Un material que presenta a una banda reunida, renovada, explorando sonidos clásicos y modernos, destellos de una mezcla que también forma parte del concepto “híbrido” presente en todo el segundo disco de Kuazar. El vocalista de la banda de metal nacional, José María González, habla con Nación Media sobre todo el proceso que tuvo que pasar hasta concebir “Hybrid power”.

  • Por Luis Ríos
  • Fotos Gentilezas

“Heta mba’e vai ojejapo­va’ekue ñane retãme. Heta mba’e vai ojeja­póiti ko’ága. Aníke pekyhy­jéti. ¡Cháke la kuriju!” es quizá un grito de guerra instalado no solo en sus con­ciertos, sino en la sociedad misma cuando se trata de combatir una injusticia. La banda de Ciudad del Este se pudo posicionar más allá de la escena metalera por sus letras en guaraní, la jerga local dentro de su lírica y la inspiración en hechos his­tóricos para sus canciones.

De esta forma, en su primer disco debut, “Wrath of God” (2010), encontramos títulos como la misma “Kuriju” o “Twenty days in hell”, que está inspirada en la batalla de Boquerón durante la gue­rra del Chaco y que sorpre­sivamente para ellos tuvo muy buena aceptación den­tro del público boliviano. El mercado brasileño también fue un objetivo que fueron conquistando lentamente y luego aparecer en los sitios más reconocidos del estilo, tanto en Latinoamérica como en Europa. “Decidi­mos defender nuestro pri­mer disco durante mucho tiempo porque en el Bra­sil se conocía muy poco”, explica el frontman José María González.

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Cuando en nuestro país ya era un disco rodado o girado, en Brasil era aún muy nuevo. “Por eso, nos pasamos todo el 2013, 2014 y 2015 promo­cionándolo, pero durante ese periodo ya teníamos protoversiones de algunos temas que hoy se incluyen en el nuevo álbum. El pro­ceso comenzó formalmente en 2017 y terminó ahora por­que en el medio tuvimos una pandemia que retrasó las cosas”, agrega el también guitarrista.

“MACHETE CHE PÓPE”

Siguiendo con la tradición de introducir historias béli­cas paraguayas dentro de su lírica, Kuazar presentó la canción “Machete che pópe (Acosta Ñu)” como el princi­pal single de su nuevo mate­rial discográfico. En esa canción, la banda navega a través de uno de los hechos más oscuros de la guerra contra la Triple Alianza y su videoclip generó más de 26.000 vistas en Youtube en tres meses, además de reper­cusión en medios que pare­cían impensados para una agrupación de su estilo.

“Yo estaba muy seguro de que el material iba a causar un impacto positivo, pero no esperaba ese derrame en los medios de prensa, más allá de la prensa especializada en música. Llegar a Crónica o a programas de televisión como Teleshow. Ahora nos pasó que un sitio web de his­toria brasileño está hacién­dose eco de ‘Machete che pópe’ y a través de eso están contando historias de la Tri­ple Alianza a un público más joven, todo eso no me lo espe­raba”, asegura José María.

La gran repercusión causada por el tono de la canción, la polémica generada por el relato histórico y la utiliza­ción de imágenes de la banda tocando en iglesias para el videoclip atrajo a propios, extraños y curiosos. “Espe­raba que la gente recepcione bien la canción porque creo que trabajamos muy bien en eso, pero no esperaba ese alcance ‘mainstream’ que se consiguió. No esperaba particularmente ese alcance tan grande que tuvo”, dice González.

El músico comenta que cuando se trata de hacer una canción basada en hechos reales, lo principal es siem­pre tener mucho cuidado de “no meter la pata”. “Es muy importante eso hoy por hoy sobre todo porque estamos a dos clicks de verificar una fuente. Yo conozco algo de historia nacional, no soy un historiador, pero me tomo la molestia de investigar”, recalca.

