• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

A pesar de la hipocresía de quienes afirman que al electorado se le llega por lo racional, olvídense. El principal elemento decisorio del voto fueron, son y seguirán siendo las emociones. Pensamos lo que sentimos, el cerebro político es un cerebro puramente emocional.

No una calculadora desapasionada, buscando objetivamente hechos, cifras y las propuestas correctas para tomar una decisión razonada. En la política, cuando la razón y la emoción chocan, es la emoción quien invariablemente sale ganando.

Por citar algunas emociones básicas: el miedo, el amor, la alegría, el dolor, la ira, la sorpresa son ejemplos de las consideradas emociones universales, gracias al análisis de las reacciones fisiológicas y de la expresión facial que estas suscitan.

Por último; y aquí podría explicarse y concluirse gran parte de la coyuntura actual que estamos viendo en la campaña política paraguaya, es que no se representa bien a los pueblos que no se entienden y no se entienden a los pueblos que no se sienten.

Algunas ideas extraídas del libro “Gestionar las emociones políticas” del asesor de comunicación y consultor político español Antoni Gutiérrez-Rubí.

“En la política, cuando la razón y la emoción chocan, es la emoción quien invariablemente sale ganando”.

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