Por Valeria Insfrán.
Colaboradora de la red ciudadana por la niñez y la adolescencia.
El aborto es ley en Argentina y así se legaliza el genocidio de los más indefensos de la sociedad, la persona por nacer. El Estado que no garantiza la vida de los más desvalidos, quienes finalmente serían el futuro de la nación, está destinado a desaparecer.
Y es un fenómeno que ya estamos viendo en casi todo Occidente, que durante décadas, especialmente en Europa, ha dejado de crecer poblacionalmente. Europa ya no es de los europeos, el lugar de sus niños abortados es ocupado por inmigrantes, especialmente islámicos. ¿Es el futuro que queremos para América Latina?
La nueva ley argentina sobre aborto, implica:
- La legitimación del aborto imperativo a demanda de parte hasta las 14 semanas. La mayoría de los países abortistas tienen aborto por causales específicas, o lo limitan hasta las 12 semanas.
- La legitimación del aborto hasta el noveno mes, con la ambigua causal de salud integral.
- Obliga a realizar abortos a todo el personal de salud, bajo amenaza de cárcel al médico que se niega.
- Impone el aborto como contenido obligatorio de ESI (Educación Sexual Integral) en primaria y secundaria, de esta forma se desconoce a los padres el derecho a elegir la formación moral de sus hijos.
- Permiten que las menores aborten sin la autorización parental, detrimento absoluto de la patria potestad.
- Elimina del código penal argentino, los delitos de muerte de la mujer a consecuencia de un aborto consentido y de quien haga abortos sin ser profesional de la salud.
- No contiene prohibiciones sobre el destino de cuerpos o tejidos de bebés abortados, por lo tanto podrían comercializarse, como efectivamente lo hacen.
- Todo esto fue dispuesto en la ley, a pesar de que en Argentina existe normativa civil que reconoce la existencia de la persona desde la concepción y la Constitución Nacional reconoce al niño desde el embarazo y dispone especial protección.
Esta ley antinatural es además inconstitucional
Las feministas celebran el aborto libre y gratuito, en un espectáculo dantesco, jóvenes semidesnudas y pintarrajeadas que bailan en las calles, felices por la victoria, pero no se dan cuenta que la victoria de la ley del aborto pertenece al patriarcado internacional, si es la victoria del capital extranjero interesado en acabar con nuestros Estados nacionales, con nuestras tradiciones, cultura y creencias religiosas.
En Argentina ganó la Fundación Rockefeller, la Fundación Ford, la Planed Parenthood, la Open Society de George Soros, la propia ONU a través de sus agencias proaborto como la OMS (Organización Mundial de la Salud), la UNPFA (Fundación de Naciones Unidas para la población), la Unesco, todas promotoras internacionales del aborto contra la autodeterminación de los pueblos.
Siento mucho por las jóvenes que están siendo subvertidas ideológica y moralmente por oenegés financiadas por las instituciones y organizaciones que ya mencioné.
Con hábiles discursos de derechos de las mujeres, de derechos de salud sexual reproductiva, hace décadas vienen socavando la naturaleza femenina y el verdadero poder de la mujer que es el de dar vida, formar una familia y defenderla hasta a costa de su propia existencia.
Marea verde
La marea verde del feminismo radical, que hoy vemos, es el resultado de un largo trabajo realizado por oenegés y fundaciones, muy bien financiada desde organismos internacionales, Estados extranjeros y fundaciones internacionales, para la subversión ideológica sobre grupos sociales determinados, en este caso las mujeres, lo que implica una subversión moral, por medio de la relativización de los valores y la radicalización de las ideas contra nuestras tradiciones y cultura.
Este esquema que vemos del aborto, del lobby LGTB y de la ideología de género, está enmarcado dentro de la agenda globalista, bajo el dogma de la reducción de la población y de los derechos sexuales reproductivos, que no es otra cosa que darle un nombre elegante al filicidio.
Jóvenes manipulados
Realmente es triste ver cómo los jóvenes son manipulados por un supuesto discurso revolucionario y antiimperialista cuando son los mismos imperios y/o élites económicas internacionales los que financian la promoción de estas prácticas como políticas de reducción de la población.
Los pueblos de Latinoamérica son mayoritariamente conservadores, creyentes y provida, Argentina no es la excepción, la victoria de la cultura de la muerte en el país hermano evidencia que los políticos que integran el Congreso no representan la voluntad popular, no defienden los intereses de la patria, responden a intereses globalistas y se han vendido al capital extranjero.
Han vendido la vida de las futuras generaciones de argentinos al vil metal, esto es alta traición a la patria y estoy segura que, si no hay fraude en las próximas elecciones argentinas, el pueblo pasará factura. El aborto es el mayor genocidio de la historia, desde 1920 con su legalización en la URSS, 100 años, 100 naciones, más de un billón de bebés eliminados.