Esta especia es muy valorada por sus bondades antioxidantes, antiinflamatorias y antimicrobianas, sin embargo, también se la ha asociado a reducir el riesgo de padecer diabetes.
La cúrcuma ganó mucha popularidad en los últimos años, diversas investigaciones determinaron que su consumo favorece el control glucémico y la prevención de complicaciones vinculadas. La conclusión es que posee esta virtud por su compuesto de curcumina.
¿Curcumina? Este es el principal compuesto que caracteriza a este condimento y tiene la capacidad de ayudar a reducir la resistencia a la insulina, además de favorecer la salud metabólica del organismo. También combate la inflamación, el estrés oxidativo y otros factores que pueden afectar a las personas propensas a tener diabetes.
La curcumina actúa como antidiabético, neuroprotector y antiinflamatorio, según apunta un estudio compartido por Current Topics in Medicinal Chemistry. Este polifenol tiene acción en la modulación de varias moléculas de señalización relacionadas a la inflamación.
La razón que la vuelve potente frente a la diabetes se debe, en gran medida, a su capacidad de combatir el síndrome metabólico; un problema que agrupa diferentes procesos químicos alterados, como la resistencia a la insulina, la glucosa alta, los trastornos de lipídicos y la obesidad.
Este antioxidante también tiene efectos antihiperglucémicos y sensibilizadores de la insulina, lo que permite reducir la resistencia a la hormona y las complicaciones asociadas, según explica una investigación compartida a través de International Journal of Endocrinology and Metabolism.
Por último, ademas de reducir el riesgo a padecer diabetes, también beneficia a las personas que ya poseen esta afección. Por sus propiedades, puede minimizar complicaciones como el hígado graso no alcohólico, la neuropatía diabética y nefropatía, entre otros.
Además de reducir el riesgo de padecer diabetes tipo 2, la cúrcuma también beneficia a los pacientes que ya padecen esta enfermedad. Dadas sus propiedades, puede minimizar el riesgo de complicaciones asociadas, como el hígado graso no alcohólico, la neuropatía diabética y la nefropatía, entre otros.
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