No siempre los denominados días cruciales son tales. A veces, el adjetivo es utilizado para otorgar preponderancia o espectacularidad a un determinado acontecimiento. Los hechos tienden a repetirse y las oportunidades tienen una segunda vuelta. Una fecha fijada como decisiva o determinante para una sociedad suele estar asociada a las elecciones nacionales. Las que definen quién será el siguiente presidente de la República.

En nuestro país, desde el inicio de la transición, que empezó con el derrocamiento del dictador Alfredo Stroessner, algunos medios de comunicación que nacieron y crecieron al amparo de aquel régimen despótico asumieron una actitud abiertamente anticolorada. Para ellos, los comicios suelen presentarse como “un día crucial para la democracia”, la que sería derrotada si ganara la Asociación Nacional Republicana (ANR) o Partido Colorado. La opción democrática siempre será la oposición. Cualquier oposición, no importa que esté conformada por dirigentes vinculados a la corrupción o que observen absoluta incompetencia para tan elevado cargo. Cualquiera, menos los colorados.

Sin embargo, una vez en el poder, no tienen ningún inconveniente en aliarse con el mandatario de turno, casualmente todos de la ANR, salvo el periodo que va del 2008 al 2013. Ahí se acaba la tirria hacia el color rojo y toda la campaña de odio, desprestigio e infamia queda enterrada bajo el imperio prioritario de los negocios. Tal como ocurre entre ciertos empresarios y el actual gobierno.Aunque todos saben, siempre es bueno recordar que, por ejemplo, los grupos Zuccolillo y Vierci, aparte de sus cadenas de medios, cuentan con centros comerciales, supermercados, constructoras, bancos, imprentas, casas de importaciones y un largo etcétera, que están ligados entre sí como un gran conglomerado que hace negocios con el Estado. Pero, al final de los mandatos, vuelven a su papel de críticos y cuestionadores del poder de turno.

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Ahora, no obstante, siguen en contubernio –no sabemos hasta cuándo– con el Gobierno para atacar miserablemente al Grupo Cartes, cuyas empresas son las que más aportan al fisco y, al mismo tiempo, crean también miles de puestos laborales. Con salarios dignos y beneficios sociales. Sus enemigos eligieron este torcido y obsceno camino para tratar de golpear políticamente a los precandidatos del movimiento Honor Colorado, liderado por Horacio Cartes. Esta batalla sucia, que parece no tener fin, no ha encontrado los efectos que sus impulsores desearon. Antes bien, los nominados para pugnar por los cargos electivos por este sector interno del Partido Colorado, cada día, aumentan su porcentaje de aceptación entre los afiliados republicanos. Lo que, como es obvio de esperar, acrecienta la inquina y la frustración de sus detractores políticos y mediáticos.

Por el lado de la oposición, esta mañana tendrán un encuentro significativo en cuanto a unir la mayor cantidad posible de partidos y movimientos políticos en una concertación, con pleno convencimiento de que un frente único será imposible. El que ya formuló su decisión de encarar el compromiso electoral del 30 de abril del 2023 con una plataforma propia es el ex canciller nacional Euclides Acevedo. Lo hará liderando su proyecto Nueva República. El Frente Guasu y su Ñemongeta por una Patria Nueva tampoco estarán hoy en la reunión en la cual se firmará el acuerdo de la concertación nacional 2023 “Para un nuevo Paraguay”. Será en la Casa del Pueblo, local del Partido Revolucionario Febrerista (PRF). Aunque algunos entusiastas aseguran que las agrupaciones lideradas por Fernando Lugo también se sumarán a esta concertación, antes de que eso ocurra ya se generan grandes discrepancias sobre el padrón a utilizar. El tiempo, impertérrito, corre veloz hacia los plazos electorales.

La fecha límite para la presentación de solicitudes de reconocimiento de alianzas y concertaciones ante el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) es el 27 de este mes. Sin embargo, los tribunales electorales de las diferentes organizaciones políticas tendrán hasta el 31 de agosto para la oficialización de precandidaturas. En ese trecho todavía pueden surgir sorpresas. Lo concreto es que ahora mismo hay una insalvable discrepancia entre quienes quieren utilizar el padrón nacional (que incluye el registro de los colorados) y los que rechazan rotundamente esa posibilidad. Se da por descontado, porque así ya informaron, que los apoderados de la Asociación Nacional Republicana acudirán a la Justicia Electoral para que sus afiliados se centren exclusivamente en sus internas, las que serán simultáneas con los otros partidos el próximo 18 de diciembre.

Un sector del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) está decidido a defender que el padrón de la concertación se constituya exclusivamente con afiliados de sus partidos integrantes. El Partido Movimiento al Socialismo (P-MAS) advierte que, en caso de plantearse utilizar el padrón nacional, podría generarse una cadena de impugnaciones. A pesar de lo que muchos pretenden instalar, a manera de presión, mañana no será un día crucial para la oposición. Apenas será una nueva escaramuza en el proyecto hacia una unidad total, hasta ahora de difícil concreción, en procura de tumbar al Partido Colorado del poder.

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