Un año bastante cargado para la reina Isabel II, considerando que días pasado falleció su marido, el príncipe Felipe de Edimburgo, y luego en el mismo día de su funeral fue notificada de la muerte de uno de sus amigos más cercanos y más antiguos, el sir Michael Oswald, según publicaciones de prestigiosos medios internacionales.
Oswald, quien tenía 86 años, era un apasionado por los caballos a tal punto de que lo convirtió en una profesión, cuando en los años 70 ocupó el cargo de Asesor Nacional de Carreras de la reina, como también de su madre Isabel Bowes-Lyon.
Según publicaciones de prestigiosos medios internacionales, ya era una costumbre ver a la monarca en los palcos de hipódromos en compañía de sir Michael Oswald, ya que era una de sus aficiones y la función principal de Michael era cuidar los intereses de la familia real durante las carreras a las que acudían y apostaban.
La confianza de la reina en Oswald era enorme, ya que lo hizo responsable de los establos reales, trabajo en el que se ocupó y permaneció por 27 largos años. Al jubilarse, por las siguientes dos décadas continuó acompañándola a las carreras, esto a pesar de que su exasesor vivía en un lugar bastante retirado del palacio.
Lady Ángela, la viuda del sir, se manifestó al respecto: “Él siempre decía que tuvo el trabajo más maravilloso que se podría tener y que durante toda su vida laboral estaba haciendo lo que hubiera hecho si fuera un hombre rico que no tuviera que trabajar”. Lady Ángela también trabajó para la realeza como dama de honor de la reina madre.
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