A pesar del exponencial número de contagios que alcanzó en apenas mes y medio desde su ingreso al país, en el mundo algunos expertos consideran que puede ser una señal de que la pandemia está llegando a su fin, aunque no se puede afirmar ello con certeza. Entre tanto, la vacunación sigue siendo la clave. En el país se habilitó por fin el registro para niños y en el mundo se buscan alternativas para abaratar las vacunas y que estas lleguen a los países más pobres de África, por ejemplo, donde todavía no se completó la vacunación con la primera dosis y, por ello, es donde surgen las nuevas variantes de coronavirus. Esta semana se conoció la IHU, proveniente de Camerún, en Marsella, Francia.

Ómicron ya tiene circulación comu­nitaria en el país y al menos el 50% de los casos ya corresponde a la variante que se impone en el mundo a un ritmo arrollador. Es impresionante, si se tiene en cuenta que el primer caso se notificó en diciembre. Hoy ya se la detectó en 11 de los 18 departamentos del país.

Su crecimiento exponen­cial sorprende al mundo: En Estados Unidos alcanzó el increíble récord de un millón de casos por día, en la vecina Argentina ya superó los 100 mil casos por día e hizo colapsar el sistema sanitario francés, solo por nombrar sus hechos más lla­mativos.

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Gracias a la vacunación muere poca gente, pero el coronavirus sigue avan­zando, en gran medida por la injusticia en la distribu­ción de las vacunas y por la falta de interés en acceder a ellas de ciertos sectores en varios países.

África no completó todavía la primera dosis en la mayo­ría de sus países cuando Israel ya está poniendo la 4ª, esto provoca que el virus en el continente africano genere nuevas mutaciones. De hecho, Ómicron nació allí y también IHU, la reciente­mente descubierta y pro­veniente de Camerún, que se detectó en el Instituto Hospitalario Universita­rio (IHU) de Marsella. Esta última tiene 46 mutaciones del virus original, Ómicron tiene 38, como para compa­rar, aunque todavía no se conoce si sus efectos se dife­rencian notoriamente.

VACUNAR A NIÑOS Y OTRAS MEDIDAS

Sandra Irala, directora inte­rina de Vigilancia de la Salud, reportó que Asunción está con nivel 4 de transmisión comunitaria y que el aumento de casos se da “en todas las regiones al mismo tiempo. Sobre todo centrado en capi­tal, Central y Alto Paraná”. Boquerón también registra el nivel 4 y también es alta la transmisión en Alto Paraná, Caaguazú, Central, Canin­deyú e Itapúa.

En las últimas semanas promedian de 27 a 30 falle­cidos por semana, una cifra menor a la del año pasado, pero que no debe dejar de preocuparnos porque no se puede decir que está todo bajo control cuando el mundo entero ve que las cosas no son tan así.

El aumento de los casos posi­tivos también preocupa: “En este momento tenemos una positividad del 11%. En la semana pasada era de 3 a 4%. El salto no solo de número de casos, sino también de posi­tivos, es realmente preocu­pante”, dijo Irala.

Entre tanto, la Línea 154 se saturó con 4.753 llamadas en 24 horas de gente bus­cando agendar un turno para hacerse un hisopado.

Natalia Meza, la encargada del dispositivo, recomendó “llamar cuando hay sínto­mas. Le pedimos pacien­cia para aguardar ser aten­didos, estamos priorizando para sintomáticos y con­tactos. Pedirles que a las 24 horas de iniciados los sínto­mas recién llamen para que podamos establecer si fue o no contacto”, pidió.

La clave para intentar reducir su circulación es vacunar a los niños de 5 a 11 años, operativo que ayudaría a sentar las bases para el retorno de las clases presenciales, un objetivo clave para el país. Para ello, el Ministerio de Salud habi­litó el registro de niños en la plataforma vacunate.gov.py y anunció que el calendario de inmunización se anunciaría a partir de la llegada de 500 mil dosis de Coronavac donadas por Brasil. Otro dato positivo es que 3 millones de personas ya recibieron la segunda dosis en el país.

