Después de los tests PCR y de los serológicos, varios países empiezan a trabajar con las pruebas de antígeno para detectar el COVID-19. Foto: Gentileza.
Ventajas e inconvenientes de las diferentes pruebas de diagnóstico de COVID-19
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Después de los tests PCR y de los serológicos, varios países empiezan a trabajar con las pruebas de antígeno para detectar el COVID-19, más rápidas y por tanto susceptibles de aliviar los laboratorios, saturados en plena epidemia. Estos son los tests empleados actualmente o en desarrollo, así como sus ventajas e inconvenientes.
El test de referencia actual es el RT-PCR o virológico y consiste en detectar material genético del SARS-CoV-2 mediante una prueba nasofaríngea. Esto permite saber si en ese determinado momento, la persona está infectada con el virus. Esta prueba también puede hacerse mediante una muestra salivar, más simple y menos desagradable, pero la saliva es menos fiable para detectar el virus.
Los tests serológicos consisten en un análisis de sangre con el fin de saber si el paciente desarrolló anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y por lo tanto si estuvo infectado con el coronavirus en algún momento. De estos también existe una versión rápida, que solo precisan de una gota de sangre y pueden ser practicados por un profesional de salud o un farmacéutico. Pero se los considera indicativos y se recomienda confirmar el resultado en un laboratorio.
La fiabilidad de los tests se define según dos criterios: su especifidad, es decir, su capacidad a detectar correctamente el SARS-CoV-2 y no otra cosa, y su sensibilidad a la hora de detectar el virus incluso si solo hay una cantidad muy pequeña.
La tasa de especifidad de la tecnología PCR es de 99% por lo que los “falsos positivos” son muy inhabituales. Además detectan concentraciones muy pequeñas, lo que permite no pasar por alto personas infectadas.
Pero “in situ” la sensibilidad de los PCR depende mucho de cómo se hace la prueba y por tanto se pueden dar “falsos negativos” cuando la muestra no se extrae correctamente. También cuando se hace demasiado temprano o demasiado tarde en el transcurso de la infección. Esto justifica que a veces se vuelvan a hacer.
Paradójicamente, la extrema sensibilidad de estos tests también podría ser un inconveniente, con pacientes que dan positivo pero cuya carga viral es demasiado baja para contagiar a terceras personas. Sin embargo, todavía no se sabe con certeza si se puede tener un rastro pequeño de virus y no ser contagioso ni tampoco cuál sería el umbral por encima del cual se puede infectar a los demás.
En cuanto a los serológicos, el principal problema que plantean es que se ignora si los anticuerpos detectados protegen contra una reinfección y por cuánto tiempo. En cambio, son útiles para hacerse una idea de la proporción de personas infectadas. Estos dos tipos de pruebas tienen además un inconveniente en común: analizarlas toma su tiempo y a menudo se necesitan varios días para enviar los resultados a los pacientes.
¿Por qué los tests de antígeno?
Ante la saturación de los laboratorios, los poderes públicos buscan ampliar el abanico de tests, de manera a detectar más rápidamente a las personas potencialmente contagiadas ya sea por ejemplo en un aeropuerto o en una consulta médica.
Así, los tests rápidos de antígeno permiten detectar una infección en entre 15 y 30 minutos. Como los PCR, estos se realizan mediante una prueba en el fondo de la nariz pero en vez de detectar el genoma del SARS-CoV-2, buscan proteínas virales, un sistema más simple y más rápido que no requiere la intervención de un laboratorio.
Por ahora, el problema que plantean es que se requiere contar con personal cualificado, y además se consideran menos fiables que los PCR. Para las autoridades, la cuestión es determinar si su nivel de fiabilidad es aceptable habida cuenta de la necesidad de diagnosticar masivamente. Por otro lado, médicos y laboratorios piden una mejor selección de las personas que se someten a los tests, dando prioridad sobre todo a las más vulnerables y a las que presentan síntomas.
Hasta el 17 próximo de octubre se puede ver en la Alianza Francesa la muestra del fotógrafo Lanto’oy Unruh, un primer registro de las festividades de las comunidades enlhet y toba-enenlhet, todo un hito histórico para ellos. Esta iniciativa –impulsada por el artista, la chef Rosa López y Manolo Romero– representa no solo un testimonio visual, sino también un esfuerzo por preservar y revitalizar las tradiciones de un pueblo que enfrenta desafíos en la conservación de su herencia y clama por su visibilización.
