En su informe del 5 de diciembre pasado sobre nuestro país la empresa consultora mundial Moody’s mantiene la calificación del riesgo país “ba1″ o de la capacidad de pago de los bonos soberanos en moneda extranjera con perspectiva positiva (a un escalón del grado de inversión o investment grade), destacando a manera de resumen y conclusión, aspectos que influyen en la fortaleza crediticia, entre ellos se menciona la baja carga de la deuda pública sustentada en el historial de cumplimiento de metas establecidas en la Ley de Responsabilidad Fiscal.

Asimismo, reportan que Paraguay muestra un mayor crecimiento del producto interno bruto (PIB) en relación a sus pares de igual calificación, con un creciente potencial de crecimiento económico y diversificación de la economía. En el informe resaltan además que se ha mejorado la administración tributaria y el impulso en la recaudación de ingresos en los últimos años y se ha propuesto reformas al sistema de pensiones y el compromiso del Gobierno en inversión pública con el fin de mejorar la infraestructura vial del país. La calificadora menciona que la perspectiva positiva refleja un historial de crecimiento sólido y una política fiscal prudente, reflejada en la baja carga de la deuda comparable con los soberanos de calificación Baa.

Por otra parte, es importante mencionar que dentro de sus perspectivas también tienen en cuenta reformas estructurales y fiscales. Al respecto, mencionan que la calificación podría mejorar según el grado de avance de la implementación de reformas las cuales contribuyen en el fortalecimiento de la capacidad institucional y la gobernanza. Observación: Por parte de la Moody’s Paraguay tiene hoy la nota Ba1 y está un nivel de la calificación Baa3 (grado de inversión). Posteriormente, dentro de tal rango hay niveles de Baa2 y Baa1. La Moody’s es la que mejor califica a Paraguay por el importante agregado de conceder una perspectiva positiva. La Fitch también nos ubica a un paso del grado de inversión, pero con perspectiva estable. Para la Standard and Poor’s estamos a dos niveles del grado de inversión, con perspectiva estable. Veamos partes importantes del extenso informe:

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

“Podríamos mejorar la calificación si el Gobierno aprobara las reformas, tales como las estructurales relacionadas con la contratación pública, la función pública y los fondos de pensiones”

La solidez crediticia de Paraguay incluye su baja carga de deuda pública en términos absolutos y relativos a pesar de un aumento al 38 % del PIB en 2023. Las autoridades también tienen un historial del cumplimiento de las metas establecidas en la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF). Además, Paraguay registra un crecimiento del PIB superior al de sus homólogas de calificación, con un potencial cada vez mayor de diversificación. Los principales desafíos crediticios de Paraguay incluyen indicadores de gobernanza (“el modo de gobernar a los ciudadanos”) débiles en general en comparación con las de los pares y la relativa dependencia de la economía del sector agropecuario.

Además, las limitaciones de infraestructura siguen lastrando la competitividad. Los ingresos públicos también son bajos, en torno al 14 por ciento del PIB en la última década, muy por debajo de Ba- y Baa calificaciones medianas. Sin embargo, el Gobierno ha mejorado la administración tributaria y ha impulsado recaudación de ingresos en los últimos dos o tres años y propone reformas al sistema de reducción del déficit del fondo público de pensiones. El Gobierno también se ha comprometido a una inversión pública significativa para mejorar la infraestructura vial de Paraguay.

Las perspectivas positivas reflejan un historial de crecimiento sólido y una política fiscal prudente, demostrado por un nivel de deuda menor que se compara favorablemente con las de los soberanos con calificación Baa. Las perspectivas también tienen en cuenta las reformas estructurales y fiscales que apoyarán las fortaleza y gobernanza. Podríamos mejorar la calificación si el Gobierno las aprobara, tales como reformas estructurales relacionadas con la contratación pública, la función pública y los fondos de pensiones, entre otros. Estas reformas mejorarían la institucionalidad y el desarrollo institucional del país, así como el marco de gobernanza, mejorando la solidez crediticia general del Paraguay. Cambios en el sistema fiscal que aumentaría la previsibilidad de las políticas en respuesta a las perturbaciones, y la materialización de la inversión robusta y las entradas de inversión extranjera directa (IED) también jugarían a favor.

“Es probable que el PIB real repunte con fuerza en 2023 (5 %) y se modere en 2024 (3,5 %). Para 2025: 3,5%. El 4 % en promedio durante 2023-25 superará el desempeño económico de la mayoría de los países pares en América Latina (una probable tasa de crecimiento promedio de 2,6 %)”.

Por el contrario, podríamos volver a cambiar la perspectiva a estable si la implementación del programa de reformas no avanza a un ritmo constante o si el crecimiento económico va a la zaga de nuestras expectativas, lo que lleva a un aumento de la carga de la deuda. Este análisis crediticio profundiza en el perfil crediticio de Paraguay en términos de fortaleza económica, la solidez de las instituciones y la gobernanza, la solidez fiscal y la susceptibilidad al riesgo de eventos, que son los cuatro principales factores analíticos de nuestra Metodología de Calificación Soberanos. Es probable que el PIB real repunte con fuerza en 2023 (5 %) y se modere en 2024 (3,5 %). (2025: 3,5 %). El PIB real creció un 5,9 % interanual en el segundo trimestre de 2023, respaldado por un crecimiento del 46,6 % en el sector agrícola. El la actividad económica positiva en el 2T 2023 también se vio respaldada por el crecimiento del sector hidroeléctrico (19,5 %).

