Las personas que sufren enfermedades psiquiátricas tienen más riesgo de padecer una forma grave de COVID-19 y morir, muestra un estudio cuyos autores piden vacunar prioritariamente a estos pacientes.

Este pronóstico podría explicarse por los “obstáculos para recibir atención médica” adecuada, las “alteraciones inmunoinflamatorias relacionadas con los trastornos psiquiátricos” o por el impacto de los tratamientos tomados por esos pacientes, indican dos de los autores en un comunicado publicado el lunes por la Fundación FondaMental, red de investigadores sobre enfermedades psiquiátricas.

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Este artículo, que sintetiza 33 estudios publicados sobre el tema en 22 países, concluye que los pacientes que sufren trastornos mentales tienen un riesgo dos veces más elevado de morir de COVID en caso de infección con relación al resto.

Esta asociación se da especialmente para los trastornos psicóticos, los trastornos de humor, las adicciones y el retraso mental, pero no en los trastornos de la ansiedad. Recibir tratamiento de antipsicóticos, ansiolíticos o antidepresivos se relaciona con un alto riesgo de sobremortalidad (multiplicada por 3,7, 2,6 y 2,2, respectivamente).

El estudio, publicado el 15 de julio en la revista británica The Lancet Psychiatry, muestra también que los pacientes afectados por trastornos mentales tienen 2,2 veces más riesgos de ser hospitalizados en caso de COVID, pero no son atendidos en cuidados intensivos con mayor frecuencia.

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“Sabemos que esos pacientes están confrontados a importantes obstáculos para recibir atención médica y nuestros resultados sugieren que un acceso reducido a la atención contribuye al aumento de la mortalidad observada en ese grupo”, considera una de las autoras, Livia De Picker, del hospital psiquiátrico universitario Campus Duffel (Bélgica).

Otra hipótesis es que el riesgo mayor podría “reflejar procesos biológicos como alteraciones inmunoinflamatorias relacionadas con los trastornos psiquiátricos”, según Marion Leboyer, directora de Fundación FondaMental. Los tratamientos “antipsicóticos podrían aumentar los riesgos cardiovasculares y tromboembólicos, interferir con una respuesta inmunitaria y provocar interacciones con medicamentos utilizados para tratar el COVID-19”, agrega Leboyer.

“Nuestros resultados subrayan la necesidad de llegar a análisis más precisos para manejar y prevenir el COVID-19 en grupos donde hay pacientes de riesgo identificados en este estudio”, indican los autores. “Las autoridades de salud pública deben tomar medidas específicas para garantizar una vacunación máxima” de los pacientes y “luchar contra una eventual reducción del acceso a la atención”, consideró la doctora De Picker.

Fuente: AFP.

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