La variante brasileña del coronavirus, denominada P1, es poco conocida, pero despierta alertas en el mundo porque es más contagiosa, lo que ha llevado a varios países a suspender los vuelos procedentes del gigante sudamericano, epicentro de la pandemia.
“El miedo es justificado, la P1 es una variante más contagiosa y se propagó muy rápido en Brasil, que es un país enorme y donde la pandemia está fuera de control”, explica a la AFP la microbiologista Natalia Pasternak, directora del Instituto Questao de Ciencia.
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La P1 emergió en diciembre pasado en la ciudad de Manaos, capital del estado de Amazonas, pero solo fue identificada como una nueva variante en enero, en Japón, en unos viajantes que volvía de aquella región del norte de Brasil.
La variante también fue detectada en varios países de América del Sur, como Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Perú y Venezuela. También llegó a Estados Unidos, Canadá, Alemania y Francia, que el lunes anunció la suspensión de vuelos desde Brasil al igual que otras naciones.
¿Por qué es más contagiosa?
Como la variante sudafricana, la P1 tiene la mutación E484K, que podría generar más infecciones que las otras cepas, según algunos estudios, porque demanda más anticuerpos para resistir al virus. Además, tiene numerosas variaciones en la proteína Spike, a través de la cual el virus ingresa a las células para infectarlas.
“Es como si tuviese una llave maestra que le permite abrir varias puertas al mismo tiempo”, observa Jesem Orellana, investigador en Amazonas del instituto Fiocruz.
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“Y desde un punto de vista epidemiológico, la variante puede desestabilizar regiones donde hay poco control de la circulación del virus y con poca infraestructura, causando el colapso de hospitales”, como ocurrió en Manaos, donde decenas de pacientes fallecieron por falta de oxígeno.
“Si las autoridades brasileñas hubiesen sido responsables, habrían aislado Manaos, como China hizo con Wuhan. Pero en vez de eso, enviaron pacientes a otras regiones del país, con acompañantes, algunos de ellos infectados con la P1”, lamenta Orellana. El gobierno brasileño incluso “debería haber cerrado fronteras para evitar que esa variante llegase a otros países, algunos más pobres, como Perú”, agregó.
¿Es más letal?
Por ahora, ningún estudio ha concluido que la P1 sea más letal. En investigaciones preliminares, Orellana constató que la P1 no aumentó la tasa de mortalidad en hospitales de Manaos, en comparación con la primera ola de la pandemia, en abril de 2020. Ese análisis coincide con dos estudios publicados el martes según los cuales la variante británica no deriva en casos más graves de COVID-19.
La escalada de muertes por COVID-19 en Brasil en las últimas semanas se debe al colapso de hospitales “porque esta variante es más contagiosa, pero también por el relajamiento generalizado” de la población frente a las medidas de prevención, “cansada de las medidas de cuarentena”, agrega Orellana. Estudios preliminares demostraron que la vacuna china CoronaVac, la más usada en Brasil, es eficaz ante la P1, al igual que la de Pfizer y la de AstraZeneca.
¿Cuánto se propagó en Brasil?
La variante P1 se propagó por casi todo el territorio brasileño, aunque faltan datos que permitan medir en qué porcentaje es responsable de los contagios en cada región. “La vigilancia genómica de Brasil es una de las peores del mundo”, en términos de secuenciación de las nuevas cepas, “no en vano descubrimos la P1 casi 60 días después, en Japón”, cuenta Orellana.
La circulación descontrolada del virus ha dado lugar a nuevas mutaciones, con variantes de la misma cepa, como la P2, que circula en Rio de Janeiro, o la P4, detectada recientemente en Belo Horizonte, en el estado vecino de Minas Gerais. “Brasil se convirtió en un laboratorio de variantes a cielo abierto”, dijo Orellana.
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Para evitar la circulación de esas variantes, “lo ideal sería tener dosis suficientes para la vacunación en masa y un lockdown al mismo tiempo, como hicieron Inglaterra o Israel”, agrega la microbióloga Pasternak.
“Pero en Brasil no tenemos ni lo uno ni lo otro: el confinamiento, principalmente, por falta de voluntad política”, a lo que se suma que “no tenemos dosis suficientes para la vacunación”, explica la especialista, subrayando la “falta de coordinación nacional” de la lucha contra la pandemia por parte del gobierno de Jair Bolsonaro.
Fuente: AFP.