. Mientras unos pacíficos salvacionistas predicaban en la Plaza Uruguaya sus teorías, un grupo de fanáticos, soldados casi todos, la emprendieron a pedrada contra aquella buena e inofensiva gente. ¡Que sea la última vez que esto suceda!

El nuevo comisario de Órdenes está en el deber de garantizar la libertad de cultos establecida clara y terminantemente por la Constitución nacional.


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