Durante el anochecer de este viernes último, un aficionado captó, en Limpio, el paso del cohete chino fuera de control que cruzó, a gran velocidad, el cielo paraguayo. A horas de su caída, el mundo sigue la trayectoria virtual del Long March 5B, en una lotería sobre dónde impactará. Hace tres años, en marzo de 2018, partes de otro cohete asiático terminaron en una estancia paraguaya.
El 10 de diciembre de 2017, China lanzó desde el Centro Espacial Xichang (centro del país) el cohete CZ-3 BR/B, de 53 metros de longitud, para poner en órbita el satélite Alcomsat-1 (el primero de Argelia). Parte de su lanzador reingresó a la atmósfera el 10 de marzo de 2018.
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En una propiedad del señor Ramón Habgger, en la Estancia San Ramón, en el distrito de Itanará, zona norte del departamento de Canindeyú, cayó parte del cohete chino: en un pequeño cráter se halló una esfera de titanio, que se identificó como un tanque de hidracina (combustible altamente tóxico).
Según una publicación del Ministerio de Defensa Nacional, el 17 de abril se constituyó en dicha estancia una comitiva de la Comisión Nacional de Prevención y Respuesta a Emergencias Biológicas (Conapreb) y de la Agencia Espacial del Paraguay (AEP), además de agentes policiales y fiscales; para ejecutar un protocolo de seguridad por el desecho espacial.
Guardado en Dimabel
La causa fue caratulada como “Averiguación sobre hecho Punible contra el Medio Ambiente”, y el objeto que vino del espacio fue trasladado hasta la sede de la Dirección de Material Bélico (Dimabel) de la Fuerza Aérea Paraguaya, en Piribebuy, para su correspondiente resguardo y estudio.
En aquella ocasión también hubo bastante expectativas y publicaciones virales de filmaciones del paso de los restos del cohete sobre Asunción y Formosa (Argentina). Los astrónomos locales, entre ellos el destacado Blas Servín (fallecido el 16 de abril de 2020), realizaron un atento seguimiento a los datos emitidos por Bramon - Red Brasilera de monitoreo de meteoros.
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Blas Servín
“Reentrada de cohete chino fue observado el sábado 10 a las 02:30 horas desde el Paraguay. Ayer domingo fue encontrado en Canindeyú, Paraguay un pequeño tanque del cohete”, publicó Servín en el grupo de Facebook “Centro Astronómico Bicentenario”, el 12 de marzo de 2018. Un astrónomo aficionado del citado grupo, Nicolás Masloff, también dedicó un posteo al incidente.
“Se trata de una esfera metálica hueca, de baja densidad, tiene 6,7 kilogramos, pero distribuidos en un buen tamaño, y fue frenada en gran medida por la atmósfera, cae a relativamente baja velocidad, el impacto simplemente no tiene suficiente fuerza para dejar una gran marca en el suelo, si era un meteorito hubiera sido distinto, pero no lo es, les invito a Googlear ustedes mismos acerca de los tanques de hidracina que cayeron antes en otros países, y se ve que ninguno produjo un gran cráter, simplemente se hunden unos 10 o 20 centímetros y nada más que eso”, explicó Masloff, hace 3 años.
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¿Puede caer en Paraguay?
Nicolás Masloff también se encuentra siguiendo el desenlace del actual cohete chino, Long March 5B (Larga Marcha), que fuera lanzado el 29 de abril pasado para poner en órbita el primer material de lo que será la Estación Espacial China. El reingreso de los restos del lanzador, de 30 metros de longitud y 22 toneladas de peso, está previsto para la madrugada de este domingo; mientras su vuelo descontrolado alrededor del planeta (completa una vuelta cada 90 minutos) se sigue en vivo a través de sitios como SkyRobot en YouTube.
“¿Puede caer en Paraguay? ¿Puede caer encima mío? La respuesta es sí, pero la probabilidad es muy baja, el área donde podría caer el cohete abarca un poquito menos que la mitad del planeta, unos 200 millones de kilómetros cuadrados, si calculamos que una persona ocupa, por ejemplo, 1 metro cuadrado, cada persona tiene una posibilidad de 1 en 200.000 millones de que caiga encima suyo”, refirió Masloff en Facebook.
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“Es importante aclarar que el cohete no va a llegar hasta el suelo entero, una vez que reingresa a la atmósfera de la Tierra, la mayor parte del mismo se quema y desintegra, resisten sólo componentes estructurales y/o de los motores, que por su propio trabajo están diseñados para aguantar altas fuerzas y temperaturas”, agregó el aficionado a la astronomía.
La ambición de China hacia el espacio, que ahora apunta inclusive hasta el planeta Marte, tuvo otros antecedentes. En 2020, desechos de otro cohete Long March se estrellaron sobre aldeas de Costa de Marfil, provocando daños, pero sin dejar heridas. El laboratorio espacial Tiangong-1 se desintegró al reingresar a la atmósfera en 2018, dos años después de dejar de funcionar, aunque las autoridades chinas negaron haber perdido el control de la nave.
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