Justamente, para “Machete che pópe” viajó a Piribebuy (porque días antes de Acosta Ñu se desarrolló la batalla de Piribebuy). Allí se instruyó al respecto. Fue al museo de la ciudad, aprendió e identi­ficó qué armas se usaron. “Vi que se usaron machetes, que usaron machetillos y pistoli­tas caseras porque no tiene sentido hacer una canción que se llame ‘Machete che pópe’ y resulta que nadie usó machetes. Era una locura realmente y en Piribebuy ya teníamos niños luchando, entonces, lo de Acosta Ñu no era un hecho aislado. Usa­mos Acosta Ñu porque ahí se dio la ejecución más grave y violenta. Esta canción nos llevó bastante tiempo”, reco­noce el artista.

González hizo la letra y después de su visita al lugar donde ocurrieron los hechos empezó a trabajar el instru­mental. “Agregué el nombre del conde de Eu, lo transfor­mamos en el villano princi­pal porque la historia indica que así lo fue. Cuando era el duque de Caxias no pasaba nada, era una guerra más de ejército contra ejército, pero cuando llega este fran­cés (Louis Philippe Marie Ferdinand Gaston d’Orléans o en español Luis Felipe María Fernando Gastón de Orleans) se convirtió en una matanza total. Todo eso fui­mos aprendiendo para poder defender nuestra obra ante el público en general. Vinie­ron miles de cuestiones e incluso se tomó como un tema polémico”, recuerda el compositor.

PUNTA DE LANZA

Así llegamos a “Hybrid power”, el esperado segundo álbum del grupo que fue lan­zado el pasado viernes 9 de junio en todas las platafor­mas digitales. El disco fue producido ejecutivamente por José María, artística­mente por el brasileño Mar­celo Moreira (ex-Krisiun), quien también grabó las baterías. Además, conta­ron con la participación del productor paraguayo Adrián Ortiz para grabaciones extra y producciones adicionales.

“Este disco me agarró en una etapa muy particular de mi vida. Cuando estába­mos promocionando el disco anterior falleció mi madre. Cuando empecé a componer este nuevo trabajo, estaba en pareja y ahora ya no. Todos los integrantes de la banda pasaron por cosas a modo personal antes de llegar al nuevo disco. Siempre pasan cosas en la vida de los artis­tas que terminan afectando a las canciones”, reflexiona.

Por todo eso, para este disco escribió letras más intros­pectivas porque ocurrió den­tro de un proceso de sepa­ración y que, a su vez, es algo que le puede ocurrir a cualquier persona. “Por eso lo hablo tan abiertamente, porque mucha gente puede sentirse identificada con eso. Utilicé lo que sentía en ese momento y lo convertí en arte”, subraya el músico.

De ese proceso en particu­lar, salieron dos canciones para el nuevo disco, “Silence” y “There for me”, que hablan de esa sensación de abandono y tristeza. “Son canciones más nuevas porque tienen un sonido más nuevo, pero hay canciones como ‘The sni­per’ cuyos riffs principales ya estaban hechos en 2016 aproximadamente”, cuenta José María.

“En síntesis, es un disco que fue fluyendo a través de mi vida personal, utilizando el arte como escape y como una manera de ir aliviando todas esas sensaciones. Sobre eso, le digo a la gente que siempre trate de escribir lo que está sintiendo porque de todo se puede sacar algo bueno”, recomienda.

Este material fue mezclado por el aclamado mix mas­ter Brendan Duffey, quien durante más de una década ha sido productor musical e ingeniero. Ha mezclado, masterizado y producido algunos de los nombres más importantes de la música en Brasil y de otros países. Ha trabajado con artistas como Angra, Andre Matos, Almah, Mike Mangini, Dr. Sin, Asta­fix, 50 Cent, The Mission, Wanessa Camargo, Tihuana, Billy Sheehan o el ex-Judas Priest Ripper Owens. Ade­más, fue nominado a premios Grammy por su trabajo.

SU ROL DE PADRE Y LA MÚSICA

José María González es papá de dos niñas que tie­nen mucha participación dentro de la estética y cons­trucción de relato de Kua­zar. “Ellas participan en los videoclips de la banda, son como los Easter eggs (huevos de pascua) escondidos por ahí. Incluso están en la portada del disco. A este dúo de niñas las veía y me pareció que podían ayudar a repre­sentar la dualidad de nues­tras razas, por eso las involu­cré en todo”, comenta.

