Walter Cunningham, el último de los tres astronautas a bordo del primer vuelo espacial Apolo tripulado que orbitó la Tierra en 1968, ha muerto ayer martes a los 90 años de edad en Houston, según ha anunciado la agencia espacial estadounidense Nasa.
“La Nasa siempre recordará sus contribuciones al programa espacial de nuestra nación y envía nuestras condolencias a la familia Cunningham”, ha indicado el director de la Nasa, Bill Nelson. “Walt Cunningham fue piloto de combate, físico y empresario, pero, sobre todo, fue un explorador”, ha declarado Nelson, que ha asegurado que “Walt y sus compañeros de tripulación hicieron historia” en el Apolo 7, “allanando el camino para la Generación Artemisa que vemos hoy”.
La familia del exastronauta ha afirmado que le gustaría expresar su “inmenso orgullo por la vida que vivió”, así como la “profunda gratitud por el hombre que fue”. “El mundo ha perdido a otro verdadero héroe, y lo extrañaremos mucho”, ha sentenciado. La directora del Centro Espacial Johnson de la Nasa, Vanessa Wyche, ha agregado que se encuentran “en deuda con el servicio de Walt”, mientras que ha destacado “su dedicación al avance de la exploración espacial humana”.
Cunnigham nació en Creston, Iowa, el 16 de marzo de 1932. Tras graduarse en Física, fue seleccionado como astronauta de la Nasa en 1963. Tras dejar la agencia espacial en 1971, pasó a dirigir múltiples organizaciones técnicas y financieras. Sus compañeros en el Apolo 7, Walter Schirra y Donn Fulton Eisele, fallecieron en 2007 y 1987, respectivamente.
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Fuente: Europa Press.