El gobierno australiano reaccionó airadamente el jueves al bloqueo por parte de Facebook de muchos contenidos de actualidad en el país, en represalia por un proyecto de ley que pretende que la red social pague a la prensa por utilizar sus contenidos.
El jueves, los usuarios australianos de Facebook no podían consultar los enlaces de información de los medios locales o internacionales y las personas que viven en el extranjero tampoco tenían acceso a las informaciones australianas.
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El ministro australiano de Finanzas, Josh Frydenberg, tildó la medida de Facebook de “inútil y autoritaria” que va “a empañar su reputación en Australia”. Frydenberg declaró que su gobierno está “totalmente decidido” a poner en marcha su proyecto de ley destinado a forzar a las plataformas digitales a remunerar a los medios por el uso de sus contenidos. El proyecto fue adoptado la semana pasada por la Cámara de Representantes y ahora se debate en el Senado.
“Lo que confirman los acontecimientos de hoy a todos los australianos es la posición dominante de estos gigantes en nuestra economía”, agregó unas horas después de asegurar en Twitter, que había mantenido una “conversación constructiva” con el presidente de Facebook, Mark Zuckerberg. El jueves, las cuentas en la red social de los servicios de incendios, de salud y meteorología, que sirven para alertar a la población, dejaron de funcionar.
“Giro preocupante”
Un portavoz de Facebook aseguró que las páginas oficiales del gobierno “no deberían verse afectadas” por las represalias y prometió el restablecimiento de todas las páginas que se vieron “afectadas por descuido”. Otras páginas web del país también se han visto afectadas por esta medida y su funcionamiento se normalizaba con las horas.
La directora de la ONG Human Rights Watch (HRW) en Australia, Elaine Pearson, tildó el bloqueo -que también afectó a las organizaciones no gubernamentales, así como a la propia cuenta Facebook de HRW- de “giro preocupante y peligroso”.
“Cortar el acceso a informaciones vitales a todo un país en plena noche es inadmisible”, declaró. El gobierno australiano, así como los grupos de prensa, están preocupados por una eventual proliferación de informaciones falsas. Porque las cuentas de Facebook que lanzan teorías complotistas o falsas informaciones no se veían afectadas por esta medida.
El ministro de Comunicaciones Paul Fletcher invitó a Facebook a reflexionar “cuidadosamente” sobre el bloqueo de las webs de organizaciones que emplean a periodistas profesionales y que tienen una política editorial y de verificación de informaciones. Facebook ha asegurado que no tiene más alternativa que volver a bloquear estas informaciones.
“Elección difícil”
“El proyecto de ley entiende muy mal la relación entre nuestra plataforma y los editores que la utilizan para compartir contenido de actualidad”, declaró William Easton, responsable de Facebook para Australia y Nueva Zelanda.
“Nos coloca ante una elección difícil: tratar de cumplir una ley que ignora la realidad de esta relación o dejar de autorizar los contenidos en nuestros servicios en Australia. Con mucho pesar elegimos esta última solución”, advirtió.
La reacción de Facebook contrasta con la de Google, que el miércoles aceptó pagar “cantidades significativas” a cambio de los contenidos del grupo de prensa News Corp. de Rupert Murdoch. Se trata del primer contrato de este tipo firmado por un gran grupo de prensa. News Corp. jugó un papel determinante para que el gobierno conservador australiano atacase a los gigantes tecnológicos.
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Según Easton, Facebook ha defendido ante los responsables australianos que el “intercambio entre Facebook y los editores se hace a favor de estos últimos” y genera centenares de millones de dólares de ingresos a los grupos de prensa australianos.
“Desgraciadamente, esta legislación no lo hace. Busca más bien penalizar a Facebook por contenidos que ni ha retomado ni ha solicitado”, según él. El mundo entero sigue muy de cerca la iniciativa australiana en un momento en que la prensa sufre por una economía digital donde los gigantes de la red reciben cada vez más ingresos publicitarios.
Según las autoridades australianas de la competencia, Google capta el 53% de la publicidad en el país y Facebook el 28%, mientras que el resto se lo reparten otros actores del mercado, como los grupos de prensa, insuficiente para financiar el periodismo de calidad. La crisis de la prensa se agravó por el hundimiento económico provocado por la pandemia del coronavirus. En Australia, decenas de periódicos han cerrado y centenares de periodistas han perdido su empleo.
Fuente: AFP.