Un electrodoméstico que se volvió muy popular por su método de cocción saludable y versatilidad. Su mayor atractivo es que sirve como alternativa para los alimentos “fritos”, y aquí te contamos más utilidades para aprovechar.
La airfryer llegó como una solución rápida para los almuerzos y las cenas; es un complemento que permite cocinar sin aceite, convirtiendo los alimentos en opciones más saludables y menos calóricas.
Su mecanismo funciona a base de aire caliente, simulando un horno de convección. Durante la cocción, el aire circula a gran velocidad por la cesta de su interior y distribuye el calor de manera uniforme para que, dependiendo la programación, los alimentos tengan un acabado crocante y dorado, igual a cuando se cocina en aceite.
Por qué es tan buena la airfryer
- Practicidad y rapidez: Acelera los tiempos de cocción de los alimentos y sin necesidad de ensuciar muchos utensilios. Esto lo vuelve ideal para aquellas personas que disponen de poco tiempo pero quieren comer saludable y rico. Por otro lado, al funcionar por programas, no es necesario chequear a todo momento la comida.
- Comodidad: Al igual que el lavarropas o el microondas, la freidora de aire funciona por programas, siendo muy sencilla de utilizar. Las funciones pueden variar de un modelo a otro, siendo que algunos vienen con más opciones y la posibilidad de cocinar en simultáneo diferentes alimentos.
- Reduce olores: A diferencia de las frituras tradicionales, la airfryer no produce olores, humo ni aumenta la temperatura del entorno.
- Versatilidad: Se comercia como un electrodoméstico que te permite comer papas fritas -y otras opciones- saludables, pero su utilidad va más allá. En la airfryer se puede descongelar alimentos, asar, hornear, deshidratar y mantener la temperatura justa. Se puede cocinar desde verduras, carnes, snacks ligeros, panes, tortas, entre muchas otras recetas.