La frecuencia cardíaca de los murciélagos llega a alcanzar alrededor de 900 pulsaciones por minuto durante el vuelo, frente a solo 6 cuando estos animales están en reposo. Los investigadores del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal y de la Universidad de Constanza han estudiado a los murciélagos nóctulos machos, que se encuentran por toda Europa, con un método especial.

Su objetivo era comprender exactamente cuánta energía consumen los murciélagos durante el día y cómo cambia esta cantidad a lo largo del año. Para averiguarlo, los científicos equiparon a los murciélagos con pequeños transmisores de frecuencia cardíaca que pesan solo 0,8 gramos. Al igual que en los humanos, la frecuencia cardíaca puede utilizarse para determinar el consumo de energía.

Los transmisores, que los murciélagos llevaron durante unos días, envían una señal de audio de los latidos del corazón de los murciélagos, que luego se graba mediante un receptor de radio. Sin embargo, esto solo funciona si el receptor se encuentra a unos cientos de metros de los murciélagos.

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Utilizando las grabaciones únicas de los latidos del corazón, los científicos descubrieron fascinantes estrategias que utilizan los murciélagos para presupuestar su consumo de energía en diferentes estaciones. Descubrieron que los murciélagos nóctulos comunes machos consumen hasta un 42 por ciento más de energía en verano en comparación con la primavera.

Esto se debe principalmente al hecho de que los murciélagos en primavera entran en una especie de breve hibernación diurna conocida como “letargo”, un estado de ahorro de energía en el que la frecuencia cardíaca puede reducirse a seis pulsaciones por minuto.

“Vimos que los murciélagos en primavera podían aumentar su frecuencia cardíaca cuando se despiertan, alcanzando la velocidad máxima de 900 pulsaciones por minuto en solo unos minutos”, dice la autora principal, Lara Keicher, en un comunicado.

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Al equipo le sorprendió que los murciélagos machos no entraran en letargo en absoluto en verano. “En los meses más cálidos, cuando la comida es abundante, los machos permanecen despiertos durante el día para invertir energía en la producción de esperma y estar listos para el apareamiento en otoño”.

Para reponer la energía gastada, los machos cazan el doble de tiempo en verano que en primavera y comen hasta 33 escarabajos de junio o más de 2.500 mosquitos en una noche. Los resultados han proporcionado información sobre los desafíos energéticos de los murciélagos y sus fascinantes estrategias de supervivencia.

Este conocimiento permitirá predecir mejor cómo las fluctuaciones de temperatura cada vez más extremas o los cambios en la disponibilidad de alimentos afectarán la vida de los animales y los amenazarán potencialmente.

Fuente: Europa Press.

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