La Paz, Bolivia. AFP.
El gobierno boliviano definió la construcción de un museo subacuático en el lago Titicaca a un costo de 10 millones de dólares, tras hallar en el fondo de sus aguas miles de piezas precoloniales, informó este martes el Ministerio de Cultura.
“Será un complejo turístico y centro de investigaciones de arqueología, geología y biología, características que lo tipificarán como único en el mundo”, afirmó la ministra de Cultura, Wilma Alanoca, tras divulgar el diseño final de la construcción, elaborado por la Cooperación Belga.
Alanoca anunció que se iniciarán las gestiones correspondientes con el Tesoro General de Bolivia para financiar la obra que “asciende a 10 millones de dólares”. Con anterioridad se informó que la Unesco y Bélgica aportarán unos dos millones de dólares.
El museo se construirá cerca del poblado de San Pedro de Tiquina, a poco más de 100 kilómetros al este de La Paz.
DIFERENTES CULTURAS
En uno de los últimos hallazgos, el año pasado, se encontraron más de 10.000 piezas arqueológicas como artefactos hechos con hueso, cerámica, metal, osamentas humanas y de animales y utensilios de cocina, correspondientes a culturas pretiwanakotas, tiwanakotas e incaicas.
Alrededor del Titicaca, de una superficie de 8.562 kilómetros cuadrados, a unos 3.800 metros sobre el nivel del mar y que comparten Bolivia y Perú, florecieron varias culturas.
Dejanos tu comentario
Bolivia enfrenta una grave sequía
Las autoridades de Bolivia han alertado de que el país se enfrenta a una grave sequía tras registrar el invierno más caluroso de la historia, con temperaturas que ascienden hasta los 40ºC, y que dejan a la población al borde de la desnutrición aguda crónica y la deshidratación.
El director nacional de epidemiología del Ministerio de Sanidad de Bolivia, Freddy Armijo, ha alertado de que los más vulnerables son los niños y las personas de edad avanzada y ha precisado que la falta de agua potable obliga a buscar “cualquier tipo de líquido, lo que deriva en enfermedades estomacales”.
“Incluso el agua de los pozos puede tener contaminación y es un riesgo para la salud”, ha señalado antes de recordar que el país es enfrenta a una dura sequía por segundo año consecutivo. En este sentido, ha lamentado que la falta de acceso al agua potable repercute “negativamente en los hábitos básicos de higiene, como el lavado de manos, fundamental para prevenir diarreas y otras enfermedades contagiosas”.
Lea más: Hidroeléctrica brasileña deja de operar por la falta de agua
“No se lavan debidamente las manos y tampoco los alimentos antes de ingerirlos porque no hay agua”, ha aseverado, según informaciones del diario ‘Los Tiempos’. El experto en epidemiología Yercin Mamani ha dicho que han identificado problemas a corto plazo, como el aumento de enfermedades contagiosas y desnutrición aguda, entre otros.
A medio y largo plazo, por otra parte, se han producido brotes epidémicos de enfermedades transmitidas por vectores, desnutrición crónica y enfermedades degenerativas, tal y como ha explicado. “También hay afección a la salud mental debido al estrés que genera en la población la falta de alimentos asociada a las sequías de larga duración”, ha precisado al referirse a una situación que afecta a siete de cada nueve departamentos del país latinoamericano.
Para la coordinadora de la estrategia de cambio climático del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Bolivia, Fabiola Ríos, uno de los principales impactos sobre los niños es la desnutrición dado que en los momentos de sequía “no hay acceso al agua segura y, además, las familias pierden su producción”. “Pierden sus medios de vida y las capacidades de una seguridad alimentaria en las diferentes etapas de los niños”, ha aseverado.
Las regiones de Potosí y Oruro son las más afectadas por el momento, mientras que otros departamentos, como Chuquisaca y Cochabamba, han declarado la emergencia por los efectos de la sequía. Uno de los municipios más afectados es, precisamente, el de Potosí, donde se ha procedido a racionar el agua y la distribución de la misma en camiones cisternas de acuerdo con un programa establecido.
Lea también: Plaga de chinches asedia París
La disminución del caudal de las presas de Potosí obligó a la Administración Autónoma para Obras Sanitarias (Aapos) a racionar el agua, por lo que los vecinos improvisan recipientes para acumular el líquido, no siempre en las mejores condiciones.
Este racionamiento ha afectado a la salud de los habitantes de la zona, especialmente a los menores, tal y como señala el jefe de la Unidad de Epidemiología del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Potosí, Huáscar Alarcón, que ha detectado un incremento de las infecciones gastrointestinales en niños menores de nueve años, fundamentalmente.