Ella está envuelta en collares en una imagen conmovedora en la que se ve a la niña con el maquillaje ritual esperando que la ceremonia, que encabeza la abuela, le abra el paso a ser considerada una mujer.
Una vez cumplido el ritual, ocurre el Sevalaq o Savalak, dependiendo de la etnia chaqueña que la nombre, una danza que corona la celebración en la que hombres pintados, cubiertos por máscaras emplumadas, convocan lo mejor para ellos y los suyos.
Ya después se celebrará el Maaneng, la fiesta total del pueblo en la que todos bailan abrazados agradeciendo la vida.
Las imágenes recrean la fuerza de los movimientos que “construyen unidad y hacen a la conexión intergeneracional”, según relata el autor, que trabajó de muy cerca, logrando importantes primeros planos de gran expresividad.
Fueron producidas en enero de este año, cuando el fotógrafo Lanto’oy Unruh registró el Maaneng, de la comunidad toba maskoy de Casanillo, Presidente Hayes, organizó para celebrar una ceremonia de iniciación de mujeres, rito que se da cuando las menores cumplen 15 años.
Al verlas en gran tamaño, surgió la idea de montar “Maaneng: una festividad de saberes y sabores ancestrales”, muestra que está habilitada en la Alianza Francesa, sita en Mariscal Estigarribia 1039 de Asunción, hasta el 17 de octubre.
VISIBILIZACIÓN
Unruh, quien es también pintor, ilustrador digital y diseñador gráfico, entiende que esta primera muestra individual tiene la virtud de ayudar a su pueblo a “visibilizarse”.
Es que en Yalve Sanga, Boquerón, la comunidad en la que reside, actualmente luchan para que el Gobierno los asista con agua, porque los camiones de 20.000 litros que envían esporádicamente para atender la emergencia no alcanzan a llenar los más de 60 aljibes que tiene la comunidad, ubicada a 30 kilómetros de Loma Plata, a 429 de esta capital.
“Tomamos el agua de tajamares, pero se está acabando. Tenemos un agua muy mala, parece chocolate y los niños se enferman después y... ¿qué podemos hacer? Llegan las cisternas, pero ya enseguida terminan”, describe Lanto’oy. La situación es más que difícil hoy para las 2.100 personas que habitan Yalve Sanga y lo propio le pasa a la vecina Pozo Amarillo.
Cuentan que antes tenían cultivos, pero que las frecuentes temporadas de sequía le imposibilitan seguir desarrollando una agricultura de subsistencia. “Hay un poco de ganadería en la comunidad”, cuenta explicando que la mayoría trabaja en estancias de la zona para poder mantenerse, aunque en general las tareas son de temporada. “Le pedimos al Gobierno que esté para nosotros, por las necesidades que hay en nuestras comunidades, principalmente el agua, que es la vida”, insiste.
“Invito al público a valorizar la tradición de los pueblos indígenas. Eso es lo más importante para nosotros. Porque siempre hay discriminación y eso. Somos seres humanos, merecemos consideración y respeto de nuestros derechos”, reclama.
AGRADECIMIENTOS
Lanto’oy agradeció especialmente a Manolo Romero, del Colectivo Ennengko’o, escritor de la comunidad Pozo Amarillo, toba-enenlhet, y a la chef Rosa López, especializada en alimentos tradicionales que estudia en Francia y es gran promotora de los ingredientes chaqueños.
Romero recordó: “Nuestra cultura perdurará mientras mantengamos vivas nuestras tradiciones”, dijo el gestor cultural que estuvo a cargo de los permisos para que el registro se lleve a cabo y que la exposición sea una realidad.
Unruh insistió en que lo que lo motiva es “que mi pueblo enlhet y los toba-enenlhet sean verdaderamente reconocidos. Sueño con que esta exposición viaje a otros lugares, a museos, para que más personas puedan conocer nuestra historia, no solo como un evento único, sino como una parte constante de nuestra identidad cultural. Mi pueblo ha sido invisibilizado durante demasiado tiempo; es momento de mostrar al mundo la belleza, la fuerza y la dignidad de nuestros pueblos originarios. A través de estas imágenes, quiero que el mundo vea quiénes somos realmente: cultura viva, resistencia y belleza que trasciende el tiempo”, apuntó.
