Un grupo de 239 científicos internacionales urgieron el lunes 6 de julio pasado a las autoridades, incluyendo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), a que reconozcan que el coronavirus puede transmitirse por vía aérea e instaron a que se revisen las directivas sanitarias.
Según una nota en la publicación académica de Enfermedades Infecciosas Clínicas de Oxford, los investigadores señalaron que los estudios han mostrado que “más allá de cualquier duda razonable” los virus pueden viajar una decena de metros por vía aérea y que algunos eventos han demostrado que esta afirmación se cumple en el caso del SARS-CoV-2 que provoca el COVID-19.
Hasta ahora, la OMS como las autoridades nacionales estiman que la principal vía de transmisión del COVID-19 son las gotas de saliva proyectadas por la tos, los estornudos o por el habla. También mencionan a las gotas que permanecen en superficies durante horas o incluso días.
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“El lavado de manos y el distanciamiento social son apropiados, pero según nuestro punto de vista, son insuficientes para dar protección frente a microgotas cargadas con virus que son liberadas al ambiente por personas infectadas”, escribieron los expertos en el estudio liderado por Lidia Morawska, de la Universidad Tecnológica de Queensland.
Entre las principales recomendaciones de los académicos está establecer una mayor ventilación para espacios cerrados, la instalación de filtros de aire más eficientes y lámparas ultravioletas y evitar las aglomeraciones en edificios y transportes públicos.
Cuando una persona infectada tose o estornuda, las gotas que son expulsadas de su garganta tienen varios tamaños. Aquellas que miden entre cinco y diez micrómetros caen al suelo rápidamente a una distancia de entre uno y dos metros, mientras que las microgotas de un diámetro menor pueden quedar suspendidas en el aire como aerosoles y viajar más lejos.
Un intenso debate
En la comunidad científica hay un intenso debate sobre el comportamiento de estas microgotas en el contexto de la pandemia del COVID-19, pero por el momento la OMS estima que estas partículas se producen en circunstancias específicas, como la intubación intrahospitalaria.
Otros estudios, en cambio, han mostrado que esta transmisión por las microgotas no está restringida a los hospitales. Según una investigación sobre un episodio ocurrido en un restaurante chino en enero, donde varios asistentes se contagiaron de coronavirus, los sistemas de aire acondicionado pueden extender el virus.
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Los académicos reconocieron que las evidencias sobre las microgotas “ciertamente son incompletas”, pero afirmaron que las demostraciones sobre gotas de tamaño normal y la transmisión mediante las superficies también y aún así están mencionadas en las guías sanitarias.
“Siguiendo el principio de precaución, tenemos que abordar todas las vías potencialmente importantes para frenar la transmisión del COVID-19”, escribieron.
Este trabajo se publica en un momento en que varios países están relajando el confinamiento, los trabajadores vuelven a ocupar sus puestos y los estudiantes retornan a los centros educacionales y a las universidades.
Fuente: AFP.