Greta Thunberg y miembros de la comunidad indígena nórdica sami protestaron contra la posible instalación de una mina de hierro en el norte de Suecia, cuyo gobierno deberá decidir en marzo si autoriza el polémico proyecto encabezado por la firma británica Beowulf, que ha prometido crear de 250 a 300 empleos en la zona.
“Creemos que el clima, el medio ambiente, aire limpio, agua, pastoreo de renos, derechos indígenas y el futuro de la humanidad deben tener prioridad sobre las ganancias de corto plazo de una empresa”, declaró Thunberg en un mensaje por video.
Los sami, de los cuales entre 20.000 y 40.000 viven en Suecia, dicen que el plan impedirá el pastoreo de renos, afectará la caza y la pesca y destruirá el medio ambiente en sus tierras. “El gobierno sueco debe parar de colonizar al Sapmi”, agregó la activista, usando un término con el que se designa a la tierra de los sami.
Stina Lanta, una joven pobladora de la localidad de Jahkagasska, cerca del proyecto minero, declaró estar preocupada. “Una mina tendrá un impacto negativo permanente sobre nuestras tierras de pastoreo”, afirmó.
Candidata al Nobel
Activistas prodemocracia de Birmania, una opositora rusa, el papa Francisco y figuras destacadas del ecologismo como Greta Thunberg y David Attenbourouhgh aparecen entre los candidatos al próximo Nobel de la Paz.
Al día siguiente de que se cerrara el plazo para enviar candidaturas, el 31 de enero, algunos de los nombres fueron desvelados por sus padrinos. Pero la lista completa de candidatos se mantiene en secreto por lo menos 50 años, tal y como exigen los estatutos Nobel.
Justo un año después del golpe militar en Birmania, un diputado noruego anunció el martes que propuso como candidato al “gobierno de unidad nacional”, vestigio del ejecutivo de Aung San Suu Kyi, derrocado el 1 de febrero de 2021.
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“Ese es el único gobierno legítimo de Birmania”, declaró a la AFP Ola Elvestuen, diputado del Partido Liberal, minoritario, en alusión al gobierno de resistencia formado el 16 de abril por diputados depuestos y representantes de minorías étnicas.
Birmania está sumida en el caos desde que el ejército, justificándose en un supuesto fraude electoral, anuló las legislativas que había ganado el partido de Aung San Suu Kyi y derrocó al gobierno que ésta dirigía de facto. La propia Aung San Suu Kyi ganó el Nobel de la Paz en 1991. Entre las otras candidaturas anunciadas figura el movimiento de desobediencia civil de Birmania, propuesto por un profesor universitario noruego.
Decenas de miles de personas (parlamentarios y ministros de todos los países, expremiados, docentes, etc) suelen presentar candidaturas al Nobel de la Paz. Los cinco miembros del comité Nobel noruego también podrán plantear nombres durante su primera reunión para examinar las propuestas, el 4 de marzo.
Un ministro que se moja
En la lista de pretendientes conocidos figuran muchos nombres habituales: el papa Francisco, la activista sueca contra el cambio climático Greta Thunberg y el naturalista británico e incansable defensor del medio ambiente David Attenborough, propuesto junto a los expertos en biodiversidad de la ONU (IPBES). Por su parte, el Instituto de Investigación de la Paz de Oslo (PRIO) sometió la candidatura de la opositora bielorrusa Svetlana Tijanóvskaya.
Ella “jugó un papel de primera línea en las protestas no violentas [contra el presidente Alexander] Lukashenko y contra las autoridades bielorrusas, pidiendo elecciones justas y el cese de la violencia contra quienes se manifestaban contra los abusos del régimen actual”, afirmó Henrik Urdal, director del PRIO.
Otra diputada noruega dijo que había propuesto al ministro de Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, quien causó sensación con su discurso en la conferencia internacional COP26, grabado en medio del océano, con el agua hasta los muslos. “Tuvalu y otras naciones insulares del Pacífico están haciendo un importante trabajo para despertarnos y resolver la mayor amenaza para una paz mundial verdadera: la crisis climática”, tuiteó Guri Melby.
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Otros nombres circulan por los medios noruegos: el Consejo del Ártico, WikiLeaks, la denunciante Chelsea Manning; la iraní Masih Alinejad, que milita contra la obligación de llevar velo, o la OTAN, en un contexto de tensiones entre los países occidentales y Rusia en torno a Ucrania.
Y con la actualidad mundial dominada por la pandemia de COVID-19 desde hace dos años, sin duda organizaciones e individuos implicados en la lucha contra la crisis sanitaria formarán parte de la lista. El nombre del o de los laureados se anunciará a principios de octubre en Oslo. El año pasado, el galardón cayó en manos de dos periodistas, la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitri Muratov, por su defensa de la libertad de expresión.
Fuente: AFP.