Consumo excesivo de alcohol resta un año de esperanza de vida
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El consumo excesivo de alcohol hace perder un promedio de casi un año de esperanza de vida en 52 países, debido a las enfermedades y los accidentes que causa, según un informe de la OCDE publicado este miércoles.
La organización internacional alienta a los países a “redoblar los esfuerzos” para luchar contra esta lacra, limitando sobre todo la promoción de alcohol entre los niños y promoviendo precios más altos.
“La esperanza de vida será inferior de casi un año (0,9 meses) a lo largo de los próximos 30 años debido a las enfermedades y lesiones” que causa “el consumo nocivo de alcohol”, calcula la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en este informe que incluye a sus países miembros y a los de la Unión Europea y el G20.
Los ocho países más afectados, encabezados por Lituania, Rusia y Polonia, se sitúan en Europa central y oriental, con entre 1,4 y 1,8 años de esperanza de vida menos.
En la clasificación publicada en el informe, que solo cuenta con 43 de los 52 países examinados, Chile ocupa el puesto nº 9 y México el nº 17, ambos por encima de la media de la OCDE. En cambio, España (25) y Colombia (31) se ubican por debajo de esta. Turquía cierra la lista.
Científicamente no se ha establecido ningún nivel de consumo de alcohol debajo del cual este se considere seguro para la salud. En su informe, la OCDE define el “consumo nocivo” cuando supera más de una copa diaria para las mujeres y 1,5 copas para los hombres.
La organización calcula además que este fenómeno tiene un costo de 2,4% del total del gasto en salud pública. Los datos son anteriores a la pandemia del COVID-19.
Según una encuesta paralela realizada entre mayo y junio de 2020 en 11 países, si bien el 42% de las personas interrogadas declararon no haber modificado su consumo de alcohol durante la pandemia, el 36% lo aumentaron y 22% afirmaron haberlo reducido.
“Las mujeres, los padres de niños pequeños, las personas con un alto nivel de ingresos y las personas con síntomas de depresión y ansiedad” son quienes afirmaron haber aumentado más su consumo de alcohol, según el informe.
El donante fue un niño de 11 años con muerte cerebral, cuya familia, en un acto de generosidad infinita, decidió transformar su pérdida en esperanza para otra vida. Foto: Gentileza
Nuevo trasplante renal se concreta gracias al noble gesto de una familia
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La vida de un joven estudiante de 20 años cambió para siempre este jueves 5 de diciembre de 2024, al convertirse en el receptor del trasplante renal cadavérico número 184 realizado en el Hospital de Clínicas de la FCMUNA, desde la reactivación del programa de trasplantes en noviembre de 2014. El procedimiento fue posible gracias a un acto de solidaridad en medio del dolor de la familia del donante.
El donante fue un niño de 11 años con muerte cerebral, cuya familia, en un acto de generosidad infinita, decidió transformar su pérdida en esperanza para otra vida. Gracias a su decisión, el joven, oriundo de Asunción y estudiante, quien llevaba cinco años dependiendo de hemodiálisis en el Hospital de Trauma debido a una enfermedad renal crónica, tendrá la oportunidad de una calidad de vida significativamente mejorada.
El trasplante comenzó alrededor de las 10:00 y culminó en las últimas horas de la tarde en el Pabellón Quirúrgico Dos del Hospital de Clínicas, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción. El procedimiento fue llevado a cabo por un equipo multidisciplinario de excelencia que incluyó nefrólogos, anestesiólogos, cirujanos vasculares, urólogos y personal de enfermería.
El equipo
El equipo multidisciplinario de Trasplante Renal del Hospital de Clínicas estuvo integrado por un grupo de nefrólogos encabezados por la doctora Norma Arévalos Galeano. También asistieron anestesiólogos, urólogos y otros profesionales que colaboraron para que la cirugía sea un éxito.
Aunque el ejercicio moderado regular se considera un pilar del envejecimiento saludable, hace tiempo que se piensa que exponer el cuerpo a sesiones de ejercicio de resistencia extrema puede llevarlo demasiado lejos y acortar la esperanza de vida. Foto: Archivo
El ejercicio extremo no reduce la esperanza de vida, según un estudio
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El ejercicio extremo no parece acortar la esperanza de vida, como se cree, según sugieren las conclusiones de un estudio sobre la longevidad de los 200 primeros atletas que corrieron una milla en menos de 4 minutos, y publicado en línea en el ‘British Journal of Sports Medicine’.
Aunque el ejercicio moderado regular se considera un pilar del envejecimiento saludable, hace tiempo que se piensa que exponer el cuerpo a sesiones de ejercicio de resistencia extrema puede llevarlo demasiado lejos y acortar la esperanza de vida, afirman los investigadores. Pese a ello, el estudio muestra que viven varios años más que la población general.