A partir del segundo trimestre de 2023, la brecha entre el PIB total de Paraguay y el PIB, excluyendo la energía hidroeléctrica y la agricultura, fue inferior al 1 %, en comparación con casi el 4 % en el segundo trimestre 2022, lo que demuestra el aumento de la producción de esos dos sectores después de que las condiciones de sequía disminuyeran. Sin embargo, el sector agrícola aún no ha alcanzado el nivel de actividad económica de 2019, mientras que la energía hidroeléctrica ha superado ese nivel. Las perturbaciones relacionadas con el clima y la importante contribución del sector agrícola a la producción han dado lugar históricamente a volatilidad, mientras que la evolución positiva en curso de la diversificación económica, en particular en relación con los esfuerzos del Gobierno de aumentar el valor agregado de las exportaciones agropecuarias y mejorar la infraestructura a través de la inversión pública, influirán en la menor volatilidad de la producción económica.

Sectores que no están directamente expuestos a las perturbaciones climáticas, como la construcción, los servicios y manufactura, han continuado expandiéndose y apoyando la actividad económica. En el segundo trimestre de 2023, el sector servicios creció un 3,4 % interanual y el sector manufacturero, el 2,8 por ciento. El dinamismo de estos sectores ha ayudado a sostener la economía desde 2019, con la construcción los sectores de servicios y manufacturas han crecido un 10 %, 6 % y 6 % en ese periodo, respectivamente. Si bien el fenómeno atmosférico de La Niña causó una sequía severa, es probable que el sistema meteorológico de El Niño traiga más precipitaciones para Paraguay.

Su impacto en la economía daría lugar a un posible impulso para la generación de electricidad y el suministro de agua, y podría beneficiar el sector agropecuario. Con respecto a lo primero, no esperamos negociaciones contractuales para la operación de la hidroeléctrica Itaipú que puedan crear un riesgo significativo para la producción o venta de energía a Brasil (Ba2 estable) en el corto plazo (próximos dos años). Dado que el contrato binacional, que expiró en agosto de 2023, se firmó hace 50 años, es probable que las negociaciones se centren en los aspectos financieros de la energía producida por la presa. Para 2024, pronosticamos un crecimiento del 3,5 % a medida que la actividad económica se modere y se beneficie potencialmente del impacto de El Niño en ciertos sectores de la economía. Nuestro escenario base incluye nuestra expectativa de que el desempeño económico de Paraguay (4 % en promedio durante 2023-25) superará el desempeño económico de la mayoría de los pares en América Latina (una probable tasa de crecimiento promedio de 2,6 %), así como las tasas de crecimiento promedio de la mediana de Ba (3,3 %) y la mediana de Baa (2,8 %).

Cepal: “En promedio América Latina y el Caribe crecerá 2,2 % en 2023 y 1,9 % en 2024. Paraguay crecerá 4,5 % proyectándose un 3,8 % para el 2024 después del 0,2 % en el 2022. Ubicados en los puestos tercero y quinto, respectivamente (conjunto de 20)”.

Por otra parte, el último balance preliminar 2023 de las economías de la región realizado como es habitual al cierre de cada año por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), es contundente en destacar que en la geografía latinoamericana y caribeña se mantendrá la senda de bajo crecimiento, lo que significará una desaceleración en la creación de empleo y la persistencia de la informalidad y de las brechas de género, entre otros efectos. En promedio América Latina y el Caribe crecerá 2,2 % en 2023 y 1,9 % en 2024, lo que implica una desaceleración del crecimiento regional respecto a los niveles observados en 2022 (4 %). En nuestro caso, tendríamos al cierre del 2023 un crecimiento del 4,5 % proyectándose un 3,8 % para el 2024 después del 0,2 % en el 2022. En un conjunto de 20 países considerados como “representativos” nos ubicamos en los puestos tercero y quinto, respectivamente.

En el análisis de la , para 2024, en tanto, se espera que la región mantenga la dinámica de bajo crecimiento y todas las subregiones crecerán menos que en 2023: América del Sur crecería un 1,4 %; Centroamérica y México, un 2,7 %, y el Caribe, un 2,6 % (sin incluir Guyana).

Estas proyecciones reflejan, por una parte, el bajo dinamismo del crecimiento económico y comercio global lo que se traduce en un limitado impulso desde la economía mundial. Aunque la inflación ha disminuido, las tasas de interés de las principales economías desarrolladas no se han reducido, por lo que los costos de financiamiento se han mantenido en niveles elevados todo el año y se espera que continúen así durante los próximos años.

En 2023 se espera que la inflación mediana de la región termine el año en 3,8 %, muy inferior al 8,2 % anotado en 2022. En 2024 la caída continuará y se prevé que la mediana de la tasa de inflación regional será de 3,2 %, según muestra el informe. Dos buenas noticas, dos buenas calificaciones, y con proyecciones que inspiran confianza, en un escenario regional (Sudamérica y el resto) marchando muy lentamente. Y con un principio real de reforma estructural del sistema de jubilaciones y pensiones que las calificadoras del riesgo-país siempre consideraron una materia pendiente de aprobación, al punto de que conseguir el grado de inversión está directamente vinculado a reformas de tales dimensiones. Grado de inversión contra el cual varios sectores son verdaderos palos en las ruedas, con enfermiza mala onda y descarado espíritu destructivo. La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

Dejanos tu comentario