UNA COMUNIDAD MODELO
En Casanillo, donde Lanto’oy Unruh tomó las imágenes de la muestra, los integrantes del pueblo Toba Maskoy, también conocido como Enenlhet, trabajan en forma comunitaria y asociativa para el sustento de sus familias. En dicha comunidad, ubicada en el distrito de Teniente Irala Fernández, departamento de Presidente Hayes, a 390 kilómetros de Asunción, los indígenas entre todos crían vacas, que es una práctica histórica en el Chaco paraguayo.
Tienen escuela, unidad de salud familiar, caminos, corrales, alambradas, tractores y camiones comunitarios y un almacén de consumo. También se destacan por la organización de sus mujeres que ayudan en las iglesias, comisión de salud, de educación en los consejos comunitarios y en el trabajo social que se practica. Es fundamental la tarea de la radio comunitaria 90.3 FM, que transmite en su lengua, y poseen un campo deportivo para la recreación y la integración.
Gran parte de la historia está recopilada en el libro “Toba Maskoy, en busca de la liberación”, que fue el primero de narrativa del escritor indígena Luis Leiva, su autor, la primera en prosa presentada por un indígena en el país en marzo de 2021.
También se destacan por la organización de sus mujeres que ayudan en las iglesias, comisión de salud, de educación en los consejos comunitarios. Foto: Néstor Soto
“SE ESTÁ VALORANDO MÁS EL ARTE INDÍGENA”
Raíces Vivas es un colectivo de personas “que trabajamos en el rescate de los recursos culturales que tenemos en el país y gestamos esta exposición principalmente en torno a los saberes y los sabores ancestrales, porque también trabajamos con alimentación, ya que en estas fiestas se bebe chicha y se comen también alimentos tradicionales y aquí también están presentes productos elaborados con esos alimentos como, por ejemplo, ají del monte, también la harina de algarrobo, y otros frutos como el de la tuna, el mistol”, comentó Julia Pineda.
Los productos de Tucos Factory, una empresa que les compra a las comunidades indígenas sus producciones y elabora mermeladas de mistol y tunas, aparecen expuestos en la muestra que también reúne arte plumario y cestería de los pueblos Enlhet y los Toba-Enenlhet.
Pineda dijo estar agradecida “a los Fondos de Cultura 2024 por apoyar este proyecto y otros más que vienen en camino. Y que esperamos a todas las personas que vengan a conocer estas culturas, porque este es un primer registro de esta festividad desde la mirada local de quienes son parte de estas tradiciones”.
Hablando sobre el tema, Adeline Friesen Wiens, responsable de Tucos Factory, contó que se trata de “una empresa pequeña” que le permite “comprarle a las comunidades y hacer más visibles los productos para que puedan crecer las actividades en torno a las frutos del monte chaqueño”. “Trabajamos con mujeres indígenas urbanas de Filadelfia, que son las que elaboran las mermeladas, por ejemplo. También hacemos harinas de algarroba y procesamos el ají del monte. Si tenemos suerte este año estaremos elaborando entre 10.000 a 12.000 frascos de mermeladas”, contó. “Por el momento, la mayor venta es en Filadelfia, donde vendemos en pequeños locales desde 2020 y recién hace seis meses estamos en supermercados. Nos falta trabajar más en el marketing para que puedan conocer trabajos y productos que estamos elaborando y hacer saber que cada producto que vendemos mejora la calidad de vida de estas mujeres que integran un grupo con mucha vulnerabilidad”, apuntó en la oportunidad.
INTERCAMBIO
Para la chef Rosa López, especializada en alimentos tradicionales que estudia en Francia y es gran promotora de los ingredientes chaqueños, “explorando las culturas ancestrales de nuestro país comprenderemos lo profundo de nuestra herencia cultural. A través de este hito histórico, esperamos construir puentes entre culturas y fomentar un diálogo intercultural que enriquezca nuestra sociedad”, apuntó.
López, una de las organizadoras de la muestra, consideró luego que “en un mundo donde la globalización amenaza la diversidad cultural, esta exposición emerge como un faro de esperanza y un recordatorio de la riqueza que aportan las culturas indígenas. A través de imágenes cautivadoras, el proyecto busca honrar y visibilizar los saberes ancestrales de los pueblos Enlhet y Toba- Enenlhet, destacando la importancia de la transmisión intergeneracional del conocimiento, la danza Maaneng y la espiritualidad que impregna cada celebración”.