El arte de portada fue dise­ñado por el artista para­guayo Sant V. Schreiber y en él presenta a una niña indígena y una europea (que son las hijas de José María) y varios detalles escondidos dentro del diseño que hacen referencia a momentos de las canciones contenidas en el disco y a canciones clásicas de la banda. “Cada vez que me hacían preguntas sobre la música en sí o sobre lo que estaba tratando de contar, aprovechaba para contarles la historia”, destaca.

Con sus hijas escucha música. Desde los Beatles, pasando por el rock and roll hasta lo que suena hoy. “Ellas saben todo lo que está pasando, pero también trato de que tengan siem­pre esa carga de informa­ción de cómo empezó algo y cómo fue para llegar a lo que es ahora. Las dos ya me dijeron que quieren ser artistas, entonces hablamos mucho de eso. Eso también me entusiasma bastante dentro de este presente de Kuazar. Quiero mostrarles a ellas que se puede hacer algo bien hecho en Paraguay”, remarca.

Esa misma formación tam­bién la aplica a otras áreas como la historia paraguaya. “Ellas ya saben lo que es Acosta Ñu, saben que Para­guay vivió una guerra, que pasó una dictadura de 35 años. Todas esas cosas se las trato de inculcar dentro de mi propio proceso de descu­brimiento y aprendizaje de las cosas y, a su vez, dentro del propio proceso creativo de Kuazar”, afirma.

LA VUELTA DE UN VIEJO CONOCIDO

A finales de 2015, Kuazar anunciaba la incorpora­ción del brasileño Marcelo Moreira en la batería luego de que Ratty González (el hermano de José María) decidiera dar un paso al costado en ese momento. “Conocí a la banda a través de una entrevista para la TV británica BBC Mundo. Per­cibí una gran diferencia en el sonido y en la forma de trabajar, inclusive usando en algunos momentos su lengua natal, el guaraní. Acabé entrando en contacto con José María y nos volvi­mos amigos”, había dicho el veterano percusionista al momento de su llegada.

“El disco ya estaba listo cuando Marcelo Moreira entró. Hizo un trabajo de pro­ducción y también ayudó a pulir ideas. Como todo pro­ductor, tuvo un rol de moldear lo ya escrito por nosotros. A medida que íbamos avan­zando y el disco se hacía más tangible, nos dimos cuenta de que iba a ser imposible continuar con él por las dis­tancias. Él ahora mismo vive en Los Ángeles y viene muy poco a Sudamérica, entonces vimos que sería muy compli­cado todo”, explica Gonzá­lez sobre por qué decidieron hacer un cambio.

Una vez que se finiquitó la salida, José María llamó a su hermano. Le explicó todo lo que pasó y le preguntó si no quería volver a la banda. “Él estaba con su propio pro­yecto llamado Pray For Me, entonces le consulto si le interesaba volver. Cuando le pregunté si había escuchado los temas nuevos, me respon­dió que incluso ya sabía tocar completo ‘Obscure and vio­lence’. Nos reunimos una vez y ya concretamos su vuelta”, recuerda el líder de Kuazar.

La vuelta de Ratty generó expectativa. “Cuando lo hicimos público, posteando la foto con el anuncio, la reac­ción de la gente fue tan posi­tiva que alcanzamos más de 1.000 likes sin ningún tipo de pauta en tres redes sociales. La reacción incluso fue más positiva que cuando anun­ciamos que Marcelo Moreira se unió a la banda”, reconoce José María.

De igual forma, la relación con Moreira continúa siendo muy buena y su participa­ción dentro del nuevo disco es clave. “Marcelo se quedó en la composición y la pro­ducción. Eso se nota al escu­char el disco porque es un gran baterista y el equipo que hicimos para componer este disco fue muy bueno. Tuvimos una química muy fuerte que ayudó a que todo fluya y se materialice en lo que hoy es el disco”, resalta.

Además de los hermanos González, la formación de Kuazar se completa con Marcelo Saracho en el bajo.

