Washington. Estados Unidos. AFP.

El cohete de la compa­ñía estadounidense Blue Origin efec­tuó esta semana en Texas su décimo vuelo de prueba con éxito, alcanzando una altitud aproximada de 107 km, más allá de las fronteras del espa­cio. El cohete New Shepard es relativamente pequeño, con un primer piso de 18 metros de alto, en la cumbre del cual se encuentra una cápsula donde un día seis pasajeros-astro­nautas podrán viajar durante 11 minutos por encima de los límites del espacio, fijados por una convención internacional a 100 km.

Pero antes de poner en mar­cha esos viajes turísticos, deberán llevarse a cabo varios vuelos de prueba con huma­nos a bordo. El miércoles pasado la cápsula solo conte­nía experimentos científicos apadrinados por la NASA, que pudieron aprovechar entre 3 y 4 minutos de microgravedad.

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El primer piso de New She­pard y la cápsula han sido con­cebidos para ser reutilizados en varios vuelos. La primera pieza regresó automática­mente a la pista de despegue siete minutos después de su salida, y la cápsula, que se separó de dicho componente a 75 km para entrar sola en el espacio, regresó a la Tierra amortiguando su caída con tres paracaídas.

“¡Un día increíble!”, se congra­tuló comentando la misión en directo Ariane Cornell, direc­tora comercial de Blue Origin, la empresa espacial del jefe de Amazon Jeff Bezos. La altura máxima exacta alcanzada será confirmada por Blue Ori­gin a partir de la lectura de sus instrumentos a bordo. El próximo reto de la compañía es probar el cohete con huma­nos en su interior. Blue Origin mostró imágenes de la futura cápsula que acogerá a pasa­jeros, con seis grandes ven­tanales. Son “las ventanillas más grandes de la historia del espacio”, señaló Cornell.

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