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CARACAS

Se ha suministrado demasiado dinero, pero muy poco efectivo.

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Los venezolanos que venden estas artesanías en la frontera con Colombia las llaman “money art” (arte con dinero). Venden como recuerdos monederos, bolsas y sombreros hechos con billetes venezolanos casi nuevos. Piden que lespaguen con “dinero real”, es decir, pesos colombianos.

Estas artesanías cuestan alrededor de cinco dólares. La materia prima, billetes de dos, cinco y hasta cien bolívares, todavía es la moneda de curso legal en Venezuela. No obstante, debido a que la inflación es tan alta, valen más doblados para hacer figuras de origami que usados como efectivo. El tipo de cambio en el mercado libre es de aproximadamente 3,5 millones de bolívares por dólar.

La moneda de Venezuela no vale nada debido a la inflación, del 46.000 por ciento al año, que a su vezse debe en gran medida a la decisión de imprimir dinero para financiar el déficit del gobierno, equivalente al 30 por ciento del producto interno bruto. Sin embargo, también escasean los billetes. En el mundo de cabeza de la economía venezolana, el dinero se comercializa por encima de su valor nominal, por lo que es un poco más valioso que los bolívares en otras formas.

Los billetes, al igual que otrosartículos necesarios, en su mayoría se importan. Cuatro empresas extranjeras, como la estadounidense Crane y la británica De La Rue, imprimen la mayor parte. La imprenta del banco central, ubicada cerca de la ciudad de Maracay, produce menos del cinco por cientodel efectivo. Hace dos años, Nelson Merentes, quien en ese entonces era presidente del banco, predijo que Venezuela se convertiría en exportadora de billetes, pero nunca ocurrió. La imprenta apenas puede mantener el personal suficiente para cubrir su modesto pedido nacional, quizá porque les paga en la misma moneda de valor casinulo que imprimen.

CARRERA PERDIDA

Las imprentas, tanto la nacional como las extranjeras, están perdiendo la carrera en contra de la inflación. En diciembre del 2016, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, decretó que el billete de cien bolívares, que en esemomento era el de mayor denominación en circulación, dejaría deutilizarse como moneda de curso legal en un plazo de tres días. Los venezolanos se lanzaron a los bancos para deshacerse de sus billetes, pero nunca llegaron los billetes de mayor denominación. El gobierno presentó su pedido fuera de tiempo y tampoco pagó atiempo. De nuevo se formaron filas afuera de los bancos, en estaocasión para retirar los billetes cuya sentencia se habíademorado.

Unos días después, la televisión oficial transmitió en vivo el arribo de billetes nuevos de 500 bolívares en vuelos de emergencia; los comentaristas dieron a entender que esa entrega salvaría a la economía. Por desgracia,llegaron muy pocos y debido a la inflación el valor de cada billete ya se había reducido a 20 centavos. Para mediados del 2017, los bancos restringieron los retiros al equivalente de un dólar al día.

En noviembre del año pasado, por fin recibieron billetes de 100.000 bolívares, aunque no suficientes para cubrir la demanda. Así que, a pesar de que su valor va en picada, los comerciantes venden fajos de billetes surtidos hasta por el triple de su valor nominal. Los consumidores todavía los necesitan para pagar el pasaje del autobús y el café, entre otras cosas. Algo parecido sucedió en Zimbabue en el 2007, cuando tambiénsufrió una escasez de efectivo.

Ahora, gran parte de la economía venezolana funciona a través de tarjetas de débito y transferencias bancarias. El problema es que las pantallas de las cajas son tan pequeñas, que no pueden manejar los miles de millones de bolívares que cuesta una televisión, por ejemplo. La propuesta más reciente de Maduro es remplazar el “bolívar fuerte” (que comenzó a circular en el 2008) por un “bolívar soberano”, con un valor mil veces superior.

La nueva moneda podrá utilizarse con mayor facilidad en las pantallas, pero no ayudará mucho en cuanto a la escasez de efectivo, y mucho menos para combatir la inflación. De nuevo, el gobierno hizo su pedido a la imprenta demasiado tarde para la fecha original de lanzamiento, el 4 de junio. Para cuando aparezcan los bolívares soberanos, que al parecer será en agosto, ya también habrán perdido casi por completo su valor. El billete de mayor denominación en la nueva moneda, de 500 bolívares soberanos, tendría un valor aproximado de 15 centavos ahora.

La miseria de los venezolanos por lo menos ha impulsado los negocios en las imprentas extranjeras, que parecen sorprendidas por su fortuna. “Siguen haciendo cada vez más pedidos. Miles de millones de billetes. No tienen para cuándo parar”, explicó una fuente cercana a una de ellas. Por desgracia, pronto serán más útiles para hacer bolsas que para hacer compras.

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