EL FUTURO

“Hybrid Power” pretende ser uno de los álbumes más importantes del año 2023 en el país. Aun así, el líder, gui­tarrista y vocalista de Kua­zar se despide diciendo que ya tiene un concepto desa­rrollado para el próximo disco de la banda.

“Quiero hacer un viaje más introspectivo, me di cuenta de que funciona. La gente se siente muy identificada cuando se habla de las emo­ciones. Creo que vamos a lle­var al siguiente disco por ese camino, pero siempre desde el punto de vista del meta­lero; furia, ira, rabia, tris­teza. ¿De dónde viene todo eso? Pero pienso en hacerlo en analogías basadas en cosas de afuera”, afirma.

Mientras esperamos el show de lanzamiento del segundo álbum ¿podrían aparecer cosas para el tercero? “No quiero adelantar mucho, pero va a parecer que esta­mos viajando hacia afuera y en realidad vamos a estar viajando hacia adentro. Ya comencé a escribir porque queremos que el siguiente disco salga rápido y que no pasen de vuelta 10 años”, cie­rra González.

Con “Hybrid power” se inicia un nuevo ciclo de shows para la banda, que lanzará su fla­mante material el próximo 2 de setiembre en Nhi-Mu Tea­tro Aéreo (25 de Mayo 1087, Asunción).

“Es un disco que fue fluyendo a través de mi vida personal, utilizando el arte como escape y como una manera de ir aliviando todas esas sensaciones. Sobre eso, le digo a la gente que siempre trate de escribir lo que está sintiendo porque de todo se puede sacar algo bueno”.

De Ciudad del Este a Asunción

Si bien Kuazar es una banda oriunda de Ciu­dad del Este, su líder desde hace años se ins­taló en Asunción. “Yo siempre me sentí muy bienvenido en Asunción. Siempre tuve muy bue­nos amigos. Ni bien me instalé aquí, sentí que era mi lugar. Me hallo mucho acá, me siento muy cómodo y tengo muy buenos amigos. Me siento bien en Asun­ción y los amigos que hice me están ayudando mucho hoy en día”, dice el músico.

En ese sentido, Diego Serafini (Gaia/Tribu Sónica) es un amigo muy cálido para él porque siempre tiene muchas dudas en cuanto a la cuestión técnica de la música. “Diego es muy bueno en todo lo que es el trabajo en estudio, efectos de guitarra y demás. Yo siempre llego ante él con mil pregun­tas y evidentemente él me hace bullying por eso (risas), pero siempre responde todas mis dudas de forma muy amable, sobre todo porque este nuevo disco nuestro tiene muchos desafíos técnicos”, relata.

Ese aprendizaje se materializa en nuevos sonidos incorporados, efectos de guitarra y otras cosas que se fueron agregando en el trabajo de estudio y que ahora los músicos las están perfeccio­nando para que, a la hora de la ejecución, sea una experiencia placentera para el oyente. “Que sea algo que suene igual tanto en el disco como en el show en vivo. Estamos trabajando para sonar bien en vivo, como una banda de metal debe hacerlo”, promete.

Otro amigo muy querido por José María es Walter Cabrera, de Flou. “Siento una admiración muy profunda hacia él. Es un ídolo para mí, sobre todo al verle y ver cómo hace las cosas”, asegura.

Lo real antes que todo

La música es una forma de expresión cultural única y pode­rosa. A lo largo del tiempo, con la música se reflejaron las tradiciones, los valores y las experiencias de los pueblos. A través de ella, se pueden contar historias, transmitir emocio­nes y preservar la identidad de una nación. Entonces, es una forma poderosa de contar la historia de cada país. A través de sus melodías, ritmos y letras, la música refleja la identidad cultural, social y emocional de una nación.

En ese sentido, González cree que si un artista va a hablar sobre historia paraguaya a través de su propuesta artística, debe hacerlo porque le nace y no porque exista algún tipo de responsabilidad u obligación. “Obligar a un artista a abordar determinado tema me parece una dictadura cultural. Cual­quiera puede hablar de lo que sea y lo que quiera. Eso es lo que hace que sea real y espontáneo: ‘Lo hago porque quiero’, solo así se siente la idea firme”, puntualiza.

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