Carlota Casiraghi (32) y Dimitri Rassam (37) ya son marido y mujer. El pequeño Estado mediterráneo de Mónaco se vistió de fiesta ayer para las nupcias de la hija menor de la princesa Carolina (62) y del hijo de la actriz francesa Carole Bouquet, un acontecimiento que reunió a toda la familia Grimaldi y a lo más granado de la sociedad europea. Este enlace se celebró en horas de la mañana en uno de los salones del palacio.

POR CIVIL

Siguiendo las reglas de los estatutos matrimoniales monegascos, que datan de 1882, los novios intercambiaron promesas de fidelidad mutua, apoyo y lealtad en una ceremonia civil. Por el momento, se descarta la boda religiosa debido a que Dimitri estuvo casado anteriormente con la modelo rusa Masha Novoselov con quien tiene una hija. Luego de la firma de las actas matrimoniales, hubo brindis. Según los medios europeos, la nieta de la actriz Grace Kelly y su flamante esposo decidieron llevar después a sus invitados a una comida en el Monte Carlo Beach, un hotel de lujo ubicado a escasos 500 metros al otro lado de la frontera, en Francia. En ese establecimiento de cinco estrellas con playa privada, el chef italiano Paolo Sari, que está al frente de la cocina del restaurante de verano La Vigie Lounge and Restaurant, ha sido el encargado del ágape. Entre los invitados no faltaLos detalles sobre la boda de Carlota Casiraghi y Dimitri Rassam, el acontecimiento del año en la Casa Real de Mónaco, se mantuvieron prácticamente en secreto; había varias especulaciones acerca del estilismo que luciría la novia. La princesa optó por un original minivestido de brocato en gris perla, con tres moños en la parte delantera; los zapatos blancos de punto con anillo en el tobillo, un calzado muy femenino y elegante; llevó el pelo suelto y peinado hacia atrás. Su look podría estar inspirado en el traje de chaqueta y falda que su abuela Grace Kelly lució en su boda civil con Raniero de Mónaco en 1956. Ya se rumoreaba que Carlota homenajearía en su boda a la inolvidable princesa. Con este vestido, de Giambattista Valli, la hija de Carolina demuestra una actitud moderna, transgresora y rupturista. La joven, ya como mujer casada, pasa a ser Madame Casiraghi, pero no toma el apellido de su marido.

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