“No fui feliz durante diez años. No sabía adónde ir. El peligro del divorcio estaba ahí. De 1970 a 1980, estaba sola y triste”, declaró la reina Paola de Bélgica, nacida en el seno de una familia de la nobleza italiana hace 84 años. La aristócrata se refirió, el viernes por la televisión belga, a la larga crisis que atravesó su matrimonio con Alberto II, de 87 años, que reinó de 1993 a 2013.
Aunque en Bélgica se supiera de la existencia de la baronesa Sybille de Selys Longchamps, con la que Alberto tuvo una hija fuera del matrimonio, Delfina, en 1968, Paola nunca antes había hablado abiertamente de cómo se sintió en aquel entonces.
La prensa afirmó que mantenía una relación con un periodista de la revista Paris-Match, algo que ella reconoce en este documental de hora y media mientras observa una foto. “No me siento culpable en absoluto”, afirma Paola. “Esta foto es de un momento en el que me iba verdaderamente mal”, añadió
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“Quizá la próxima vez, en otra vida, no lo haga, pero no me arrepiento de nada”, agrega. En el documental, del director Nicolas Delvaulx, la pareja real cuenta cómo fortaleció lazos en los años 1980, hojeando álbumes en familia. El rey Felipe también interviene, hablando de su infancia.
“Evidentemente, de niños fuimos testigos de cosas difíciles”, afirma el actual rey de los belgas. “Todos sufrimos mucho”. “Pero hoy, ellos son felices y eso es, cuanto menos, una victoria, eso hay que quererlo, es algo valiente”, agrega, dirigiéndose a sus padres.
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Paola, que se casó con Alberto cuando tenía 21 años, en el verano de 1959, admite entre dientes que se emparejó demasiado joven. “Tuvimos una adolescencia inacabada”, afirma. “Es una pena que no podamos repetir las cosas”. Por su parte, Alberto reconoce que fue “un padre bastante autoritario” y que Felipe padeció por ello. “Tuve una reacción muy mala, no me interesé mucho por él”.
La pareja tuvo tres hijos: Felipe, nacido en 1960 y convertido en rey tras la abdicación de su padre el 2 de julio de 2013; Astrid, nacida en 1962, y el príncipe Lorenzo (1963). La princesa Delfina es la cuarta hija de Alberto, una filiación finalmente reconocida en 2020, tras la realización de un test de ADN. Durante años, la había negado ante la justicia.
Fuente: AFP.