“Vamos a tener problemas en las unidades educativas porque el calor y la escasez de agua están acelerando la proliferación de muchas bacterias, parásitos y virus y, por ende, hay más casos de diarrea”, ha explicado. La situación es similar en Chuquisaca, donde el Sedes ha advertido del riesgo de contraer enfermedades diarreicas mientras continúa la sequía en el país. Un total de 24 de 29 municipios del departamento registran escasez de agua para el consumo humano y animal.
Medidas urgentes
La ONG Save the Children ha pedido este mismo jueves que se introduzcan “medidas urgentes” por parte de la comunidad internacional y ha hecho un llamamiento a los líderes mundiales, especialmente a los de países de “renta alta”, los “históricamente responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero que alimenta la crisis climática”.
Así, ha instado en un comunicado a que se tomen medidas “inmediatas” que incluyan una “mayor financiación de las pérdidas y daños provocados”. “La comunidad internacional también debe situar a la infancia en el centro de sus esfuerzos, así como reconocer a los niños y niñas como agentes clave del cambio para abordar la crisis climática y trabajar para limitar urgentemente el aumento de las temperaturas a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales”, ha sostenido.
Además, ha pedido más financiación para ayudar a las comunidades locales a prepararse para los “peores impactos del fenómeno El Niño con el fin de proteger mejor la vida de las personas afectadas, especialmente de los más pequeños”.
La organización ha recalcado que la Bolivia se enfrenta a una “gran emergencia” por la sequía y ha destacado que más de 200.000 familias son “particularmente vulnerables a su impacto”. Más de 71 municipios --el 20 por ciento del país-- han sido declarados oficialmente en situación de desastre.
La falta de agua ha provocado un aumento de las enfermedades en los niños y las niñas, que beben agua estancada y contraen enfermedades transmitidas por su consumo. Asimismo, muchos otros están viendo interrumpida su educación debido a que las temperaturas inusualmente altas obligan a algunas escuelas a cambiar sus horarios de apertura para evitar el calor del mediodía, según ha denunciado la ONG.
El pasado lunes Bolivia registró la temperatura más alta de su historia para el mes de septiembre, con 40,3°C. Se espera que esta semana las temperaturas alcancen los 45°C en algunas zonas del país. De cara al mes de diciembre existe una “alta probabilidad” de que el nivel del agua del lago Titicaca se encuentre 64 centímetros por debajo del nivel mínimo de alerta.
La sequía también está secando las fuentes de agua potable para el ganado y destruyendo los cultivos, por lo que afecta a la producción agrícola de más de 10.200 hectáreas de tierras cultivables y pone en peligro la vida de más de 130.000 cabezas de ganado, según datos del Ministerio de Defensa de Bolivia.
Las familias que viven en el Altiplano andino y las comunidades indígenas de la zonas se están viendo especialmente afectadas, ya que el caudal de agua que llega desde la región de Potosí se ha reducido en un tercio. Save the Children ha lamentado que las familias que dependen del entorno natural para sus ingresos han visto como sus medios de vida “se secaban literalmente a su alrededor”.
Fuente: Europa Press.
Dejanos tu comentario
Aguas del lago Titicaca descienden a niveles históricos por cambio climático
Pedro de la Cruz, parado sobre su bote rodeado de barro, levanta las manos al cielo y suplica con angustia por lluvias para el lago Titicaca, en lo más alto de los Andes, entre Bolivia y Perú. “Dios mío, que llegue nomás la lluvia. ‘Pachamama’ [deidad indígena Madre-Tierra], Dios mío, ayúdennos, pues, por favor, estamos secándonos en este lugar, por favor”, dice el hombre de 74 años.
Exempleado estatal, nacido en Huarina, sobre el lago Titicaca y a unos 77 kilómetros al oeste de La Paz, también dice en aymara: “Aguacero que nos llegue Dios Padre, Padre del cielo, ten piedad Dios Padre”.
El nivel del agua lago Titicaca, a más 3.807 metros sobre el nivel del mar, se encuentra hoy a 25 centímetros del mínimo histórico registrado en 1996, señaló a la AFP la jefa de la Unidad de Pronósticos del estatal Servicio Nacional de Hidrología y Meteorología (Senhami) de Bolivia, Lucía Walper.
En Huarina y en los bordes del lago se ve que donde había agua, ahora hay tierra seca, piedras, barro, e incluso uno que otro muelle de madera que sobresale y pequeños botes encallados. El pescador Edwin Katari, de 43 años, cuenta apesadumbrado que la baja del nivel del agua hace que los peces no puedan desovar en las orillas, que ahora están “secas”. “¿Entonces dónde van a desovar los peces?”, se pregunta.
