El balance de la epidemia de COVID-19 podría todavía duplicarse en Estados Unidos de aquí a fines de febrero, para superar los 500.000 muertos, pero el uso de mascarillas podría evitar 130.000 fallecimientos, concluyen proyecciones publicadas el viernes.

Según el escenario considerado más plausible por estos investigadores, aunque los gobiernos locales redujeran de nuevo las interacciones sociales y la vida económica a partir de cierto umbral de muertos, Estados Unidos llegaría pese a todo a 511.000 fallecidos por COVID-19 a finales de febrero.

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Sin embargo, si el 95% de la población de cada estado llevara sistemáticamente una máscara de protección en presencia de otras personas, ese balance podría reducirse en casi 130.000 personas, según las previsiones del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME).

Aunque el uso de la mascarilla solo fuera respetado por el 85% de las personas, 95.000 vidas podrían salvarse, agregan en su artículo, publicado en la revista Nature Medicine.

“Es cada vez más evidente que las mascarillas reducen de manera considerable la transmisión de virus respiratorios como el SARS-CoV-2, y limitan entonces la propagación de COVID-19”, subrayan los autores. En septiembre, alrededor del 50% de los habitantes de Estados Unidos declaraban utilizar mascarilla, pese a las reservas de algunos políticos sobre su eficacia.

El presidente Donald Trump casi nunca lleva mascarilla en público, se burló de la actitud inversa de su rival en la elección presidencial, Joe Biden, y pocos de sus partidarios la emplean durante sus actos de apoyo. Desde enero, el nuevo coronavirus ha contaminado al menos a 8,3 millones de personas en Estados Unidos y mató a 223.000.

El país está registrando, además, un recrudecimiento de la pandemia antes del invierno, con 75.000 nuevos casos detectados el jueves, casi el doble de los niveles registrados hace un mes. Para prever qué pasará en los próximos meses, los epidemiólogos del IHME hablan de tres escenarios posibles.

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En el primero, poco probable, los estados seguirán levantando progresivamente las restricciones actuales a los desplazamientos y relaciones sociales. De ser así, para el 28 de febrero, el número total de muertos por COVID-19 superaría el millón y 152 millones de personas (45% de la población) habría sido infectada, consideran.

Pero es más realista esperar que los estados reinstauren, por el contrario, las medidas tomadas para la primera ola. Incluso con ese “escenario de referencia”, el balance total de la epidemia llegaría a 511.000 muertos y 72 millones de infecciones a fines de febrero, agrega el artículo. En el tercer escenario, si el 95% de la población adulta usa máscara, “129.574 vidas podrían salvarse” del 22 de setiembre al 28 de febrero, concluye el estudio.

Fuente: AFP.

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