Según los autores, las repetidas sesiones de ejercicio al máximo que realizan los corredores de milla los convierten en un grupo único para comprobar el posible impacto del ejercicio intenso extremo en la longevidad.
Por ello, analizaron el compendio de 1.759 atletas que habían corrido una milla en menos de 4 minutos en junio de 2022 y extrajeron los datos de los 200 primeros en hacerlo, con el argumento de que tendrían una edad que igualaría o superaría la esperanza de vida típica de su generación.
Se realizó un seguimiento de la longevidad de los corredores, utilizando información disponible públicamente, desde la fecha exacta de su primer intento con éxito de superar la milla en 4 minutos hasta la edad de 100 años, finales de 2023 o la muerte, para averiguar la diferencia media en la esperanza de vida entre ellos y la población general, emparejada por edad, sexo y nacionalidad.
Esta diferencia se calculó como los años de vida observados de un corredor menos su esperanza de vida en la población general. Esta cifra se promedió entre los 200 corredores.
Foto: Ilustrativa
Mayor esperanza de vida
Los primeros 200 corredores que superaron los 4 minutos en una milla abarcaron un periodo de 20 años, de 1954 a 1974. Procedían de 28 países diferentes de Europa, Norteamérica, Oceanía y África.
Habían nacido entre 1928 y 1955, y tenían una media de 23 años cuando corrieron la milla en menos de 4 minutos, con tiempos comprendidos entre 3:52,86 y 3:59,9 minutos.
Del total, 60 (30%) habían fallecido y 140 estaban vivos en el momento del análisis. La edad media en el momento de la muerte era de 73 años, pero oscilaba entre 24 y 91 años, mientras que la edad media de los corredores supervivientes era de 77 años, oscilando entre 68 y 93 años.
No se conocía la causa de la muerte de la mayoría de los atletas, pero de los siete que fallecieron antes de los 55 años, seis se debieron a traumatismos o suicidio y uno a cáncer de páncreas.
El análisis reveló que los corredores de menos de 4 minutos vivieron casi 5 años más de la esperanza de vida prevista, de media, en función del sexo, la edad, el año de nacimiento, la edad de consecución y la nacionalidad.
Si se tiene en cuenta la década de finalización, aquellos cuyo primer intento con éxito se produjo en la década de 1950 vivieron una media de 9 años más que la población general durante un periodo medio de seguimiento de 67 años.
Y aquellos cuyo primer intento con éxito se produjo en las décadas de 1960 y 1970, vivieron 5,5 años y casi 3 años más, durante un periodo medio de seguimiento de 58 y 51 años, respectivamente.
La mejora general de la esperanza de vida, secundaria a los avances en el diagnóstico y tratamiento de varias enfermedades importantes, podría explicar esta tendencia concreta, sugieren los investigadores.
Los investigadores reconocen que no disponían de información sobre los hábitos de ejercicio a lo largo de la vida (u otros comportamientos saludables) de los 200 atletas incluidos en el estudio, por lo que no pudieron determinar la relación precisa entre la dosis de ejercicio a lo largo de la vida y la longevidad.
Y la comparación con la población general impidió evaluar cómo podrían afectar a la longevidad otros factores del estilo de vida, como la dieta y el tabaquismo, los factores de riesgo cardiometabólico y otros factores médicos potencialmente influyentes, como la hipertensión arterial y el colesterol alto.
Por último, el estudio sólo incluyó a hombres, ya que ninguna mujer ha corrido aún una milla en menos de 4 minutos.
Foto: Ilustrativa
No obstante, los investigadores afirman: “Este hallazgo desafía los extremos superiores de la hipótesis del ejercicio en forma de U (en lo que se refiere a la longevidad) y, una vez más, reitera los beneficios del ejercicio en la esperanza de vida, incluso a los niveles de entrenamiento requeridos para el rendimiento de élite”.
Aunque el esfuerzo exigido en este grupo pueda parecer menor que el de los atletas de resistencia, los elevados requisitos aeróbicos y anaeróbicos de las pruebas de media distancia, como la milla, requieren volúmenes de entrenamiento relativamente altos, de unas 9-12 horas o 120-170 km a la semana, explican.
Pese a que todo esto plantea la posibilidad de llevar al cuerpo más allá de sus límites, sobre todo desde el punto de vista de la intensidad, no parece afectar a la esperanza de vida y, si acaso, parece prolongarla, añaden.
Los investigadores afirman que aún no se han identificado por completo las explicaciones fisiológicas de la prolongación de la esperanza de vida, pero sugieren que probablemente reflejan las adaptaciones positivas del ejercicio de resistencia sobre la salud y las funciones cardiovasculares, metabólicas e inmunitarias.
