Autoridades reimpusieron restricciones en varios países para contener el coronavirus, cuando la cifra oficial de muertos por la pandemia superó las 650.000 en el mundo. En Estados Unidos, el país más afectado, comenzó ensayos clínicos a gran escala para una vacuna.
En Washington DC, donde la Casa Blanca anunció que otro alto asesor del presidente Donald Trump se ha contagiado, la alcaldesa Muriel Bowser dispuso que las personas que visiten el distrito federal provenientes de 27 estados del país con alta prevalencia de COVID-19 tendrán que aislarse durante dos semanas, una señal descorazonadora para el turismo interno.
España, que esperaba salvar su temporada estival promocionándose como un destino seguro, recibió un baldazo de agua fría con la decisión del Reino Unido de reintroducir la cuarentena para los viajeros que regresen de ese país ante el aumento de casos allí.
Alemania dijo que hará que las pruebas de coronavirus sean obligatorias para los viajeros que regresan de áreas de riesgo.
Bélgica, que registra la mayor tasa de mortalidad del mundo y la semana pasada tuvo un 70% de aumento de los casos, anunció que a partir del miércoles la población podrá ver a cinco personas como máximo fuera de su círculo familiar, reduciendo la "burbuja social" permitida de 15.
Y Francia ordenó toques de queda nocturnos para las playas de Quiberon, en la costa atlántica, tras el foco surgido en ese balneario.
China, donde el nuevo coronavirus se reportó por primera vez a fines del año pasado, informó su mayor número de casos en tres meses, mientras en Hong Kong, sacudido por una ola de infecciones, se decretó el uso obligatorio de mascarillas en público.
Irán, el país más afectado de Medio Oriente, advirtió contra la realización de bodas y funerales, dado que el brote de coronavirus no parece ceder.
En Latinoamérica, la región con mayor cantidad de contagios, una multitud enardecida incendió el edificio municipal de un poblado indígena en el oeste de Guatemala en reacción a un anuncio sobre medidas para contener la pandemia.
OMS contra el cierre de fronteras
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Las restricciones de movimiento siguen siendo una parte importante de la estrategia de muchos países para combatir el nuevo coronavirus, pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo que es inviable mantener las fronteras cerradas.
"Las economías deben reabrir, la gente debe trabajar, el comercio debe reanudarse", dijo Michael Ryan, director de emergencias de la OMS, aunque admitió que cada Estado debe tener en cuenta los riesgos que enfrenta.
Maria Van Kerkhove, epidemióloga de la OMS, dijo que más que medidas drásticas la gente debe adaptarse a una "nueva normalidad" de distanciamiento físico de los demás y tapabocas.
El virus ha matado a un total de 652 .048 personas e infectado a 16,4 millones, según un recuento de AFP compilado de fuentes oficiales. Estados Unidos es el país con el mayor número de víctimas mortales (más de 147.500), seguido de Brasil (87.004), Reino Unido (45.752), México (43.680) e Italia (35.112).
“Genio científico estadounidense”
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insistió en que la solución contra la pandemia radica en el rápido descubrimiento de una vacuna y nuevos tratamientos contra el virus, que ahora contagió a un cercano asesor suyo, el consejero de Seguridad Nacional, Robert O’Brien.
Lejos de paralizar la economía antes de las presidenciales del 3 de noviembre, en las que busca la reelección, Trump quiere resolver la crisis sanitaria gracias al "genio científico estadounidense".
Washington ha destinado 6.300 millones de dólares desde marzo para financiar proyectos de vacunas, en grandes laboratorios como Johnson & Johnson, Pfizer y AstraZeneca, y en dos pequeñas empresas de biotecnología, Novavax y Moderna.
Fundada en el 2010, Moderna comenzó el lunes la última fase de ensayos de su vacuna en Estados Unidos, una de las cuatro compañías en el mundo que ha alcanzado esta etapa.
Bolsonaro acusado ante la CPI
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Y mientras Brasil sigue siendo el país latinoamericano más azotado por el COVID-19, trabajadores sanitarios de ese país instaron a la Corte Penal Internacional en La Haya a investigar el gobierno del presidente Jair Bolsonaro por crímenes contra la humanidad por su manejo de la pandemia.
El caso fue presentado por una coalición de sindicatos, que asegura representar a más de un millón de trabajadores de la salud brasileños y acusa a la administración de Bolsonaro de ser "criminalmente negligente".
El líder de extrema derecha, que comparó el virus con una "gripecita" y atacó las medidas de quedarse en casa impuestas por las autoridades locales para contenerlo, dio positivo el 7 de julio, pero el sábado dijo haberlo superado.
Este lunes en Bolivia, la presidenta transitoria de Bolivia, Jeanine Áñez, anunció que recibió el alta médica de un cuadro asintomático de coronavirus, por lo que vuelve “al trabajo normal”.
Fuente: AFP