Pronóstico sombrío
El Senhami ha realizado desde 1974 mediciones del nivel en que se encuentran las aguas del Titicaca. El punto más alto se registró en 1986, cuando llegaron a 3.811,28 metros sobre el nivel del mar. Pero en 1996 descendieron a su piso histórico de 3.807,39 metros.
La hidróloga Walper explica que ese descenso “es resultado del cambio climático” y que ese comportamiento negativo se mantiene hasta la fecha. Los pronósticos son sombríos. “Es muy probable que siga descendiendo hasta llegar hasta niveles más bajos”, señala.
El lago Titicaca, que comparten Bolivia y Perú, tiene una extensión de 8.300 kilómetros cuadrados y es el tercero más grande en Sudamérica, después del venezolano Maracaibo y la laguna brasileña de los Patos. Aún no se ha hecho una medición satelital para saber a cuánto se ha reducido.
La Niña y El Niño
El nivel del lago Titicaca “ha ido descendiendo en forma progresiva debido a muchos factores, meteorológicos, hidrológicos y climáticos”, explica Walper quien enfatiza que “hay menos lluvias”.
“A través de los años, cada fenómeno presentado, sea El Niño y/o La Niña, ha ido presentando una distorsión en sus parámetros y factores” señala, al explicar los cambios en las características de estos eventos -asociados a lluvias o sequías- a lo largo del tiempo.
Los “aportes” de las precipitaciones y de los ríos peruanos que desembocan en el lago “no llegaron a ser los suficientes para generar los ascensos normales en épocas de lluvia”, resumió la experta. El Niño es un evento climático natural, generalmente asociado a un aumento de las temperaturas, sequía en ciertas partes del mundo, y fuertes lluvias en otras; La Niña, en tanto, provoca efectos contrarios y, en particular, un descenso de las temperaturas.
El lago Titicaca también sufre de una fuerte contaminación por todos los desechos que genera la ciudad de El Alto, una de las más pobladas de este país sin salida al mar. Se suma la pesca indiscriminada que está diezmando las especies.
Sin lluvias, no se podrá vivir
Debido a que el descenso de las aguas está ligado al cambio climático, la solución “es un asunto mundial”, agrega Walper. La reciente cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), en Brasil, reafirmó el pedido para que los países industrializados cumplan sus promesas de recursos económicos para financiar acciones contra el cambio climático.
En los poblados sobre el Titicaca hay desesperanza y preocupación de que el agua no vuelva a sus niveles normales en el lago navegable más alto del mundo. “Si no hay agua, si no hay lluvia, no vamos a poder vivir”, lamenta Pedro de la Cruz.
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
Nadador paralímpico francés completa travesía de 122 km en lago Titicaca
El nadador francés paralímpico Théo Curin, de 21 años, llegó el sábado pasado a las islas de los Uros, en Perú, tras nadar 122 kilómetros a lo largo del lago Titicaca a 3.800 metros de altitud desde Bolivia, constató la AFP. Curin, a quien le fueron amputadas las extremidades a los seis años por una meningitis fulminante, completó en 10 días el desafío de atravesar a nado las heladas aguas del lago navegable más alto del mundo junto a otros dos deportistas franceses.
Curin fue recibido en Apu Inti (Dios Sol) una de las islas flotantes de los Uros por autoridades locales quien le regalaron un típico “chullo” (gorro andino). El trío dio la primera brazada el 10 de noviembre en la playa del pueblo boliviano de Copacabana teniendo como meta las Islas Uros de la bahía de Puno, en Perú.
Lea más: Protesta por medidas anti-COVID deja heridos y detenidos en Holanda
El nadador originario del este de Francia obtuvo el cuarto puesto en 200 metros libres en los Juegos Paralímpicos de Rio-2016 y es doble vicecampeón del mundo. Los compañeros de Curin son la exnadadora olímpica Malia Metella, de 39 años y retirada de las piscinas desde hace 11, y Matthieu Witvoet, de 27 años, quien se define como un “ecoaventurero”.
Los deportistas se alternaron en turnos arrastrando un bote construido a partir de desechos con el objetivo de enviar un mensaje sobre el cuidado al medioambiente. Durante el viaje filtraron agua dulce del lago para beber y guardaron su comida en bolsas reutilizables para no generar desechos contaminantes.
Lea más: Bolsonaro tilda de “fastidio” noticias que alertan sobre la Amazonía
El nadador francés renunció a los Juegos Paralímpicos de Tokio, desmotivado por el aplazamiento y las clasificaciones de los deportes para discapacitados, para realizar un hecho inédito: cruzar a nado los 122 km del lago Titicaca con dos compañeros.
