La artista marcó un antes y un después en la historia del arte paraguayo, retratando desnudos en una sociedad pudorosa, derribando arquetipos y abriendo las puertas al modernismo. Por Adriana Zacarías (adriana.zacarias@gruponacion.com.py).
Hasta el sábado 30 continuará en exposición la muestra "El Cuerpo Sagrado". Retrospectiva de Ofelia Echagüe Vera en el Museo de Arte Sacro (Manuel Domínguez esquina Paraguarí). La entrada general prevista es de G. 25.000, que incluye la posibilidad de visitar también la colección permanente del Museo de Arte Sacro.
En esta muestra, el público podrá apreciar todos los días de 09:00 a 18:00 una docena de óleos y dibujos de la artista histórica paraguaya Ofelia Echagüe Vera. Las piezas pertenecen a la colección privada de Nicolás Darío Latourrette Bo, rescatando de esta manera parte del acervo de nuestra historia nacional del arte.
La exposición temporaria que lleva por título "El Cuerpo Sagrado" muestra una exquisita selección de las rotundas figuras de Ofelia, producto de los años de retorno al orden tras la segunda guerra mundial. Estas pinturas construyen una fijación en la figura humana, con total desapego y un existencialismo rayano a lo sacro.
¿Quién fue Ofelia Echagüe?
Ofelia Echagüe Vera de Kunos (1904-1987) fue la primera artista mujer en exponer en forma individual en toda la historia paraguaya, considerada como la primera artista moderna del Paraguay, desafiando los prejuicios instalados en la sociedad del siglo XX. Su exposición de desnudos constituyó un verdadero escándalo en los pacatos años 1940 y luego, con su labor docente abrió camino para varias generaciones de artistas paraguayos.
"Ofelia Echagüe Vera está considerada como un eslabón fundamental en la eclosión de un genuino arte moderno paraguayo. Otros la ven, directamente, como la primera artista moderna del Paraguay", afirmó el museólogo, curador de la muestra, Luis Lataza.
Su sólida formación pictórica, templada en el ámbito rioplatense, introdujo en nuestro medio una preocupación por el lenguaje plástico en sí mismo, que nos alejó de la imperante pintura académica con toques folcloristas y costumbristas para introducirnos decididamente en la modernidad. Fue alumna del profesor húngaro Adam Kunos, egresado de la Real Academia de Budapest, con quien se casó luego de unos años.
Formación
"Ofelia, que había estudiado con grandes pintores como Héctor Da Ponte, Pablo Alborno y Modesto Delgado Rodas fue, ella misma, mentora de otros artistas como Olga Blinder o Pedro Di Lascio. Fue cofundadora del Instituto Superior de Bellas Artes y maestra del Ateneo Paraguayo por más de 25 años. Fue una artista fundamental para la historia del arte paraguayo que no está aún suficientemente destacada y valorada", resaltó el curador.
En 1938, recibió una beca del gobierno nacional para estudiar en Montevideo. Luego se trasladó a Buenos Aires e ingresó a la prestigiosa escuela "Ernesto de la Cárcova" y se graduó con honores como Profesora Superior de Pintura. Fueron sus mentores Alfredo Guido y Emilio Centurión. Recibió la influencia de este último, a su vez discípulo del italiano Gino Moretti.
"Generaciones de artistas paraguayas le deben su profesión a Ofelia. Ella fue la primera en transformar la pintura, que era simplemente un complemento de 'cultural general' para la señoritas de un cierto nivel social, en una profesión viable para la mujer", aseveró Lataza.
Transgresora
Regresó al Paraguay en 1946, exponiendo una serie de desnudos en el Club Centenario. Pero la sociedad pacata y conservadora de entonces no estaba preparada para apreciar los desnudos desde el contexto del arte, por lo que las obras fueron inmediatamente retiradas, tras su inauguración.
"Si la modernidad pictórica implica el quiebre de la tradición, Ofelia fue doblemente transgresora, tanto en la forma como en el contenido: Desarrolló una figuración modernista y un tema transgresor que fue el desnudo femenino, pero sin el esteticismo hedonista y machista que por entonces dominaba la pintura académica", comentó.
"Ofelia, que había hecho su aprendizaje en la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova de Buenos Aires, introdujo en nuestro medio un tipo de figuración planista derivada del cubismo y emparentada con la pintura metafísica italiana, lo que en realidad no era tan vanguardista como nos imaginamos, ya que correspondía al arte conservador de los años del llamado 'retorno al orden' de la Europa de posguerra, pero que constituían una absoluta novedad para el cerrado ambiente académico de la pintura paraguaya de aquellos días", explicó el museólogo.
Legado
Ofelia, ¿sería una feminista en la actual coyuntura social, donde toda construcción ideal es rotulada? Lataza supone que valoraría con gusto los logros del arte moderno paraguayo. Sin embrago, sostuvo: "No creo que estuviera satisfecha con lo poco que ha avanzado la mujer en su desarrollo interno individual e independiente de la mirada externa y del deseo masculino. Lamentablemente, hoy día, las rotundas mujeres pintadas por Ofelia -imperfectas, rellenitas y peludas- expuestas al desnudo y a tamaño natural, causarían el mismo impacto y escándalo colgadas en las elegantes paredes del Club Centenario, tal como sucedió hace más de 70 años".
"Lo que sí sabemos de ella es por el testimonio de quienes la conocieron: que fue una amiga de temperamento dulce y suave, una esposa dedicada, una maestra exigente, una pintora bien formada y una artista completa. Lo que por supuesto, no encaja en ningún estereotipo y que es lo que justamente caracteriza a los seres humanos excepcionales", estimó.
Conclusiones
"Su primera y única muestra individual fue en el Club Centenario en 1946, en donde sus audaces desnudos fueron un escándalo que motivó la censura de sus propias congéneres que exigieron el levantamiento de la misma. La muestra duró un día pero su efecto sería largamente recordado. Nunca más expuso sus desnudos y dicen que su propio marido -el también artista Adam Kunos- no quería que lo hiciera. Pero Ofelia se mantuvo fiel a su poética", finalizó.
Parte de sus obras se hallan en el Ateneo Paraguayo, donde se podrá apreciar una serie relacionada con la música: retrato al óleo "El adolescente", "Composición" y tres dibujos a lápiz que evocan a Chopin, Liszt, y el musicólogo paraguayo Juan Max Boettner. En cambio, en el museo de Bellas Artes se encuentra un retrato al óleo titulado "Nostalgia" (1944). Otras obras conforman parte de los bienes de su familia.