Por lo pronto, el avance de Ómicron se da con el per­sonal de salud mostrando signos de agotamiento, tal como lo comentara la presi­denta del Sindicato de Médi­cos, Rossana González: “Los trabajadores están cayendo”, describió. Médicos, enfer­meros y personal de apoyo muestran ya las consecuen­cias de casi dos años de pan­demia en los que no se pensó un sistema eficiente de reem­plazos, descansos, etc. Exis­ten numerosos trabajadores de la salud afectados por las distintas variantes de covid-19 y es fundamental que se sigan con las medidas básicas de cuidado.

MEDIDAS DE CUIDADO

La mejor herramienta actual contra el contagio de covid-19 y sobre todo en sus varian­tes más peligrosas para la vida sigue siendo la vacuna, según lo estipula el calendario acor­dado por las autoridades sani­tarias. No es lo mismo el nivel de defensas de una persona que ha recibido 2 o 3 dosis de vacuna que no tener ninguna a la hora de tomar contacto con el virus y de enfermarse o de contagiar a quienes tenga a su alrededor. Numerosas prue­bas científicas acreditan la efectividad de los biológicos para combatir especialmente el agravamiento de la enfer­medad. Tampoco hay que olvidar que las simples medi­das de higiene como el uso de tapabocas de forma correcta (cubriendo boca y nariz y cam­biándolo o lavando adecua­damente si es de tela) es vital tanto para la vida de cada uno como la de las personas que están cerca. De más está decir lo importante que es mante­ner la distancia adecuada (1,5 o 2 metros) entre personas y, sobre todo, tratar de mante­ner encuentros y reuniones, si son inevitables, al aire libre o en espacios muy ventilados. En nuestro caso, evitar com­partir las bombillas, es tam­bién un eficaz método de pre­vención. Y el lavado de manos con jabón en forma eficiente y constante, así como el uso de alcohol luego del lavado, son otras medidas que además de simple son sumamente efectivas.

VACUNAS ACCESIBLES

“Los ejecutivos de Pfizer y Moderna deberían ser más altruistas al calcular sus ganancias”, pidió la micro­bióloga hondureña María Elena Bottazzi, que ofreció al mundo una vacuna libre de patentes contra el coronavi­rus. Entrevistada por el dia­rio español El País, Botazzi, que es codirectora del Cen­tro de Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas (EEUU), contó que la India ya aprobó su uso, en tanto que se espera que pronto pueda usarse en Indonesia, Bangla­desh y Botswana.

Vale decir que un cálculo citado en el artículo estable­ció en unos 62 mil millones de euros las ganancias de los laboratorios Pfizer, Moderna y BioNTech solo en el 2021 por las vacunas para conse­guir reducir el impacto de la enfermedad una vez que esta se contrae porque, se sabe, las vacunas no previenen el contagio.

Se recordaba allí la diferen­cia con la actitud del viró­logo estadounidense Jonas Salk cuando en 1953 con­siguió la vacuna contra la poliomielitis.

“¿De quién es la patente?”, le preguntaron en la conferen­cia de prensa.

“Bueno, yo diría que de la gente. No hay patente. ¿Acaso se puede patentar el sol?”, respondió el científico.

Botazzi asegura que cual­quier fabricante que pueda producir vacunas para la hepatitis B puede producir esta vacuna a gran escala, cuestión que resume en el concepto “Vacuna para el mundo”. Y agregó: “Lo que se ha visto con las otras vacunas es que, aunque la intención es que todo el mundo pueda acceder a ellas, hay limitacio­nes en cuanto a su fabricación a gran escala, su almacena­miento, la propiedad intelec­tual. Hay muchas más limita­ciones que están impidiendo recibir o producir estas vacu­nas en el mundo. Nuestra tec­nología es abierta. Todos los procesos están publicados, no están patentados… Hay que descolonizar: que no se produzcan estas vacunas solamente en países de altos ingresos”.

La investigadora tiene fe en que en este 2022 “se va a lograr cerrar esa brecha de inequi­dad. La empresa india Bio­logical E puede producir 100 millones de dosis mensuales. Hablamos de más de mil millo­nes de vacunas anualmente. Si después agregas que la com­pañía Biofarma en Indone­sia puede producir otros 100 millones mensuales y que Incepta Pharmaceuticals en Bangladesh puede producir otra cantidad, se va haciendo un efecto de bola de nieve”.

Todo esto entendiendo que se necesitan 9 mil millones de dosis más para vacunar pre­ventivamente a la población mundial. La vacuna tiene otra ventaja, cuesta un euro y medio contra los 21 de la de Moderna, los 15 de Pfizer y los 3 de la de AstraZeneca.