“Tengo ganas de pasarlo bien. Hace siete años que entreno todos los días, dos veces al día. Nunca he ganado, no tengo la sensación de haber logrado algo. No podría hacer medalla en los Juegos por las desigualdades en mi clasificación”, explicó Curin a la AFP en octubre cuando decidió afrontar este reto. El tetraamputado, una de las estrellas de la miniserie de televisión francesa ‘Vestiaires’, decidió olvidarse de la cita de Tokio -aunque no de París 2024- hace unos meses.
Fuente: AFP.
Dejanos tu comentario
Esquila de vicuñas, faena ancestral que pervive en los Andes de Perú
En medio del frío de los Andes peruanos, Jesús Pilco Mamani y decenas de otros campesinos suben un cerro una vez al año en busca de cientos de vicuñas que viven libremente y las conducen a un corral para esquilarlas.
La captura de vicuñas para extraer su lana es una faena ancestral llamada “chaccu” (o chaku). No es una labor individual, sino que participa toda la comunidad.
Los llamados comuneros salen al amanecer, van rodeando a las vicuñas en el cerro y las conducen a un corral de postes de madera con malla de casi tres metros de altura (para evitar que estos ágiles animales salten y escapen).
Los campesinos caminan lentamente y alzan sus brazos para arrear a los animales cerro abajo. Todos van bien abrigados por las bajas temperaturas y el fuerte viento andino, con sombreros para protegerse del ardiente sol.
En Totoroma, 50 km al suroeste del lago Titicaca, esta semana los comuneros cumplieron esta tarea que se remonta a siglos antes de la llegada de los conquistadores españoles.
Participan hombres y mujeres, vestidas con anchas faldas y algunas con sus bebés en la espalda, sujetos con una colorida manta tradicional. Este año en el “chaccu” todos llevan mascarillas para protegerse del COVID-19.
“Como comunero he iniciado este trabajo en el año 1986”, cuenta Pilco Mamani a la AFP. Sus padres y abuelos también cumplían esta labor que contribuye al sustento de las familias pertenecientes a unas 290 comunidades andinas peruanas.
Estas comunidades producen más de 10 toneladas de fibra de vicuña al año, de las cuales se exportan casi siete toneladas, según cifras oficiales. La lana se usa en la confección de prendas de vestir.
Lea también: Conocé la lista de filmes en competición en la 78ª Mostra de Venecia
Símbolo nacional
Como otros camélidos andinos, la vicuña vive en zonas de los Andes sobre los 3.500 metros sobre el nivel del mar. Su lana es de las más finas y caras del mundo, pero obtenerla no es tarea fácil, a diferencia de la fibra de la alpaca.
Son animales que -como los guanacos- no han sido domesticados, a diferencia de las llamas y alpacas, los otros camélidos sudamericanos. Todos tienen ancestros comunes con los camellos del Medio Oriente.
Dentro del corral, dos comuneros sujetan a una vicuña sobre una lona en el suelo, mientras un técnico la va esquilando rápidamente con una máquina conectada a un generador portátil. La lana de cada ejemplar es colocada dentro de una bolsa plástica individual.
Una vez que el animal de color marrón claro ha sido esquilado, lo dejan salir del corral y parte velozmente de vuelta al cerro. Esta labor se repite en cada comunidad.
La vicuña, cuya imagen aparece en el escudo nacional de Perú, es una especie protegida y se hacen esfuerzos por evitar su caza furtiva. Se estima que en el país hay unos 200.000 ejemplares.
Lea también: Ataque a base aérea en Yemen mata a más de 30 personas
400 dólares por kilo
A diferencia de la época precolombina, ahora los comuneros peruanos cuentan con asesoría técnica y veterinarios enviados por el Ministerio de Agricultura y los gobiernos regionales (el de Puno en el caso de Totoroma).
“Es una actividad ancestral que se lleva (haciendo) desde tiempos inmemoriales y ahora estamos dando apoyo como administración pública del Estado”, dice a la AFP el veterinario Jaime Figueroa, a un costado del corral.
La fibra de vicuña en bruto se cotiza en unos 400 dólares el kilo, varias veces más que la lana de alpaca, pero los volúmenes de producción son muy diferentes. Mientras una alpaca proporciona unos tres kilos de lana, una vicuña no supera los 200 gramos.
En 2019, Perú exportó siete toneladas de fibra de vicuña, con retornos de tres millones de dólares, mientras que los envíos de lana de alpaca superaron los 300 millones de dólares, según cifras oficiales.
“Cada vicuña aporta un promedio de producción de 150 a 180 gramos”, explica a la AFP Erick Lleque Quispe, funcionario del gobierno regional de Puno, agregando que en el “chaccu” de Totoroma fueron capturadas unas 500 vicuñas y “sacaremos unos 35-40 kilos” de lana.
Fuente: AFP.