Un estudio publicado el jueves pasado por las autoridades sanitarias de Estados Unidos señala el probable papel de los restaurantes y bares en la pandemia de COVID-19. Desde hace mucho tiempo se sospecha del contagio en estos establecimientos donde el uso de mascarillas es bajo o incluso inexistente por el consumo de bebidas y alimentos, por lo que los espacios interiores de muchos de ellos permanecen cerrados en muchos estados.

Pero pocos estudios han buscado con rigor establecer la jerarquía de los lugares públicos de mayor riesgo. El rastreo de contactos en algunos estados de Estados Unidos reveló este verano que los bares y restaurantes eran fuente de muchos de los contagios. El nuevo estudio no es perfecto y no puede confirmar dónde se infectaron efectivamente las personas, pero apunta en la misma dirección.

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Expertos de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) pidieron responder un cuestionario a cerca de 300 personas que acudieron en julio a 11 hospitales, de las cuales la mitad habían dado positivo y la otra mitad negativo.

Entre las preguntas estaban: ¿Fue de compras en los 14 días previos a los síntomas? ¿Tomó transporte público? ¿Fue a una casa con más o menos de 10 personas? ¿O a la oficina, al gimnasio, a la iglesia, a la peluquería, a un bar, a un restaurante...?

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Constataron que los participantes negativos y positivos reportaron usar mascarilla en proporciones similares y no difirieron en su comportamiento para todos estos lugares excepto dos: bares y restaurantes. Los casos positivos duplicaban el número de veces que habían acudido a un restaurante respecto de los casos negativos en las dos semanas anteriores a los primeros síntomas.

Lo mismo ocurrió con los bares en una subcategoría, la de casos positivos sin contacto conocido con casos de COVID-19. El análisis tendrá que ser confirmado por otros, en particular porque no distingue entre espacios interiores y exteriores.

Pero aboga por llevar una mascarilla para evitar la contaminación por gotículas, ya sean relativamente grandes (de tos o estornudos) o microscópicas, cuando está cada vez más documentada la pista de la transmisión del virus por aerosoles.

Fuente: AFP.

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