Las herramientas digitales, el acceso a internet e incluso el confinamiento, impulsaron y dieron mayor visibilidad a esta alternativa laboral. La posibilidad de trabajar de forma remota y que esto también incluya a los viajes, se conoce como “nómadas digitales”.
“Un nómada digital es una persona que utiliza internet para ejercer su profesión y/o vender sus conocimientos a otras personas o empresas. En otras palabras, trabaja de forma remota y esto le permite tener una vida de nómada, es decir, viajando”, explica Ruben Galindo, fundador de Airtm.
Más allá de ser una modalidad que permite cumplir con el trabajo, en la actualidad ya se lo cataloga como un estilo de vida. La primera virtud que tiene el nómada digital es que puede trabajar desde cualquier parte del mundo, es decir, tiene libertad de movimiento.
Puede aplicar a diferentes modalidades de trabajo, desde ser autónoma, empresarial o cuenta ajena. También se lo menciona como un “estilo de vida” porque se adapta a los cambios laborales pero sin tener que estar atada a las normas de trabajo habitual, como la asistencia a una oficina física.
Los especialistas mencionan tres tipos de nómadas digitales:
- La emprendedora: Están quienes montan su negocio online y la intención es generar ingresos pasivos, es decir, sin invertir mucho tiempo para vender sus productos. Esto puede ser a través de publicidad o, en los que muchos invierten actualmente, creando contenido para plataformas que monetizan como YouTube.
- La freelance: Es una persona que trabaja por su cuenta, ya sea vendiendo un producto o prestando un servicio de manera online. Lo hace por su cuenta, bajo sus propias inversiones o conocimientos y no necesita ir hasta una oficina, también maneja sus tiempos y jornadas laborales.
- Cuenta ajena: Muchas empresas dejaron de enfocarse en un horario para priorizar los objetivos. Por ejemplo: edición de video, programadores, diseñadores gráficos. La empresa pacta con su colaborador para la entrega de una cantidad de proyectos por día o por semana y le remunera por cantidad y calidad.
Aunque suene hasta romántico, ser un nómada digital tampoco es una tarea sencilla, en principio porque es importante tener conocimientos en un área para desarrollarse y que esto remunere, luego porque -en el caso de emprendedores o freelance- es fundamental poseer un “colchón” financiero que cubra los gastos hasta que la persona empiece a generar ingresos.