Medios británicos y estadounidenses publicaron el jueves versiones contradictorias sobre la “persecución en automóvil” del príncipe Enrique, hijo menor de Carlos III, y su esposa Meghan Markle por paparazzi en Nueva York, que la pareja calificó de “casi catastrófica”. Un portavoz de los duques de Sussex anunció el miércoles que habían sido víctimas de una “implacable” persecución de dos horas que estuvo a punto de provocar numerosas colisiones.
El relato del incidente, ocurrido el martes en Nueva York, suscitó comparaciones con las circunstancias que rodearon al accidente en París en que la princesa Diana, madre de Enrique, murió en 1997 mientras era perseguido por los fotógrafos. Pero la policía de Nueva York, el alcalde de la ciudad y un chófer que llevó brevemente a la pareja en su taxi minimizaron el miércoles el peligro y la duración de la supuesta persecución.
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El jueves, en una entrevista emitida por el canal británico ITV, uno de los fotógrafos implicados acusó al séquito de los duques de Sussex de provocar el peligro. “Era muy tenso intentar seguir el ritmo de los vehículos”, afirmó el fotógrafo, que pidió el anonimato. “Hicieron muchos bloqueos y hubo muchos tipos de maniobras diferentes para parar lo que estaba sucediendo. Fue su conductor quien lo convirtió en una experiencia catastrófica”, agregó.
“Quería conducir rápido, cambiar de carril (...) ir en sentido contrario”, aseguró. El incidente se produjo después de que Enrique, de 38 años, y Meghan, de 41, asistieran a una entrega de premios junto a la madre de la actriz estadounidense, Doria Ragland. Un portavoz de la policía neoyorquina afirmó que el transporte del grupo fue “todo un reto” debido a los fotógrafos, pero “no se informó de colisiones, lesiones o detenciones”.
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El diario sensacionalista estadounidense New York Post citó a una fuente según la cual no hubo llamadas de emergencia a la policía y la supuesta persecución “no duró en absoluto dos horas”. Pero Chris Sanchez, miembro del equipo de seguridad de la pareja, declaró a CNN que la persecución fue alarmante y peligrosa. “Nunca había visto ni vivido nada parecido”, afirmó. “Lo que teníamos entre manos era muy caótico. El público estuvo en peligro en varios momentos. Podría haber sido fatal”, aseguró.
El príncipe Enrique mantiene tensas relaciones con la prensa y en los últimos años interpuso numerosas demandas en el Reino Unido contra diarios sensacionalistas por violación de su intimidad. Él y Meghan abadonaron la familia real británica a principios de 2020 y se fueron a vivir a California, alegando entre otras cosas la insoportable presión de los medios.
Fuente: AFP.