¿EL FIN DE LA PANDEMIA?

A pesar de la cautela que debe tenerse ante la alta contagio­sidad, hay datos alentadores que se han hecho públicos recientemente. Un estu­dio del MRC Outbreak del Imperial College británico observó un descenso del 75% al 80% de la probabilidad de hospitalización para perso­nas vacunadas con una doble pauta (la inicial) de Pfizer o AstraZeneca: en aproxima­damente 3 de cada 4 casos las vacunas evitan un covid severo que de otra manera se habría producido.

También, dos médicos de la Universidad Hebrea de Jeru­salén, Zvika Granot y Amnón Lahad, pronosticaron que Ómicron anticipa el final de la pandemia. “Si se mira desde el punto de vista de la pande­mia, el final llegará cuando tengamos una variante muy infecciosa con síntomas muy leves”, explicó Granot.

Expuso además que al ser más contagiosa, muchas personas se infectarán, pero solo tendrán secreción nasal y “tal vez fiebre durante un par de días y luego volverán a sus vidas normales”. Así, fue positivo y expresó: “Cuando esto sucede, la gran mayoría se infecta, lo supera y desa­rrolla una verdadera inmu­nidad colectiva. Entonces, en algunos aspectos, Ómi­cron puede ser la luz al final del túnel”.

Sir John Bell, profesor de la Universidad de Oxford, dijo ver emergiendo cada vez más un debilitamiento del covid gracias a la variante Ómicron. “El virus no es la misma enfermedad que hace un año”, dijo y explicó que las altas tasas de mortalidad en el Reino Unido son “ahora historia”.

Algo parecido opinó la epide­mióloga danesa Tyra Grove Krause: “Esto puede ser lo que nos saque de la pandemia, de modo que esta se convierta en la última oleada de coro­navirus”, dijo la directora del laboratorio estatal de inves­tigación (Statens Serum Ins­titut, SSI)

En Dinamarca Ómicron es responsable del 80% de los casos. “Creo que lo hará en los próximos dos meses, y luego espero que la infección empiece a remitir y recupere­mos nuestra vida normal”. De un total de 93 personas ingre­sadas en el hospital debido al covid-19 de Ómicron a fina­les de diciembre, menos de cinco recibieron cuidados intensivos, según los datos daneses. Al investigar casi 12.000 hogares daneses a mediados de diciembre, los científicos descubrieron que Ómicron era entre 2,7 y 3,7 veces más infeccioso que la variante Delta entre los dane­ses vacunados.

El estudio, realizado por investigadores de la Univer­sidad de Copenhague, el Ins­tituto de Estadística de Dina­marca y el Statens Serum Institut (SSI), sugiere que el virus se está propagando con mayor rapidez, sobre todo porque es capaz de eva­dir mejor la inmunidad obte­nida con las vacunas.

El 78% de los daneses se ha vacunado completamente, mientras que casi el 48% de ellos ha recibido una tercera vacuna “reforzada”. Más de ocho de cada diez daneses han recibido la vacuna de Pfizer-BioNTech. El estudio también reveló que las per­sonas vacunadas de refuerzo son menos propensas a trans­mitir el virus, independien­temente de la variante, que las no vacunadas. Las vacu­nas, por el momento, apare­cen como lo único que puede detener la mortalidad de este virus zoonótico que amenaza la humanidad desde hace casi dos años.

ALEMANES EMIGRAN A PARAGUAY

“Bienvenido a Hohenau, una pequeña ciudad de Paraguay con 15.000 habitantes. Un paraíso ya para los brasileños de origen alemán que se instalaron aquí en torno a 1900 por la fertilidad del terreno. Actualmente, se está convirtiendo en un paraíso para los ciudadanos antidemocracia, extremistas de dere­cha, teóricos de la conspiración u opositores a la vacunación y medidas anticovid”, reportó en estos días la agencia alemana Deustche Welle (DW).

El alemán Thomas Vinke, quien junto con su esposa Sabine diri­gen un reconocido y premiado programa de televisión llamado “Paraguay salvaje”, no está muy contento con la llegada de sus compatriotas: “Tras la crisis de los refugiados en el 2015 llega­ron los ciudadanos antidemocracia, extremistas de derecha, gente extremadamente ruidosa y agresiva. Y ahora están lle­gando un montón de médicos alternativos, curanderos y opo­sitores a la vacunación. Y nosotros somos las figuras de odio para esta gente, solo por nuestro trabajo sobre protección del medio ambiente”, dijo a DW Vinke.