Un estilo de vida saludable y los genes también pueden desempeñar un papel, señalan, ya que 20 grupos de hermanos, incluidos seis grupos de gemelos y combinaciones de padre e hijo, se encontraban entre los 200 primeros corredores que superaron la milla en 4 minutos.
A pesar de las adversidades de la vida, el año pasado la joven logró terminar la carrera de comercio exterior y relaciones internacionales en la Uninorte. Foto: Gentileza.
Joven receptora de trasplante renal evoluciona favorablemente
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Porque es importante que las buenas noticias se compartan, este es el caso de una joven que luego de haber entrado el año pasado en lista de espera por un donante de riñón, ahora ocurrió el milagro de la esperanza de vida y fue trasplantada.
La doctora Gloria Orué habló con La Nación – Nación Media acerca del estado de salud de la joven trasplantada en el Instituto de Previsión Social (IPS) Central. Se trata de María Jazmín Méndez, de 25 años, quien a pesar de las adversidades de la vida, el año pasado logró terminar la carrera de comercio exterior y relaciones internacionales en la Uninorte y LN le había hecho una entrevista de ejemplo de superación.
“Ahora se le dio lo del trasplante y está super bien. Ella ya tiene función renal normal en este momento. Tiene un poquito de dolor que es normal, fuera de eso ella está espléndida. La herida operatoria está impecable, todo bien, realmente ella está evolucionado muy bien”, empezó contando la profesional.
La cirugía se llevó a cabo el martes, mediante un paciente (donante) de 24 años con diagnóstico de traumatismo craneoencefálico grave, internado en terapia intensiva del Hospital Regional de Paraguarí. “Esto fue secundario a una ablación multiorgánica, se quitaron varios órganos al donante, un joven sin enfermedad de base, que permitió que otros pacientes puedan recibir los órganos”, explicó la doctora.
Orué contó que además se donó un corazón a un chico del hospital de Acosta Ñu, un joven de 14 años, un retrasplante y dos receptores renales: una en el hospital de Clínicas, quien se encuentra en excelentes condiciones y también la receptora de IPS, Jazmín.
“Ella es una paciente hermosa en todos los aspectos. Una joven bellísima, muy buena, esforzada, estudiosa, buena gente, siempre animando a sus compañeros de diálisis en todo. Estamos muy felices con el trasplante de esta joven. Ahora se le dio el milagro de recibir un órgano, gracias a Dios está evolucionando excelentemente”, resaltó.
La profesional señaló además que si bien es muy buena la evolución de la joven, pero con relación a su alta médica, dijo que es muy variable el tiempo ya que se tiene que atender si surge alguna complicación. “El riñón ya está funcionando, en el mejor de los casos, estaría de alta entre 7 a 10 días después del trasplante”, acotó.
Decidió regalar esperanza de vida y donó riñón a su hermana
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Tras un gran gesto de amor, una joven decidió ser la donante del riñón que su hermana necesitaba y de esta manera se realizó el trasplante renal número 146 desde la reactivación en 2014 del Programa de Trasplantes y de Órganos y Tejidos del Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).
Tal es así que ayer martes tuvo lugar la cirugía en la que dos hermanas fueron protagonistas. En este sentido, la doctora Norma Arévalos, miembro del equipo de trasplante renal del hospital y coordinadora de trasplante renal del Departamento de Nefrología de la Facultad de Ciencias Médicas, informó sobre el procedimiento que se llevó a cabo.
Comentó que Sonia Cardozo, de 37 años, con diagnóstico de la enfermedad renal crónica denominada lupus eritematoso sistémico, nefritis lúpica, fue sometida ayer a un trasplante renal gracias a la decisión de su hermana Yris Cardozo, de 36 años, de ser su donante. Luego de comprobar la alta compatibilidad entre ambas, se pudo llevar a cabo el procedimiento de ablación y posterior trasplante.
Cabe mencionar que el equipo de Trasplante Renal con Donante vivo está compuesto por los nefrólogos Norma Arévalos, Manuel López y Edilsa Espínola. En tanto que como cirujanos urólogos están Luis Hanano, Herminio Ruiz Díaz, Carlos Rodas y Magalí Martínez.
Así también, formaron parte de la cirugía los anestesiólogos Nelson Ortellado, Juan Meza, Alberto Pereira, Edward Silvero, Nadia Cabrera y los cirujanos Vasculares Agustín Saldívar, José Gamarra y Claudia Mareco. Mientras que en enfermería figuran Seneida Noguera, Jacqueline Urunaga, María Cristina Chena y Rubén Pereira.