- Por Víctor Pavón (*)
Las economías de nuestra región se encuentran con relativa estabilidad y crecimiento aunque expuestos en este momento a shocks externos por la suba de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, su banca central (FED).
Si la FED sigue manteniendo sus altas tasas de interés entre el 5,25 y 5,5 % ( y seguirá así porque EE. UU. necesita reducir la cantidad de dinero –base monetaria– para bajar la inflación) el dólar se aprecia mientras nuestras monedas locales se deprecian. Esta es una de las razones del reciente incremento en el tipo de cambio guaraní/dólar.
Las altas tasas de interés de la FED tienen impacto en la extensa zona dólar como lo es nuestra región. Afectan las deudas contraídas en dólares, tanto pública como privada. Así mismo, nuestras exportaciones pierden ventaja, aumenta el costo del crédito hasta incluso los productos locales pierden ventaja frente a los extranjeros.
La sacudida de las altas tasas de interés, igualmente, afecta el crecimiento de nuestro producto interno bruto (PIB), pues nuestra región tiene una merma de la inversión extranjera dado que prefiere el mercado norteamericano.
El dólar es una moneda fuerte. Su valor de uso y de intercambio a nivel mundial son innegables. De un modo u otro tomamos al dólar como unidad monetaria de referencia para contar con algún ahorro e invertir. Las mismas reservas internacionales de las que dispone el Estado se encuentran en dólares, tanto para cubrir sus obligaciones con el exterior y hacer frente a crisis internas o directamente ante shocks externos.
Nos guste o no el dólar está entre nosotros. Es la más usada en el comercio internacional y en las inversiones, influyendo en los bienes y servicios que compramos y vendemos con otros países; desde combustibles, pasando por las compras de maquinarias, tecnologías e insumos en general, el precio de nuestros commodities hasta los aparatos celulares y más.
La moneda de los gringos, como peyorativamente algunas la llaman, afecta nuestro nivel de vida. Si el dólar sube, perdemos poder adquisitivo; si baja, ganamos poder adquisitivo.
Ante estos innegables hechos de la vida diaria en la economía y pese a que a nadie le gusta lidiar con algo que está fuera de nuestro control como lo son las tasas de interés de la FED, lo importante es lo siguiente: ¿qué vamos a hacer?.
La respuesta no es una sola ni hay soluciones mágicas. Se requiere actuar de acuerdo a ideas y prácticas superadoras desechando lo que ha fracasado. Aquí en Paraguay está muy bien que contemos con un guaraní que no está expuesto a devaluaciones ni se expone a una inflación de dos dígitos.
Está muy bien que baje el déficit fiscal, que el gasto del dinero en concepto de impuestos también se reduzca para el pago de los gastos corrientes, las inversiones vienen así como está muy bien que el riego país se reduzca al punto de ocupar en este momento el cuarto lugar entre los diez países sudamericanos.
Pero también es tiempo de reformas. Deshacernos de una vez por todas del intervencionismo estatal y avanzar rápido hacia más libertad económica.
(*) Presidente del Centro de Estudios Sociales (CES). Miembro del Foro de Madrid. Autor de los libros “Gobierno, justicia y libre mercado”: “Cartas sobre el liberalismo”; “La acreditación universitaria en Paraguay, sus defectos y virtudes” y otros como el recientemente publicado “Ensayos sobre la libertad y la República