Las parejas pasan por diferentes etapas de pruebas y una de las más complejas es la monotonía. El tiempo, la estabilidad, la rutina y la falta de “detalles“ pueden propiciar al aburrimiento y que la pasión se pierda.
Por: Natalia Delgado
Es importante no confundir rutina con monotonía. La rutina es lo que se hace a diario, el plan establecido para cumplir con las responsabilidades, las obligaciones y dentro de ella, pueden haber actividades improvisadas en los tiempos de ocio. La monotonía, por otro lado, está marcada por el desinterés y el aburrimiento.
Cada pareja es un mundo aparte y pueden actuar de maneras diferentes, pero cuando la monotonía llega -generalmente- empiezan las frustraciones, el desgano, la insatisfacción y el aburrimiento. Lo primero que hay que hacer, es comunicar de forma asertiva las emociones para poder llegar a un acuerdo. La idea no es achacar o discutir, sino de buscar la solución para que cada uno se sienta pleno nuevamente.
“Lo que no se tiene en cuenta a la hora de convivir con alguien o estar casados, es el hecho de que ya no pasan tiempo de calidad juntos. No es lo mismo limpiar la casa juntos un sábado a planificar una cita de novios, sin cumplir tareas del hogar ni los hijos, que sea exclusivamente compartir, hablar trivialidades, bailar, comer, divertirse, como cuando empezaron a conquistarse”, apunta Dulce Pérez, psicóloga especializada en terapia sexual y de pareja.
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“El 75%, según estudios, de las parejas que ya no funcionan o no se llevan bien es porque ya no pasan tiempo de calidad juntos, se ven todos los días, están todos los días juntos pero realmente no están más conectados”, agrega.
Los detalles
Los inicios suelen estar marcados por las sorpresas, el cortejo, las ganas de desconectarse de todo y compartir con esa persona; el paso del tiempo va apagando esta emoción y todo se “da por sentado”, también influye el estrés diario, las responsabilidades, los hijos y el hogar, pero hay formas de mantener esa chispa viva.
“A veces sucede que se deja de tener gestos afectivos con el otro y eso genera desconexión, no tiene que ver con lo material o grandes actos, simplemente mirar a los ojos y contemplar a la pareja, mandar mensajes lindos, expresar los sentimientos y crear una sinergia de gratificación”, explica Dulce y agrega que dejar las actividades que se disfrutaban juntos también es otro error.
La individualidad
Puede suceder que las parejas dejen de lado sus hobbys para dedicar ese tiempo al hogar, esto también es un error que a la larga, puede generar frustraciones y conflictos. “Si una persona tiene actividades que le gustan y le hacen bien, y no tienen nada que ver con la pareja, la familia o amigos, esa actividad se debe seguir cultivando y cuidando. Es muy importante no perder el sentido de la individualidad”, enfatiza Pérez.
Por último, es importante entender que a la monotonía se la vence de a dos. No es responsabilidad o culpa de una de las partes, ambos deben priorizar la comunicación y siempre con el fin de buscar soluciones, no reclamar o pelear.
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