Últimos días para visitar la muestra de Marcello Mastroianni
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El pasado 28 de setiembre se cumplió el centenario del nacimiento del actor Marcello Mastroianni, ícono del séptimo arte italiano, que falleció el 19 de diciembre de 1996, a los 72 años. Para homenajear su memoria, la Embajada de Italia presenta una muestra de fotografías y audiovisuales que podrá visitarse hasta este viernes 11 de octubre en la Manzana de la Rivera (Ayolas 129).
“Ciao Marcello” se denomina la exposición habilitada en el Espacio Miguel Acevedo del citado centro cultural de Asunción, con horario de visita de 8:30 a 20:00, con acceso libre y gratuito. Con curaduría de Néstor Saied y Adriano Bruzzese, está organizada por la Associazione Culturale Enecedete (Italia) y el Centro Studi e Ricerca Marcello Mastroianni (Italia) con el patrocinio del Ministerio de Turismo italiano, ENIT Ente Nazionale del Turismo y la Regione Lazio (Italia).
Marcello Mastroiani, el actor italiano más famoso desde Rodolfo Valentino y uno de los más premiados en el mundo llega al país a través de una muestra de fotografías, afiches y material audiovisual de 26 películas que ilustran su prodigiosa carrera. La Embajada de Italia en Paraguay presenta esta exposición para promover el conocimiento del séptimo arte italiano y de sus emblemáticos exponentes.
Marcello Mastroianni fue uno de los más grandes intérpretes italianos del siglo XX, así como uno de los más apreciados en el extranjero a partir de los años 60, especialmente por sus papeles protagónicos en las películas de Federico Fellini (“La dolce vita”, “8 ½” y “Roma”, entre otras) y por las cintas que protagonizó junto a Sofía Loren (“Una jornada particular”, “Ayer, hoy y mañana”; “Matrimonio a la italiana” y “Los girasoles”, entre otras).
Fue nominado tres veces al Oscar a Mejor Actor por “Divorcio a la italiana” (1961), “Un día particular” (1977) y “Oci ciornie” (1987). Ha ganado numerosos premios: dos Globos de Oro, dos Premios BAFTA, ocho David di Donatello. Al igual que Jack Lemmon y Dean Stockwell, obtuvo el Premio de interpretación masculina en el Festival de Cannes en dos ocasiones: en 1970, por “Drama de celos”; y en 1987, por “Oci ciornie”.
Diego Schäfer: “Aprendí a respetar todos los colores del ser humano”
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Por Jimmi Peralta
Fotos Roberto Zarza / Gentileza
Tras abordar diversas técnicas y temáticas dentro de las artes visuales a lo largo de sus cuatro décadas de trayectoria, Diego Schäfer habilitó recientemente la muestra “Piel de grafito”, que fue inaugurada en la sede de la Embajada de Uruguay en Asunción y que permanece abierta en su galería privada Private Space of Art (José de la Cruz Ayala 6192). Se trata de una búsqueda conceptual que aborda a profundidad su expertiz en el dibujo y su sensibilidad expresada en cada uno de los trazos que, conjugados, expresan los rostros de afrodescendientes.
Schäfer, nacido en Uruguay, viene desarrollando su trabajo como arquitecto y como artista desde hace más de cuarenta años en el Paraguay. Su historia personal dentro de su país de origen despertó en él la necesidad de esta mirada reivindicativa de la comunidad afrodescendiente de la región.
En este diálogo con La Nación/Nación Media, Schäfer habla sobre su trabajo actual, su formación y su relación con el ámbito de las artes visuales en nuestro país.
–¿Podrías comentarnos un poco sobre tu historia personal como migrante?
–Nuestra familia llegó en el año 78. Con 11 años me trajeron al Paraguay y me costó un poco adaptarme al idioma, a la manera, pero realmente me encantó la energía que tenía el Paraguay, la energía de su gente, eso me cautivó. Mi madre es paraguaya y mi padre uruguayo. Yo nací en Paysandú, Uruguay, así que tenemos esa línea con Paraguay. Eso es lo que nos une. Mi experiencia acá como migrante es que al haber venido a esa edad siempre quedó el corazón en Uruguay y ese extrañar, porque fue el tiempo de mi infancia. Entonces hasta ahora hay un latir del corazón celeste, pero de igual manera ya eché raíces acá en Paraguay, porque tengo familia, hijas, nieta. Así que me aggiorné desde el lado materno que es paraguayo, que fue la lengua y la crianza que tuve de mi madre.
