“¡Diga ahhh!”: una ciudad del noreste de China utilizó por primer vez este miércoles un robot para realizar pruebas de COVID-19, en el marco de una campaña de detección masiva tras registrarse algunos casos.
Instalado en un jardín de infantes de Shenyang, capital de la provincia de Liaoning, este brazo articulado, controlado en forma remota por un operador, raspa delicadamente la garganta de los pacientes con un hisopo.
La principal ventaja del robot: permite reducir el riesgo de contagio del personal sanitario, y hace gala de una alta precisión de movimientos.
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Para nada impresionados por esta instalación futurista, muchos habitantes de Shenyang hicieron cola este miércoles ante el centro de pruebas instalado en la escuela.
Tras escanear documento de identidad, los pacientes se sientan frente al dispositivo, y una voz femenina pregrabada les pide con cortesía que abran la boca.
El robot entonces dirige el hisopo hacia la garganta del paciente. Un operador cubierto por un traje de protección completo controla toda la operación de manera remota a través de una cámara instalada en el brazo robótico articulado y una pantalla de control.
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China ha logrado en gran medida contener la pandemia de COVID-19 en su territorio desde la primavera boreal de 2020. No obstante, ha tenido que enfrentar pequeños focos, de apenas decenas de personas durante algunas semanas.
Las autoridades reaccionan dinámicamente, imponiendo confinamientos y restricciones de viajes, o campañas masivas de detección del virus desarrolladas en pocos días sobre decenas de millones de personas.
Los robots son cada vez más comunes y populares en China, sobre todo en el sector industrial, pero también para tareas cotidianas, como entregar comidas o portar equipajes.
Fuente: AFP.