Según las autoridades paraguayas de inmigración, 1.077 alema­nes se instalaron en el país sudamericano el año pasado. Des­pués de brasileños y argentinos, los alemanes ocupan el tercer lugar en número de inmigrantes, una tendencia que estaría al alza, consideró la DW.

MACRON VS ANTIVACUNAS

El presidente francés, Emmanuel Macron, desató una controversia que llevó por segunda vez en 24 horas a suspender el tratamiento de la ley de pasaporte de vacunación. El mandatario afirmó que tiene “muchas ganas de joder (enmerder, en francés)” a quienes aún no se han vacunado. Las decla­raciones, que despiertan el amplio rechazo de la oposición, no parecen elegidas al azar.

Pese a su etimología escatológica, “enmerder” puede traducirse como “fastidiar”, “molestar”, pero “joder” reúne el tono coloquial que quiso darle Macron.

“No soy partidario de joder a los franceses. Me quejo todo el día de la administración cuando los bloquea. Pues bien, aquí, los no vacunados, tengo muchas ganas de joderlos. Y eso continuaremos haciendo, hasta el final. Es esta la estrategia”, sostuvo.

La consecuencia directa de estas declaraciones tuvo lugar en la Asamblea Nacional, que suspendió la discusión sobre la creación de un pasaporte de vacunación en medio de un pico inaudito de con­tagios en el país, con más de 270.000 casos en 24 horas.

Si este pasaporte se transforma en ley, los franceses mayores de 12 años sin vacunar no podrán ir a restaurantes, museos, gimnasios, cines ni usar ciertos transportes aunque presenten un test de diagnóstico negativo.

El objetivo del gobierno es que esta ley sirva para presionar más a los cerca de cinco millones de franceses de más de 12 años que aún no están vacunados, sobre una población total de 67 millones.

“La casi totalidad de la gente, más del 90%, se ha sumado” a la vacunación y “es una pequeña mino­ría que es refractaria”, dijo Macron. “¿Cómo reducimos esta minoría? La reducimos, perdón por decirlo así, jodiéndola todavía más”, cerró, polémico, el presidente francés.

LA INQUIETANTE “FLURONA”

En la semana, Catalunya identificó los primeros casos de “flu­rona”, un contagio simultáneo de coronavirus y virus de la gripe. El primer caso se había dado en Estados Unidos durante el primer año de pandemia de coronavirus y en diciembre pasado se dio en una mujer en Israel. Autoridades sanitarias catalanas precisaron que los infectados no presentan una evo­lución más grave que el contagio solo por coronavirus, reportó la agencia española de noticias EFE.

Por su parte, en Israel, “los picos concurrentes de influenza y covid podrían significar el colapso de los hospitales”, dijo Erez Barenboim, director general del Hospital Samson Assuta Ash­dod, a la agencia ANSA.

La farmacéutica Moderna trabaja en un remedio para tratar coronavirus y gripe, aunque no hay avances publicados.

¡A BAJAR DE PESO!

El 30% de las hospitalizaciones por covid-19 durante la pande­mia fue en pacientes con obesidad que tienen un riesgo mucho mayor de sufrir una enfermedad mucho más grave e incluso la muerte por coronavirus. El aumento en el índice de masa cor­poral (IMC) es clave en la ecuación.

Por ello, un nuevo estudio sugiere que perder peso disminuye hasta 60% el riesgo de padecer cuadros graves de covid-19. La pérdida de peso sustancial, a través de una cirugía bariátrica o por un plan intenso de adelgazamiento, puede reducir el riesgo de enfermarse gravemente por covid-19, encontraron investi­gadores de la Clínica Cleveland, de los Estados Unidos, en un estudio publicado la semana pasada en la revista JAMA Sur­gery revisada por pares.

El grupo que se había sometido a una cirugía de pérdida de peso tenía un 49% menos de probabilidades de ser hospitali­zado debido a covid-19, un 63% menos de probabilidades de requerir oxígeno suplementario y un 60% menos de probabili­dades de desarrollar complicaciones graves de la enfermedad en comparación con los pacientes que no se habían sometido a una cirugía de pérdida de peso.

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