–¿Tuviste un contexto familiar cercano al arte?
–Con respecto al arte en nuestra familia, tengo un tío barítono, Arnaldo Paoli, que cantó por todo el mundo en 22 idiomas y realmente una eminencia que hay que rescatarlo también. Luego está mi prima hermana que también es artista, Cristina Paoli. Así que estamos todos vinculados al arte.
–¿Cómo llegaste al dibujo?
–Yo desde muy chiquito admiré el dibujo de mi hermano. Él dibujaba muy bien y me animé a hacer lo que él hacía. Empecé a notar que me empezaba a salir muy parecido a lo que él hacía y ahí arrancó esa pasión por el dibujo desde muy chiquito. Estimo yo que habrá sido cuando tenía entre 4 y 5 años. Me formé aquí. Ni bien llegar a Paraguay ya estuve en contacto con mi prima Emma, que por ese entonces era dueña de lo que se llamaba Estudio Superior de Artes Plásticas y Aplicadas. Me vieron a mí que estaba trabajando con algo en el piso del negocio de mi papá y apareció el esposo de mi prima y le dijo “¿por qué no lo llevás a que estudie dibujo en el instituto? Porque él tiene talento”.
Schäfer celebró recientemente su exposición de dibujos que fue inaugurada en la sede de la Embajada de Uruguay
FORMACIÓN
–¿Y cómo iniciaste tu formación?
–A los 11 años iba solito en bus a las clases. Durante cuatro años estudié dibujo y pintura. Primero estudié algo de dibujo arquitectónico a los 11 años y a los 15 me recibí de profesor de dibujo y pintura. Posteriormente, a los 23 años me recibo de arquitecto en la Universidad Nacional de Asunción y hasta ahora sigo con el dibujo. En época de estudiante recuerdo que trabajaba, como no existían todavía los trabajos por computadora, realizando los proyectos en acuarela para los grandes arquitectos y era una manera de sostener mi universidad. Llegué a trabajar con Jenaro Pindú durante dos años y con grandes estudios de arquitectura.
–¿Cuándo dibujar pasó de ser un juego para vos a ser una forma de proponer estéticamente algo?
–En algún momento cuando yo estaba en el colegio participé de un concurso de arte en el que presenté tres cuadros que eran dibujados y pintados con colores. Gané el primer premio. Era un concurso nacional de arte en el que se presentó muchísima gente y eso me entusiasmó al ver mi talento con ojos más profundos.
–¿Cómo se dio tu desarrollo en cuanto a las técnicas, temas y formatos a lo largo de tu carrera como artista plástico?
–Arranqué con mi primera muestra individual que se llamó dibujos con color y a partir de ahí empiezo a explorar otras técnicas. La verdad que me gusta eso de explorar las técnicas, manejo la acuarela. Participé por Paraguay en la exposición de Fabriano, en Italia. Trabajo también con carboncillo, hago técnicas mixtas, actualmente estoy pintando también con acrílico. Hice pintura al óleo. Luego investigué sobre formatos ovales. O sea, llegué a hacer una exposición pintando huevos de avestruz y también pasé por el dibujo digital. Así que me apasiona esto de hablar con diferentes lenguajes y transmitir el arte a través de las diferentes técnicas.
“Piel de grafito”, una mirada reivindicativa de la comunidad afrodescendiente de la región
–¿Cuál es tu relación con el arte local?
–Yo abrí un espacio privado de arte que se llama Private Space of Art, donde exhibo mis obras. Por otro lado, el año pasado organicé una exposición con los mejores referentes del dibujo aquí en Paraguay, los mayores dibujantes y también referentes de la arquitectura e hice una exposición con ellos en Roma, Florencia y Nápoles.
–¿Por qué el grafito como técnica para esta muestra?
–Porque es la técnica que más se acerca a la representación gráfica de lo que es un afrodescendiente. Por eso se llama piel de grafito la muestra. La verdad que yo no siento esa distancia entre un afrodescendiente y nosotros para nada. Yo viví en Uruguay un vínculo fraterno y aprendí a respetar todos los colores del ser humano. Así que para mí es más bien un homenaje a lo que ellos aportaron a la cultura y me atrevo a decir que la nobleza que caracteriza al pueblo uruguayo es uno de los aportes de la cultura afrodescendiente.
