Las mascarillas filtrantes destinadas al personal sanitario se adaptan menos al rostro de las mujeres y de los asiáticos, cosa que puede exponerlos a un mayor riesgo de infección del COVID-19, según un estudio publicado el miércoles pasado.
“Las mascarillas filtrantes solo pueden proteger correctamente si se adaptan bien a la forma de la cara del individuo, de manera que se ajusten herméticamente e impidan pasar aire no filtrado”, subraya la autora principal del estudio, la doctora Britta Von Ungern-Sternberg, de la Universidad Western Australia.
Lea más: Prueban suero equino en pacientes COVID-19 de 18 centros de salud argentinos
Según este trabajo, una buena adaptación al rostro del portador es más importante que la capacidad de filtración en términos de protección.
Publicado en la revista médica Anaesthesia, este estudio analiza los diferentes trabajos realizados en varios países antes incluso de que estallara la pandemia, para evaluar las mascarillas empleadas por el personal sanitario, como las FFP2 o las N95.
Estos concluyeron que estas protecciones se adaptaban correctamente al 95% de los hombres y al 85% de las mujeres. Se ajustaban además al 90% de las personas de origen caucásico, frente al 84% de las de origen asiático.
Lea más: El Pantanal, un tesoro natural amenazado
La proporción es significativamente baja para las mujeres asiáticas, con un promedio de 60%. Sin embargo, las mujeres representan dos tercios del total del personal sanitario en muchos países, de acuerdo con estimaciones oficiales.
Según los autores del estudio, las mascarillas deberían ser probadas de forma sistemática entre el personal sanitario, cosa que no fue posible durante los peores meses de la epidemia de COVID-19, debido a la falta de tiempo y de material.
Fuente: AFP.