• POR ROSSANA ESCOBAR
  • Editora de Investigación
  • Grupo Nación

Las filtraciones de liqui­daciones de salarios de Yacyretá esta semana nos muestran que la ingeniería para desangrar el patrimo­nio público no tiene lími­tes y cómo el director Nica­nor Duarte Frutos rifó la plata de esta binacional sin importar la pandemia ni la crisis que asfixia a la ciu­dadanía.

A las infladas remunera­ciones y bonificaciones agregó un concepto espe­cial para pagar más dinero a un selecto grupo de fun­cionarios de Yacyretá. La Resolución CE N° 19304/20 es el misterioso documento que avala el pago extra, que a propósito nadie quiso explicar en qué consiste cuando consulta­mos a la binacional.

Lo cierto es que gracias a esta resolución aparece en las liquidaciones de suel­dos un pago adicional de G. 18.375.000 al mes, unos G. 200 millones al año por cada favorecido. Según pudimos notar, este pago solo se registra en los haberes de un grupo pri­vilegiado, entre conseje­ros y funcionarios, desde aproximadamente fines de marzo del 2020; otros casos desde la segunda mitad del año pasado.

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Es decir, en plena pande­mia, cuando se iniciaban los duros golpes a la clase trabajadora por la dismi­nución de personal en las empresas del sector pri­vado y nuestras institucio­nes debían adecuarse a un severo régimen de austeri­dad, en la administración de Nicanor se las ingenia­ban para ganar más y más.

Esta como una infinidad de denuncias de despilfarro, repartija de salariazos a los amigos, puestos para polí­ticos de su movimiento que no tenían chances de ganar elecciones ni de milagro, pero fueron reubicados en la entidad sin méritos pro­fesionales demostrados, al no existir concursos de oposición, son algunas de las razones por las que el director de Yacyretá viene resistiendo la provisión de información pública.

Astronómicas liquidacio­nes se pueden apreciar en las planillas salaria­les de los funcionarios de ambas binacionales. Un rosario de bonificacio­nes que pagan por reso­luciones. Cierto es que es cosa de cada gobierno, no es exclusividad de este. Solo que ahora duele más, porque estamos viendo a nuestra gente pelear por sus vidas en condiciones miserables en los hospita­les, mendigando medica­mentos en las redes socia­les y eso duele, eso mata de muchas formas. Nos mata en vida porque perdemos las ganas de construir un mejor país, nos priva de un presente y futuro más digno para nuestros hijos.

Nos cambian los conceptos, pero nos siguen jodiendo de la misma manera. Elimina­ron la famosa remunera­ción por “presentismo” en su momento, pero crean otro concepto para con­tinuar con los pagos ridí­culos.

El poder político debe dar señales de disconformi­dad a tanto festín con el dinero público y de paso ganarse algo de confianza por parte de la ciudada­nía. Las instituciones de control deben imponerse para frenar el privilegio desmedido de los funcio­narios insensatos que no respetan el patrimonio del Estado, como es Nicanor Duarte Frutos, quien con­virtió la binacional en una agencia de empleos para los amigos.

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