El primer caso de COVID-19 identificado en la ciudad china de Wuhan, presentado como tal por un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), data en realidad de unos días después, afirma un científico de alto nivel en un artículo publicado el jueves pasado en la prestigiosa revista Science.
En vez de corresponder un hombre que nunca había estado en el mercado de animales de Wuhan, el primer caso es el de una vendedora que trabajaba en este mercado, según el virólogo Michael Worobey. Estos datos, así como el análisis de los primeros casos de COVID-19 en la ciudad, inclinan claramente la balanza hacia un origen animal del virus, dijo Worobey.
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Desde el inicio de la pandemia los expertos debaten acerca del origen del virus, ante la ausencia de pruebas definitivas. El propio Worobey pertenecía a un grupo de 15 expertos que publicaron a mediados de mayo un artículo en la revista Science pidiendo una seria consideración de la hipótesis de una fuga de un laboratorio en Wuhan.
Ahora, señala, su investigación “proporciona una fuerte evidencia a favor del origen de la pandemia a partir de un animal vivo” de este mercado. Una de las críticas a esta teoría, añadió, se basó en el siguiente argumento: dado que las autoridades sanitarias alertaron sobre casos de una enfermedad sospechosa vinculada al mercado a partir del 30 de diciembre de 2019, se habría introducido un sesgo que condujo a la identificación de más casos en ese lugar que en otros, centrando la atención en él.
Para sortear este sesgo, Worobey analizó los casos notificados por dos hospitales antes de que se diera la alerta. Sin embargo, estos casos también están relacionados en gran medida con el mercado, y los que no lo están se concentran geográficamente en torno a él.
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“En esta ciudad de 11 millones de habitantes, la mitad de los primeros casos están relacionados con un lugar del tamaño de un campo de fútbol”, señaló Worobey, entrevistado por el New York Times. “Se vuelve muy difícil explicar esta tendencia si la epidemia no comenzó en este mercado”.
Otra crítica se basó en el hecho de que el primer caso identificado no tenía relación con el mercado. Pero, aunque el informe de la OMS afirmaba que había estado enfermo desde el 8 de diciembre, en realidad no lo estuvo hasta el 16 de diciembre, según el investigador.
Esa deducción deriva de una videoentrevista encontrada, un caso descrito en un artículo científico y un expediente médico hospitalario que coinciden con este hombre de 41 años. El primer caso conocido se convierte así en el de una mujer que enfermó el 11 de diciembre, una vendedora del mercado. Interrogado por el New York Times, Peter Daszak, quien se encontraba entre los expertos enviados por la OMS a Wuhan en enero de 2021, admitió que “la fecha del 8 de diciembre fue un error”.
Fuente: AFP.