La Habana, Cuba | AFP |
por Carlos BATISTA
La Iglesia católica rechazó de plano el matrimonio entre personas del mismo sexo, que puede ser legalizado por la nueva Constitución en Cuba, y llamó a buscar "otros medios legales" para amparar esa unión.
El arzobispo de Santiago de Cuba, Dionisio García, afirmó que el matrimonio homosexual, incluido en el proyecto constitucional que discuten los cubanos, es antinatural y forma parte del "colonialismo ideológico" que imponen países ricos.
"Ignorar lo que por naturaleza nos ha sido dado o ir en contra de las leyes y procesos inscritos, incluso genéticamente, en nuestro ser trae siempre consecuencias lamentables ya sea de inmediato o con el correr de los años", afirmó el prelado.
En una carta publicada en el sitio digital de la Conferencia Episcopal, aseguró que, si se trata de "hacer justicia" a las parejas homosexuales y no desprotegerlas legalmente, se deben buscar los medios legales que protejan a quienes se encuentren en esos casos".
"Esto no debe tomarse como argumento para cambiar la definición de una institución de orden natural como es el matrimonio", subrayó.
Su planteamiento sintoniza con el realizado en junio pasado por cinco Iglesias y denominaciones evangélicas que mostraron su desacuerdo en una declaración pública. "El matrimonio es exclusivamente la unión de un hombre y una mujer", señalaron.
“Colonialismo ideológico”
El proyecto de una nueva Carta Magna que sustituiría a la de 1976 fue aprobado por el Parlamento en julio, y ahora es sometido a las opiniones de la población en reuniones en centros laborales, estudiantiles y barrios.
A este proceso de discusión que se extenderá hasta noviembre están convocados 8,5 millones de residentes mayores de 16 años, y 1,4 millones de emigrados.
El resultado de esa consulta regresaría al Parlamento en diciembre y se tendrá que aprobar en un referendo nacional el 24 de febrero del próximo año.
García, uno de los principales anfitriones de los papas Benedicto XVI (2012) y Francisco (2015) en sus visitas a la isla, aseguró que "esas ideas" son ajenas a la cultura cubana, y que provienen del "imperialismo cultural" de países con grupos poderosos.
Esas naciones "se valen del creciente proceso de globalización y tratan de influir para crear una cultura uniforme que acepte y adopte sus criterios descalificando a los de los otros".
"Han penetrado los organismos internacionales, de tal manera, que muchos de éstos (grupos) y gobiernos de países ricos influyen en países menos desarrollados necesitados de ayudas económicas", considera García.
Asegura que luego los grupos de poder condicionan esa ayuda a la aceptación de sus ideas. "Es un nuevo colonialismo ideológico", concluyó.
El proyecto constitucional reconoce el papel del mercado y la actividad privada en la economía socialista, aunque bajo la tutela del gobernante Partido Comunista (PCC, único), temas en los que el arzobispo no se detiene, pues "ya han sido iluminados en otros documentos de la Iglesia".
El punto de mayor discordia
Durante las primeras décadas posteriores al triunfo de la revolución cubana en 1959, los homosexuales fueron hostilizados y marginados.
Tras un arduo trabajo de inclusión impulsado por Mariela Castro, hija del expresidente Raúl Castro, la isla socialista busca reconocer en la nueva Constitución la no discriminación por género y el matrimonio entre "dos personas", modificando el concepto de "entre hombre y mujer".
El cambio preocupa a "creyentes y no creyentes", afirmó García. Dos semanas después de comenzadas las reuniones ciudadanas para debatir el texto, los reportes de prensa oficial señalan al matrimonio homosexual como uno de los temas de mayor discordia.
Pero la proyección eclesial no parece apuntar a un rechazo popular en el referendo, sino a que el tema no sobreviva en el texto final, que será sometido a votación.
El presidente de la Conferencia Episcopal, Emilio Aranguren, obispo de Holguín, llamó la pasada semana a una participación "serena, libre y voluntaria" en los debates.
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