Caminar es beneficioso, nos ayuda a oxigenar el cuerpo, quemar energía, relajarnos, y si a esto le sumamos el mindfulness -estar presentes en el aquí y ahora- estaremos practicando un tipo de meditación llamada “caminata consciente”.
“Mindfulness o Atención Plena significa prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación”, apunta Sociedad, Mindful y Salud. Es un tipo de meditación enfocada a dejar la ansiedad, los pensamientos limitantes y vivir un presente sin nerviosismo o ansiedad.
El mindful walking surge como una manera de desarrollar la concentración y atención plena, es caminar siendo conscientes de cada paso y disfrutar el trayecto sin distracciones como el pasado o el futuro. Es, básicamente, caminar poniendo en mute nuestra mente, conectando con el presente, nuestro cuerpo y todo lo que nos rodea.
¿Cuáles son sus beneficios?
- Como cualquier otro tipo de meditación, ayuda a aumentar el autoconocimiento y a reflexionar sobre nuestra vida, lo que queremos y lo que no.
- Reduce notablemente los niveles de estrés, ansiedad y, por ende, mejora el sistema inmune y reduce los procesos inflamatorios que pueda haber en el cuerpo por exceso de cortisol (hormona de estrés).
- Calma la mente, reduce la intensidad de las preocupaciones y pensamientos negativos.
- Favorece la creatividad y la aparición de soluciones alternativas a diferentes situaciones.
- Ayuda a regular mejor las emociones y a desarrollar empatía con el entorno.
- Mejora la calidad del sueño.
¿Cómo se practica?
Caminar es un acto natural, lo hacemos todo el tiempo para desplazarnos de un lado al otro y es posible convertirlo en una herramienta de meditación. Se puede practicar en cualquier parte y no se necesita mayor implementos que un buen calzado y ropa cómoda.
- Primero quedate quieta y realiza varias respiraciones profundas, toma conciencia de tus emociones y las sensaciones en tu cuerpo, las tensiones que querés liberar y los pensamientos que querés silenciar.
- Emprende la caminata, debe ser un poco más lenta de lo normal y debes enfocar tu mente en las sensaciones de cuerpo, la planta de los pies al desplazarte, tus piernas, la sensación de tus brazos. A medida que vayas caminando, seguí realizando respiraciones profundas con la intención de inhalar tranquilidad y exhalar las tensiones.
- Una vez que te sientas relajada, presta atención a tus sentidos: los sonidos que te rodean, los colores, los aromas. Si por alguna razón tu mente se desvía a las preocupaciones, volvé a prestar atención a tu cuerpo y tu alrededor. Siempre con la intención de estar “aquí y ahora” de una manera armoniosa.
- Una vez que termines con tu caminata quedate parada un rato, realizá algunas respiraciones profundas y seguí con tu rutina habitual. A medida que vayas repitiendo este tipo de meditación, fluirá con más facilidad.