“Piel de grafito”, una mirada reivindicativa de la comunidad afrodescendiente de la región
UN HOMENAJE A LA CULTURA AFRODESCENDIENTE
–¿Cómo surge esta muestra a partir del tema o a partir de los primeros dibujos hechos?
–Esta exposición ya vino hace rato, hace dos años, cosquilleándome. Durante la pandemia empecé a dibujar mucho porque ahí sobraba el tiempo para poder hacer cosas. Entonces decidí mejorar mi técnica del dibujo y salieron cosas muy interesantes. De ahí me surge el interés de poder hacer una muestra con el grafito y su relación con el color de la tez de los afrodescendientes y dije “esta puede ser una muestra buenísima donde se le rinda homenaje a través de esta técnica específicamente a nuestros afrodescendientes”, ya sean los uruguayos como también los paraguayos. Durante un año estuvimos preparando esta muestra con la Embajada de Uruguay y hoy culmina con un gran éxito de nueve obras, muy bien trabajadas, hechas al grafito.
–¿Podrías hablarnos sobre la sensibilidad o idea que te inspira esta propuesta de reivindicación de la cultura y la comunidad afrodescendiente?
–Yo creo que la reivindicación ya queda por parte de la misma sociedad. Nosotros los artistas lo que hacemos es tocar esa sensibilidad para los que estén vinculados al tema. Y ya queda en manos de la sociedad poder tomar conciencia de eso, pero sobre todo quiero manifestar mi interés en rendirles homenaje por el aporte que han hecho a nuestras culturas, sobre todo a la cultura del Uruguay, donde hoy en día los carnavales son nuestra visibilidad y donde se manifiesta con mayor fuerza el candombe, que hoy en día también es reconocido a nivel mundial como patrimonio de la humanidad.
Un poco también nace mi sentir, porque cuando era chico en Uruguay asistía a los carnavales y es ahí donde yo tomé ese vínculo profundo con la cultura afro, al escuchar ese ritmo tan emocionante, que realmente cala hondo y solamente el uruguayo puede disfrutar de un ritmo sabroso como es el candombe. Tal es así que aprendí a tocar los tambores uruguayos, que son tres. Mandé a traer tres tambores para tocar el candombe y hoy en día tengo esos tres tambores y cada una tiene una manera específica de tocar.
Este homenaje a los afrodescendientes se compone de nueve obras, muy bien trabajadas, hechas al grafito
“Olimpo y otras historias” es una exposición de obras recientes y antológicas de la artista Nélida Mendoza, con curaduría de Fernando Moure, que seguirá abierta hasta el 17 de setiembre, en K / Espacio de Arte y Naturaleza (Santa Rosa 586 casi avenida España, Asunción), y que forma parte del evento artístico Pinta Sud Asunción.
El proyecto reúne una selección de trabajos producto de una residencia de investigación en el Chaco junto a otros de carácter retrospectivo, concentrando una diversidad de temas, formatos, tonos y registros. La muestra artística podrá visitarse de martes a sábados, en horario de 16:00 20:00.
Situando la obra de la artista entre la descripción y la ficción, la muestra rima identidad, paisaje y memoria desde registros híbridos. Se conjugan paradigmas sociales, históricos y biográficos a través de objetos, pinturas, imágenes de vídeo y sonido resultado de una interpretación y diálogo de Mendoza junto a artistas como Alessandro Aiello del colectivo Canecapovolto de Italia, y de Veintitrés Equis (Juan Franco Maida) de Paraguay.
Artista plástica asentada en Sicilia, Italia, desarrolla su actividad artística tanto en América Latina como en Europa. Luego de formarse en la Academia de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón de Buenos Aires, se especializa en Escultura en la Academia de Bellas Artes de Carrara, Italia.
Su carrera artística incluye exposiciones individuales y colectivas en Argentina, Italia, Bélgica, Estados Unidos, Francia y Paraguay. Los formatos plurales con que se expresa abarcan el dibujo, la pintura, la escultura, el video-arte y el sonido. Sus obras forman parte de colecciones públicas y privadas. Nélida es actualmente docente de la cátedra de Escultura en la Academia de Bellas Artes de Catania, Italia.
Nélida Mendoza representó Paraguay en la Bienal de Venecia mediante los envíos del Instituto Italiano Latinoamericano (IILA) en las ediciones de 1991, 1993 y 1995. En el 2016 obtiene el Premio para las Artes Visuales del Mercosur. Sitio web: https://www.nelidamendoza.com.