La perspectiva de una autorización de la vacuna de Pfizer/BioNTech para edades comprendidas entre 12-15 años abre la vía a extender las campañas de inmunización contra el COVID-19 a adolescentes y niños y promueve el debate sobre su necesidad.

¿Para cuándo?

Aunque las primeras autorizaciones reglamentarias de la vacuna de Pfizer/BioNTech para adolescentes son inminentes, cada país decidirá si integra o no a los menores en su calendario de vacunación y cuándo lo hace.

En Estados Unidos, la Agencia Federal de Medicamentos (FDA) podría dar luz verde la próxima semana para las edades comprendidas entre 12 y 15 años, según la prensa.

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En la UE, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) anunció el lunes haber empezado la “evaluación acelerada” de los datos transmitidos por Pfizer y BioNTech y espera ofrecer sus resultados en junio.

Alemania estimó así que la vacunación de adolescentes podría empezar “como muy tarde durante las vacaciones del verano” boreal, mientras que Francia afirmó por su parte que no se trata de una cuestión “urgente”. Pfizer/BioNTech también solicitaron una autorización en Gran Bretaña y prevén hacer lo propio en otros países.

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¿Con qué datos?

Para juzgar la eficacia y la seguridad de las vacunas antiCOVID entre los menores de edad, son necesarios ensayos específicos, puesto que hasta ahora los laboratorios concentraron sus pruebas entre la población adulta.

“En general, los niños tienen una mejor respuesta inmunitaria (a las vacunas)  que los adultos”, explicó a la AFP la infeccióloga Odile Launay, miembro del comité sobre vacunas del COVID creado por el gobierno francés.

Pero la cuestión de la seguridad no está tan clara, según Launay: los más jóvenes podrían sufrir una reacción excesiva a la vacuna, por ejemplo, con fiebre o dolor en la zona de la inyección.

Las solicitudes de Pfizer/BioNTech se basan en resultados “de un estudio clínico de fase 3 entre menores de 12-15 años”, que mostraron una “eficacia de 100%” de la vacuna, según sus fabricantes.

La vacuna fue además “bien tolerada y los efectos secundarios fueron generalmente coherentes con los observados” entre las personas de entre 16-25 años, agregaron.

Otros estudios en menores están en curso, pero todavía no hay datos disponibles sobre el empleo de estas vacunas en menores de 12 años.

La estadounidense Moderna anunció en marzo el lanzamiento de ensayos de su vacuna entre 6.750 niños, de entre 6 meses y 11 años, en Estados Unidos y Canadá. Pfizer/BioNTech también realizan pruebas entre niños de 5 a 12 años y esperan obtener resultados en julio.

La anglosueca AstraZeneca lanzó en febrero un ensayo entre menores de 6 y 17 años, pero su socio, la Universidad de Oxford, lo suspendió el 6 de abril, a la espera de que finalice la investigación sobre el riesgo raro de trombosis atípicas observado entre los adultos vacunados.

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Inmunidad colectiva

Los niños y adolescentes son menos susceptibles de enfermar gravemente de covid-19 y por eso su vacunación no ha sido hasta ahora una prioridad.

Hay excepciones, no obstante, sobre todo entre niños con leucemia y déficits inmunitarios, y “necesitamos protegerlos”, según Launay. Pero el principal motivo de vacunar a los jóvenes es ante todo proteger al resto de la población.

Los datos disponibles muestran que “la vacunación con el inmunizante Pfizer reduce muy probablemente la transmisión” y “podemos formular la hipótesis de que es también el caso para el resto de vacunas de ARN mensajero”, como la de Moderna, indicó a la AFP Alain Fischer, presidente del consejo de orientación de estrategia de vacunación en Francia.

En el caso de la variante británica, por ejemplo, “probablemente habría que vacunar al 75% de la población, incluidos los niños” para alcanzar la inmunidad colectiva, es decir, el nivel en que el virus no puede seguir contaminando, agregó.

Pero si no se vacuna a los menores, esto implica vacunar “al 80-85% de los adultos, un objetivo ambicioso puesto que todavía no sabemos hasta qué punto los jóvenes adultos querrán vacunarse”, según el inmunólogo.

Para Beate Kampmann, profesora de enfermedades infecciosas pediátricas en la London School of Hygiene and Tropical Medicine, vacunar a los menores puede ser beneficioso “en países donde la circulación viral todavía es muy elevada. Pero no creo que tenga sentido en países donde el virus ya apenas circula”.

En ese caso, “se evitaría más sufrimiento dejando las vacunas a los países donde todavía hay mucha gente gravemente enferma o que se muere de COVID, como en India, que vacunando a nuestros adolescentes”, dijo a la AFP.

Fuente: AFP.

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